Wednesday, February 05, 2020

Misión Babilonia

El Caótico FuturoRicardo Martínez García

Mathieu Kassovitz, el director francés de Los Ríos de Color Púrpura y Amèlie, dos de sus más conocidas cintas, realiza en Misión Babilonia (Babylon A. D., 08) un trabajo parecido en temática al que realizó Alfonso Cuarón en Niños del Hombre: a partir de una fábula futurista que mezcla ciencia ficción con elementos religiosos, se plantea la existencia de una joven muy especial y aparentemente imprescindible para ciertos grupos que anhelan alcanzar cotos específicos de poder dentro de la sociedad globalizada.

Vin Diesel protagoniza esta cinta de acción, que se ve engalanada por la presencia de la bella actriz hongkonesa Michelle Yeho, que con un gran trabajo complementa a Diesel y a la novel actriz Mélanie Thierry.

Toorop (Diesel) es un mercenario norteamericano calificado de terrorista por sus compatriotas, que es reclutado por Gorsky (un apenas reconocible Gérard Depardieu), mafioso ruso o algo parecido, para escoltar a Aurora (Thierry) y a la Hermana Rebeca (Yeho) desde un monasterio en Mongolia hasta la ciudad de Nueva York. El propósito de esto no queda claro sino hasta el final de la cinta –aunque ambiguamente-, algo característico en Kassovitz.

La cinta es una mezcla de géneros: acción, con violentos combates, persecuciones y explosiones; ciencia ficción, en la que se especula sobre lo que se puede hacer con la clonación y el diseño de ingeniería genética y sus posibilidades.

En lo que falla es en el argumento dramático que no se ve hacia dónde va: ¿es Aurora un símbolo de los excesos científicos en el campo de la ingeniería genética, o es un ser humano sobrenatural, algo como la Virgen María del futuro, o es las dos cosas a la vez, por contradictorio que parezca?

Aparentemente hasta el propio director de la cinta la definió como un puro caos de violencia y destrucción, (se supone que hay una entrevista de Kassovitz en amctv.com pero no ha sido posible corroborarlo) alegando que fueron los estudios cinematográficos quienes le impidieron dar mayor coherencia a su trabajo.

Lo que sí se puede afirmar es que la cinta a ratos es bastante violenta, como de videojuego, y está editada para resultar ciertamente entretenida.

Es de notar que Diesel actúa en esta ocasión más consistentemente, y que su inclusión en la cinta de Steven Spielberg Salvando al Soldado Ryan no fue probablemente tan casual. 

Transformers 2

¿Y cómo sobrevivió la Raza Humana?

Ricardo Martínez García

Transformers 2 es una cinta dirigida por Michael Bay que mezcla ciencia ficción con elementos míticos que versan sobre el origen de una raza o cultura muy superior a los humanos (no se entiende cómo no fueron totalmente eliminados dichas pequeñas criaturas ante la potencia de estos extraordinarios y metálicos seres). Lo interesante del asunto es que esa línea argumentativa alcanza para sugerir una conexión entre esos robots con la construcción de las pirámides de Egipto y en general con ciertas señales míticas que aparecen en algunas antiguas e importantes culturas.

La historia comienza a partir de que el cubo de la chispa primigenia es casi destruido totalmente en la cinta anterior. Sam Witwicky (Shia LaBeouf) no se ha dado cuenta pero en la ropa que guarda como vestigio de aquella aventura, ha quedado un pequeño fragmento de aquel cubo de extraordinarias cualidades energéticas: los electrodomésticos de su cocina entran en contacto con esa energía y de pronto se convierten en pequeños robots destructivos.

Los Decépticons (nombre bastante sugerente) son una raza de robots alienígenas que llegaron a la Tierra hace miles de años, y que descienden del Caído, uno de los robots conocidos como Prime, del cual Óptimus Prime es el último que queda. Estos Decépticons están empeñados en activar un aparato que les devolverá el poder y la gloria a partir de la destrucción del sol y por consiguiente de la Tierra.

La misión de Sam y de los Autobots aliados con el sector ultra secreto del ejército norteamericano llamado Nest, es evitar que los Decépticons localicen un fragmento de la chispa primigenia, pues con ello podrían revivir a su líder, para no hablar del fragmento que se encontraba en la ropa de Sam.

Se trata de una cinta con altibajos tanto dramáticos como escénicos, oscila entre ciencia ficción, aventura, romance, acciones militares y batallas. Tiene momentos divertidos que involucran a los padres de Sam, al compañero de escuela de Sam, al agente Simmons (un excelente John Turturro) y a las pequeñas peleas entre los autobots gemelos.

Las escenas de acción son tan rápidas que resulta inútil tratar de ver a los robots en sus detalles. Sam les dice a sus compañeros de habitación, que son comandados por Leo (Ramón Rodríguez) y que se dedican a alimentar un portal de internet llamado algo así como lapurajodidaverdad.com, sitio especializado en conspiraciones y secretos públicos celosamente guardados por los militares, como la existencia de los Decépticons, les dice al ver escenas del ataque de los Decépticons que eso no existe, que es fácil generar imágenes de robots a partir de las computadoras, y ahí está diciendo más que la verdad sobre los efectos especiales de esta cinta.

Mikaela (la bellísima Megan Fox) no hace más que correr al lado de Sam durante casi toda la película, además de ser el atractivo sexy femenino de la misma. Este personaje realmente está incluido como el mejor de los adornos y también un poco para equilibrar el peso (escaso) del propio Sam, que, a pesar de ser el elegido no pesa como debería. Son los Autobots los verdaderos protagonistas de la historia, sobre todo Óptimus Prime y el entrañable Bumblebee.

Se Busca

La incierta frontera entre el cómic y lo real

Ricardo Martínez García

Hombres que pueden desviar trayectorias de balas a voluntad, o controlar la adrenalina para volverse mortales instrumentos de un “destino” que dicta a quién eliminar con el fin de mantener el equilibrio político en las naciones del mundo, son algunos de los elementos de la cinta Se Busca (08), del realizador ruso Timor Bekmambetov.

Más familiarizados con cómics populares como Los Cuatro Fantásticos, El Hombre Araña, Hombres X etc., y sus respectivas sagas, en las que se sabe de antemano que las tramas y acciones son ficción, los espectadores pueden sentir que en Se Busca, de Bekmambetov, ven acciones increíbles en un contexto que pretende ser realista... y caer en una ambigüedad que se mueve entre descalificarla o darle cierto crédito a la imaginación: los personajes de la novela de Mark Millard y J. G. Jones no son fáciles de ubicar en los estereotipos ya conocidos de la famosa liga de los súper héroes.

La cinta sólo pretende entretener, lo mismo que aquellas más populares, y lo hace bien a partir de grandes efectos visuales y estética un tanto oscura, apoyada en una trama interesante y diferente, pero sobre todo, con un personal histriónico de grandes ligas.

Bekmambetov, conocido por Los Guardianes de la Noche y su secuela, Los Guardianes del Día, realiza su primer largometraje en inglés, con actuaciones -regulares- de Morgan Freeman, Angelina Jolie y James McAvoy, (cuyos papeles como el simpático fauno Mr. Tumnus en Las Crónicas de Narnia 1 o como el doctor Nicolas Garrigan en El Último Rey de Escocia, lo han puesto en el camino hacia el estrellato, haciendo recordar, con el debido respeto, a un actor como Dustin Hoffman, dadas sus características físicas). Contar tan solo con Freeman y Jolie en el reparto actualmente le otorga gran caché a cualquier cinta.

La premisa central de la película es una mezcla de dos elementos míticos: la existencia de una Fraternidad de asesinos que actúan bajo el designio de una tejedora, la cual determina quién debe ser eliminado en aras de mantener el orden natural de las cosas, a través de la composición del entramado de sus hilos.

El primer elemento mítico, la llamada Fraternidad, tiene referencias a la secta persa musulmana ismaelí, llamada Hashshashin, fundada en el siglo VIII y que se distinguía por asesinar a miembros de las élites Abbásidas por razones políticas y religiosas.

El otro elemento mítico tiene que ver con las historias acerca de una tejedora, que aparecen en culturas tan distantes como la japonesa (en el texto tradicional llamado Adachigahara de los Cuentos de Hadas Japoneses, o en el texto Tsuru No Ongae -La Grulla Agradecida-), y algunas sudamericanas (como en la tradición de los indios Kogi colombianos, o los Guajiros de Venezuela).
Encontramos con más claridad la representación de una tejedora del “destino” en algunos relatos y creencias de Norteamérica(como en los de la serie de historia ficción de Alvin Maker, de Orson Scott Card). Estos cuentos tienen en común la creencia de que una tejedora hilvana hilos que son la representación de la existencia de cada ser humano. Cuando se termina un hilo, la vida de una persona también llega a su fin. La vida de esa persona dependerá de cómo esté hilvanada con las demás.

En la película de Bekmambetov, Sloan (Freeman), jefe de la Fraternidad, manda reclutar al aburrido y mediocre contador Wesley Gibson (McAvoy), luego de que uno de los suyos los ha “traicionado” y ha decidio emprenderla contra los miembros de su sociedad.

La sexy e implacable Fox (Jolie) es la encargada de contactar a Gibson, “rescatarlo” de su ordinaria y sosa existencia y entrenarlo; el giro que da su vida es algo que todo mundo desearía: aventura, acción, tener un objetivo por el cual luchar (aunque no se comprenda): cumplir los designios de la tejedora (en este caso industrial) que Sloan es el único que puede “interpretar”.
Gibson descubre que lo que él pensaba que eran sus ataques de angustia o de soponcio era en realidad la manifestación no controlada de habilidades generadas por su gran producción de adrenalina. Sumado a ello, descubre su capacidad para combar las trayectorias de las balas disparadas, lo que lo hacen -junto con un durísimo entrenamiento con El Reparador y El Carnicero, expertos en castigo físico y manejo de armas blancas, respectivamente- el más poderoso de los asesinos, único capaz de enfrentar al renegado.

Pero al ser Sloan el intermediario entre la tejedora y los asesinos profesionales, ¿quién puede garantizar que es un buen traductor y no un traditore?

Si usted vio las anteriores películas de Bekmambetov, no debe perderse esta cinta, lo mismo si es fan de la bella Angelina Jolie.

Transiberiano

Pasiones en el Expreso de Medianoche

Ricardo Martínez García

El director Brad Anderson entrega en Transsiberian Expreso de Medianoche (poco que ver con el original Transiberian) un thriller y movie road que lleva al espectador por los maravillosos bosques y tundras que el mítico tren atraviesa en su larguísimo camino desde Pekín hasta Moscú.

Un matrimonio en misión religiosa en China formado por el simpático Roy (Woody Harrelson) y la taciturna Jessie (Emily Mortimer) deben regresar a los Estados Unidos, pero antes deciden hacer un viaje en el Transiberiano en busca de un poco de aventura, sin saber que encontrarán algo más que eso. El viaje les proporciona la posibilidad de conocer gente diferente, conocer a su pareja y finalmente a sí mismos. Entre aquellos con los que entran en contacto se encuentra una pareja formada por el bien parecido español Carlos (Eduardo Noriega, en un personaje que recuerda un poco al que hizo en Tesis, 96) y Abby (Kate Mara), que a todas luces tienen algo extraño: él con una actitud demasiado desenvuelta y hasta maliciosa y ella reservada y tímida.

La trama se desarrolla al principio como en cualquier viaje largo, pero durante el trayecto afloran las pasiones, las debilidades, las inseguridades. Jessie y Carlos son los antagonistas principales en esta lucha pasional, con resultados insospechados. Hay aquí también una historia muy conocida por los mexicanos sobre el tráfico de drogas y la corrupción policiaca, en la que de pronto se encuentran inmiscuidos tanto Roy como su esposa.

El muy versátil actor inglés Ben Kingsely, ganador del Oscar por su trabajo en la cinta de 1982 Ghandi, interpreta a un detective de narcóticos ruso, el oficial Grinko, que hace ver su suerte a Jessie, al llevarla al límite de sus emociones.

Anderson maneja muy bien las tensiones humanas y el ritmo, dando como resultado una película interesante y a la vez realista. Muestra cierta parte de la condición humana de manera cruda, como la imprevisibilidad de la actitud de los personajes, sobre todo hablando de las dos parejas, que se supone se conocen, pero es bastante previsible al mostrar la corrupción de los sistemas policiacos dedicados a la lucha antidrogas. Es decepcionante ver cómo miente la gente, y cómo otros son demasiado ingenuos al enfrentarse a situaciones límite.

La moraleja tal vez sería que uno no debe confiar en la policía rusa ni china y si a esas vamos, mexicana o de cualquier lugar, y menos si es de narcóticos.

Sunday, February 18, 2018

De rifles y derechos mal entendidos

El tiroteo en la escuela de Florida prueba que
necesitamos armar a cada niño mayor de 6 meses para su propia protección.

Mark Steel/The Independent/15 febrero 2018.
(Traducción de Ricardo Martínez García)

La insistencia de los norteamericanos sobre su derecho a las armas está en consonancia con su sistema de creencias cristianas. Como todos sabemos, cuando a Jesús le preguntaron qué se debía hacer cuando a uno le golpean la mejilla derecha, él respondió: “Cargo mi rifle A15 semiautomático y disparo a extraños al azar, en un centro comercial de Nazareth.

Después de otro reciente tiroteo en una escuela norteamericana, seguramente ha llegado el tiempo en que escuchemos los argumentos de los ordinarios norteamericanos y veamos a cada niño mayor de seis meses con un arma.

La única manera de mantener a salvo a los niños es asegurarnos de que estén fuertemente armados, tan pronto como desarrollen la habilidad de disparar. Obviamente esto deja vulnerables a los bebés más pequeños, por lo que ellos deberían estar dotados de un lanzallamas activado por voz, que achicharre a cualquiera a 15 metros alrededor, cada vez que haya un alboroto.

Entonces, los maestros podrán añadir a sus enseñanzas la de mostrarle a los niños cómo dispararle a cosas. Cuando un estudiante se aloque con una pistola Heckler & Koch 9 mm, a pesar de que se les ha dicho que no lo hagan, como ahora, los maestros pueden advertirle y decir: “Watkins, qué te he dicho sobre enfocarte en tu blanco? Lo hiciste bien matando a tres chicos en el pasillo, pero ignoraste completamente al Señor Nolan, el velador”.

El tiroteo en Florida es el número 18 en lo que va de este año. Pronto habrá tantos que ya no será noticia, y serán leídos como si fueran los resultados del partido de fútbol del sábado por la tarde. El locutor dirá algo como “Aquí los resultados de los tiroteos escolares de la semana: Kansas 3, Wyoming 1, Montana 2, Texas CUATRO”.

Entonces, en lugar de quejarnos de estos hechos, éstos podrían ser incorporados a las lecciones. Un maestro de matemáticas puede decir: “Esta mañana había 28 de nosotros en el salón de clases, ahora cuatro de nosotros yacen en un charco de sangre. Exprese la fracción de la cantidad de nosotros que hayamos sobrevivido”.

La Asociación Nacional del Rifle (NRA) y seguidores que se oponen al control de las armas, suelen estar un poco avergonzados luego de un tiroteo escolar. Se mantienen quietos por una semana, entonces susurran algo como “A la luz de los eventos, quizá no deberíamos decir nada sino hasta que conozcamos los hechos, pues puede ser que las heridas de arma de fuego no hayan sido causadas por una pistola”.

Entonces es bueno ver que ellos han superado esa tímida fase, y responden a la masacre diciendo “síii, vieron que esa duda era útil? Terrible”.

Enfatizarán entonces qué tan crítica es la cláusula de la constitución original de su país es la que garantiza el derecho fundamental de cada ciudadano a cargar una pistola. Tiene sentido que los fundadores de la nación se aseguraran que el hombre común tuviera el derecho a oponerse a la tiranía, y protegieran el derecho de la colonia a defenderse contra un dictador extranjero, estableciendo en la ley el poder de los gobernados a gobiernos injustos. Y eso es exactamente lo mismo que proteger el derecho de un joven que se sienta en un ático por ocho meses a jugar juegos de computadora, que piensa que ha sido enviado a la Tierra por el Poderoso Thor a comprar un rifle semiautomático y así pueda atacar a todos en una zapatería en Wyoming.

La insistencia de los norteamericanos sobre su derecho a tener armas es difícil de comprender para los extranjeros. Pero eso está relacionado con sus creencias cristianas fundamentalistas, y debemos respetar eso, porque cuando a Jesús le preguntaron qué se debía hacer cuando a uno le golpean la mejilla derecha, él respondió: “Cargo mi rifle A15 semiautomático y disparo a extraños al azar, en un centro comercial de Nazareth”.

De hecho, si hay un lado alegre en esta última masacre, es la excelente publicidad que le da al rifle AR15. Porque ha sido usado no solo en este tiroteo, sino en el de la escuela Sutherland Springs de Texas, y en el de Las Vegas. Así, los fabricantes se apresurarán a publicar un anuncio en el que alguien diría “Hola, soy un lunático que come ardillas crudas y vive en una recámara con el Diablo y cuando enloquezco en el patio de una escuela, yo siempre tomo mi AR15, que garantiza una masacre como pueda” Entonces Charlton Heston puede decir: “AR15, la elección de 9 de cada 10 jóvenes pistoleros a lo largo de los Estados Unidos”.

El argumento más recurrente que oímos de los norteamericanos poseedores de armas es que, cada nueva masacre no prueba que las armas sean peligrosas, sino que lo peligroso es no tener un arma. Porque la mejor protección contra un salvaje pistolero es una pistola.

Y esto es verdad. Del mismo modo, no mucha gente es asesinada por personas locas que manejan su tanque a través de una escuela o un centro comercial. Esto puede ser porque es muy difícil, incluso en Estados Unidos, comprar un tanque. Pero hay una manera más sensible de observar esto, que es que si alguien fuera a ir enfurecido con un tanque, el resto de nosotros no podríamos tener protección. Entonces nosotros debemos hacer legal, lo más pronto posible, que poseas tu propio tanque personal.

(Texto origninal en http://www.independent.co.uk/voices/florida-school-shooting-gun-control-arm-children-students-trump-america-national-rifle-association-a8212631.html)

(Foto: http://www.spiegel.de/international/world/newtown-massacre-creates-pressure-to-reform-us-gun-laws-a-873820.html)

Saturday, May 20, 2017

Una cosa por otra

No hay pueblo defienda a Enrique Peña Nieto
Peña Nieto y Colaboradores


Ricardo Martínez García

Nicolás Maduro, presidente venezolano, en recientes declaraciones señaló que "no hay gobierno que defienda a los mexicanos", en alusión a la falta de respuesta por parte de nuestro gobierno, ante la agresión del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump a los mexicanos, al mandar a construir un muro en la frontera con México, y llamar a algunos mexicanos que viven sin documentos en el país del norte como bad hombres, o decir que México solo manda violadores y criminales, entre otras lindezas.

El actual gobierno, en efecto, no solo no ha sabido defender a los mexicanos ante los agravios de Trump, sino que concerta reuniones, realiza invitaciones a destiempo y antidiplomáticas y se dispuso a colaborar con el ahora también impopular Trump.

No se puede negar la certeza de la afirmación de Maduro. La verdad incomoda, venga de quien venga, pero no por eso deja de ser verdad. A cambio, no hay mexicano (salvo que sea familiar o priístia inconsciente) que defienda a Enrique Peña Nieto.

Tasas de homicidos en aumento relacionadas con la violencia del narco, alzas constantes al precio de la gasolina, corrupción rampante (casos Casa Blanca ) reformas estructurales fallidas, estancamiento de la economía, etc., son algunos de los puntos importantes que hacen indefendible al presidente mexicano.

Por eso, si no hay gobierno que defienda a los mexicanos de las agresiones de Donald Trump, tampoco hay pueblo que defienda a Peña Nieto. El problema, naturalmente, es muchísimo más grave para el pueblo mexicano que para Peña, que el próximo año se retira a gozar de una jugosa pensión vitalicia, sin contar con las propiedades e inversiones que haya podido realizar en su sexenio.

El pueblo mexicano seguirá pagando las consecuencias de la rapacería, la incompetencia en la administración, la corrupción en todos los ámbitos y el servilismo que ha mostrado el gobierno federal y su ejecutivo.

Saturday, August 20, 2016

Escuadrón Suicida

Ni tan malos
En busca del guión perdido

Ricardo Martínez García

Aunque el título de la nueva cinta de David Ayer, Escuadrón Suicida (Suicide Squad, 16) alude a un grupo de personas, son los personajes de Deadshot y Harley Quinn quienes protagonizan en realidad esta cinta de antihéroes que, por ser tan malvados, son usados para combatir a una entidad, supuestamente terrorista, pero más bien una poco creíble criatura sobrenatural aún más malvada que ellos.

El enemigo ya no es el terrorismo, ahora es una bruja de estilo náhuatl liberada por accidente, como si fuera el genio de la lámpara, pero sin conceder ningún deseo, y que desea destruir a todo el mundo.

Si bien el disfrute de una cinta de ficción y de acción estriba en jugar el juego de la imaginación, haciendo algunas pequeñas concesiones a la coherencia, en esta película solo se halla el disfrute en la corroboración de que son los clichés y el uso de ciertas probadas fórmulas (como el del grupo que se forma para derrotar al enemigo, las peculiaridades de los integrantes del grupo, el sacrificio individual en aras del amor, etc.) los que guían a una historia disparatada, que explota y apuesta, en lo que le toca, por el atractivo visual perverso del personaje interpretado por Margot Robbie.

Will Smith cumple como héroe de acción, pero al actuar como el inescrupuloso asesino a sueldo Deadshot, que quiere ser también un buen padre de familia preocupado, cae en un aparentemente irresoluble dilema moral (y que es el dilema de toda la cinta: ser buenos siendo muy malos), pero que además de ello es aceptado por su hija tal como es de malvado (“papi, sé que haces cosas malas, pero aún así te amo”).

En medio de una excelente banda sonora con algunos de los mejores clásicos de grupos roqueros como los Rolling Stones, Black Sabbath, AC/DC, Credence Clearwater Revival, Eminem y The White Sripes, entre otros, se presentan a los integrantes del escuadrón suicida que la todo poderosa Amanda Waller (Viola Davis) conforma, con autorización del presidente, para combatir a los malos de Ciudad Gótica y otros enemigos de la Gran Nación, una vez que Supermán ha dejado de volar, para dar seguimiento a la película Batman contra Supermán, El Origen de la Justicia.

En el universo de personajes creados por DC Comics, seguramente hay algunos que son novedad para la mayoría de los espectadores, y la cinta los presenta tan rápidamente que resultan confusos y desdibujados. El antihéroe más detestable es el inspirado en un pandillero latino, que en su furia desata los poderes que posee. El Guasón, personaje que interpreta Jared Leto queda algo lejos de la tenebrosidad que en su momento le puso el desaparecido Heater Ledger, y por su parte Harley Quinn, que se supone está loca, su mayor chifladura es enamorarse del Guasón y fantasear con tener una vida normal con él.


La cinta resulta divertida solo en escasos momentos, y es predecible en su mayor parte. Lo mejor es la banda sonora sin duda, además de la escenografía, pero la historia, el guión, falla al reunir a estos malosos para combatir a entes sobrenaturales, a los cuales pretenden destruir con métodos convencionales de una guerra de guerrillas. El entretenimiento por el puro entretenimiento no es divertido.

Nunca apagues la luz

Vida en las tinieblas
Miedo a lo oscurito

Ricardo Martínez García

Hay entidades que aparecen cuando las luces se apagan, pero desaparecen al encenderse la luz, o al menos esa es la premisa de la cinta del director sueco David F. Sandberg, y que está basada en el corto del mismo nombre que el realizador filmó en 2013.

Rebecca (Teresa Palmer) es una joven que trata de vivir su vida de modo independiente, luego de salirse de su casa, pero cuando Martin (Gabriel Bateman) su hermano menor, comienza a mostrar signos de gran cansancio, durmiendo en sus clases, ella es llamada, ante la ausencia de su madre Sophie (Maria Bello).

Sin grandes efectos especiales, pero con un manejo acertado de la escenografía, la fotografía y la interpretación actoral (algo que comparte con las cintas de James Wan), este cineasta europeo presenta una sobria película de terror, si cabe decirlo así, en la que la tensión y el suspenso juegan un papel preponderante.

En su infancia Sophie tuvo una amiga, Diana a la que conoció cuando tuvo que ser internada en un hospital psiquiátrico, por problemas de esquizofrenia. Diana tenía una condición física especial, no toleraba la luz, por lo que al ser sometida a una novedosa terapia, muere en circunstancias más que misteriosas. Es a esta amiga a la que Sophie, sin saberse cómo, está ligada ya en su vida adulta, y las víctimas son sus dos hijos, Rebbeca y Martin.

En un alarde de investigación detectivesca, Rebbeca logra, con ayuda de su novio, descubrir algunas cosas sobre Diana, pero de conocer sus datos biográficos a verla cada vez que apaga la luz, hay un gran trecho.

El acoso de la fantasmagórica amiga de Sophie llega a tal grado que al parecer es incluso la responsable de la desaparición del papá de Martin, así como del de Rebecca. En la oscuridad Diana se muestra enorme, poderosa y terrorrífica, pero ante la luz, se desvanece completamente, al menos en apariencia.

Nunca queda claro de qué manera Diana quedó ligada a Sophie, pero lo que sí queda claro es que sólo con la muerte de ésta la otra desaparecería, así como la amenaza que representaba para su familia. Con amigas como ella, para qué necesita enemigas.


Se trata de una cinta bien hecha, cumple con el objetivo de ser entretenida y mantener al filo de la butaca a los espectadores. No es una cinta de la que uno salga realmente aterrorizado, sino más bien intrigado por la extraña historia de la amistad entre Sophie y Diana. Aún así, apagar las luces en casa, luego de ver la cinta, será por lo menos atemorizador.  

Truman

De frente a la vida
Dignidad ante todo

Ricardo Martínez García

Julián y Tomás son dos amigos de la infancia que se vuelven a encontrar, luego de un tiempo de no verse. Tomás (Javier Cámara) emprende el viaje desde Canadá y hasta Madrid, donde vive su amigo Julián (Ricardo Darín), quien es un actor argentino que trabaja en teatro, y con el que pasará cuatro inolvidables días.

Cesc Gay, cineasta catalán nacido en 1967, presenta en Truman (2015) una obra en la que la actitud de los personajes ante lo inexorable juega el papel central. Julián sabe que morirá pronto, y su manera de enfrentar ese hecho oscila entre lo franco cómico y lo obsesivo realista. Su amigo Tomás es su fiel compañero que acepta tal hecho y apoya a su amigo en todo momento, aunque no sin oponer cierta resistencia. 

Julián vive su vida sabiendo que se acaba y la vive de acuerdo a lo que cree está bien, pero los demás parecieran que ignoran que también su vida se va acabando poco a poco, aunque no por enfermedad (como la de todos). 

¿Es demasiado mórbido planear el propio funeral, o pensar sobre todo en el futuro de su perro, llamado Truman, por parte de Julián? Truman también ya está viejo, pero a diferencia de Julián, no puede decidir por sí mismo, así que eso lo tiene que hacer su dueño antes de su viaje definitivo.

Ricardo Darín, como siempre, imprime su sello personal e interpreta a Julián de un modo sobrio, racional, simpático y de una franqueza demasiado cruda, tal como lo amerita su situación, incluso cuando decide que, llegado el momento, no esperará a que empeore tanto que se vuelva dependiente de otros.

Javier Cámara, por su parte, realiza un trabajo magnífico, con discreción pero con fuerza y carácter en su papel de Tomás, quien, andando con Julián, termina siendo testigo de cómo reacciona la gente que lo conoce y sabe de su estado de salud. El hijo de Julián, el dueño del teatro donde trabaja, sus colegas actores, su ex esposa, etc., todo en diferentes y variados escenarios.

Dentro de la temática de enfermedades terminales, hay varias películas destacables como Antes de Partir (2014), o Ya casi te extraño (2015), y ésta de Gay por supuesto, que no cae en el sentimentalismo sino que ofrece una mirada sobria y ecuánime de una situación de esta naturaleza.


Se trata de una cinta entretenida y conmovedora, en la que la fuerza interpretativa de estos dos excelentes actores iluminan aspectos de la vida cotidiana y de la forma de afrontarlas, como la amistad, la familia, las enfermedades, las relaciones personales, etc. “Tiene sentido”, dice en un momento dado Julián.

Más fuerte que las bombas

El punto ciego de los sentimientos
La verdad de los sentimientos

Ricardo Martínez García

Gene es un profesor de preparatoria y ex actor, viudo de una fotoperiodista de gran fama, Isabelle, fallecida en un accidente de auto. Tanto él como sus hijos Jonah y Conrad, viven su duelo de maneras muy distintas.

El director noruego Joachim Trier presenta en este filme cuatro perspectivas familiares sobre un suceso vivido en común: la pérdida de la madre y de la esposa. Para cada uno este evento tiene un significado diferente, lo cual resulta patente cuando la agencia para la que trabajaba Isabelle (Isabelle Huppert) solicita permiso para buscar material fotográfico inédito en la casa familiar.

Gene (Gabriel Byrne) vive con su hijo menor Conrad (Devin Druid), quien vive introvertido pero no ajeno a su entorno. Cada vez que Gene intenta establecer alguna charla con su hijo, solo encuentra rechazo y aislamiento. El hijo mayor, Jonah (Jesse Eisenberg), está por terminar su doctorado en sociología y acaba de ser padre. Es él el que revisa el material dejado por su madre para la agencia, encontrando efectivamente material inédito que desecha por ser demasiado íntimo y revelador. Al mismo tiempo, el colega periodista de su madre Richard (David Strathairn) decide escribir un homenaje para Isabelle en el New York Times, lo cual genera cierta angustia a Gene, pues su hijo menor no sabe sobre lo que se piensa realmente del accidente de su madre.

La trama se teje con elementos cotidianos en las familias modernas, fragmentadas, indiferentes en apariencia, faltas de comunicación, cada uno intentando vivir su vida lo mejor que puede, egoísta la mayor de las veces. Los recuerdos que cada uno de ellos hilan sobre su madre ofrecen para el espectador una visión más completa que la imagen fragmentada que la que ellos se han construido para sí individualmente; la personalidad de todos es una construcción colectiva. Siendo así, no se puede hablar de que una visión personal sea más cierta que otra. La imagen que tenemos de cada quien, pareciera sugerir la cinta, es resultado de lo que hemos vivido con esa persona, más lo que otras personas comunican de ella. La verdad es consensual, como diría Adorno, o al menos el conocimiento de los otros. Pero en la cinta no hay consenso sin comunicación.

Si en su trabajo como corresponsal gráfica de guerra Isabelle fotografiaba escenas que denuncian la barbarie de los conflictos armados, la cinta denuncia esa falta de comunicación en las familias, que ocultan cosas para no lastimarse entre sí, pero el verdadero daño es precisamente no comunicarse. El trabajo periodístico de Isabelle debía generar profunda indignación, pero lejos del conflicto, sus fotos se pierden en la indiferencia de la vida social. La sola comunicación no basta para vencer la indiferencia general.


La cinta invita a la reflexión sobre la vida familiar y social, sobre la importancia de la comunicación y su valorización, y al final, sobre aquello que consideramos cierto o verdadero pero que puede no ser más que parte de un todo, del que solo conocemos una parte.

La Bruja

Fanatismo autodestuctivo
Del folklore norteamiericano

Ricardo Martínez García

Hay algunos aspectos culturales a lo largo de la historia de la humanidad que resultan autodestructivos para aquellos que comparten un específico sistema de creencias basadas en una religión. Expresiones de lo mágico, de lo satánico, mueven las acciones de algunas personas hacia fines siniestros, en una clara violación de las leyes tanto de la naturaleza como de las humanas.

A partir del siglo XVII las grandes migraciones de europeos anglosajones y protestantes a las Colonias Británicas comenzaron a poblar las extensas llanuras del norte y medio oeste norteamericano. 

Muchos de ellos arrastraban consigo una cultura de arduo trabajo agrícola, forjada en la pobreza y en la precariedad, pero además eran fieles del cristianismo protestante en sus múltiples variantes, creyentes del poder divino de Dios y de su manifiesta voluntad, así como de la real existencia de su adversario, quien constantemente los tentaba a pecar y alejarse de Dios. Eran dueños de una espiritualidad desbocada, basada en una inculta interpretación de los textos bíblicos, lo que daba pie a extrañas desviaciones supersticiosas.

En un sistema de creencias donde una acusación infantil podía tener como consecuencia ser juzgado o juzgada como practicante de la brujería y ser quemado, o ahorcado, nadie estaba seguro. Miles de personas inocentes en Europa central sobre todo, y algunas en América, víctimas de la maledicencia, la envidia, la ignorancia y la paranoia, murieron al ser acusadas de practicar la brujería y de ser adoradoras del diablo. 

Son famosas en la historia las cacerías de brujas llevadas en Alemania, así como las múltiples ejecuciones llevadas a cabo, en el lado del cristianismo católico por oficiales de la Santa Inquisición, tanto en Europa como en Norteamérica. La cacería de brujas fue algo en lo que compitieron tanto protestantes como católicos.

En este contexto se plantea la cinta La Bruja, dirigida por Robert Eggers, una narración descarnada, casi un documental sobre una familia emigrada que decide vivir en el aislamiento de un valle rodeado de bosques de la Nueva Inglaterra a inicios del siglo XVII. 

La familia trabaja en su granja, pero la normalidad se trastoca cuando desaparece el hijo más pequeño, el bebé que estaba cuidando la hija mayor Thomasin (Anya Taylor Joy) a orillas del bosque. La desaparición es tan súbita que ella no sabe a qué atribuirlo: un lobo o ¿una bruja? Se desata entonces una paranoia familiar de consecuencias nefastas.


Casi sin efectos especiales, entrevemos a una mujer que vive en lo profundo del bosque untarse el cuerpo con la sangre del bebé raptado, algo de lo que comúnmente se acusaba a las brujas, con el supuesto fin de poder volar; al final vemos a Thomasin participando de lo que parece un aquelarre o sabbat en medio del bosque, a donde llega siguiendo a Black Phillip, la cabra, con quien ha tenido una conversación perturbadora. El suspenso que se genera no es tanto la de una película de terror convencional, sino una en la que lo espantoso es la autodestrucción familiar, producto de la superstición. ¿No es eso lo que desea el diablo?

El conjuro 2

Con esto no se juega
Fe y escepticismo

Ricardo Martínez García

¿Cuántos casos interesantes guardarán los archivos del matrimonio Warren? En El Conjuro 2 (2016) el director James Wan recrea el caso de Enfield, un barrio de clase trabajadora en Londres, en la década de los 70 del siglo pasado.

La familia Hodgson, que atraviesa por grandes penurias económicas, comienza a sufrir una serie de situaciones sobrenaturales en su casa, la cual es vieja, oscura y siniestra. El espíritu de un anciano pareciera atormentar particularmente a la hija menor de la familia, a la hora de dormir y con lo que parecen pesadillas horribles.

En su afán por ayudar, los Warren, laicos devotos muy cercanos a la Iglesia católica, deciden ir a Londres a recabar pruebas de que hay en verdad una entidad demoníaca en la casa de la familia Hodgson, que amerite un exorcismo autorizado. Pero los eventos se desencadenan demasiado rápido y de modo inesperado, que hacen innecesaria esa autorización. Tales eventos se valoran o se desechan según el enfoque y las pruebas materiales, que es algo con lo que al parecer cuenta el ente demoníaco, que engaña y miente para alcanzar sus metas. Los Warren se retiran ante el aparente fraude, pero luego se dan cuenta de que cometen un error.

La cinta está excelentemente ambientada en la década de los 70, con actuaciones sólidas tanto de Vera Farmiga como de Patrick Wilson y de Madison Wolfe, quien ofrece una electrizante actuación que la coloca al lado de Linda Blair, además de una excelente banda sonora que incluye el clásico de The Clash “London Calling”.

Desde el formato del título de la película es claro el deseo de Wan de celebrar al género clásico de terror, pues tal formato es muy parecido al usado en El Exorcista. Aunque la película está muy bien hecha, desde la edición, la fotografía, la música, las actuaciones, la ambientación y los efectos especiales, su principal virtud es lograr mantener al espectador al filo de su asiento, generar el tipo de tensión tan peculiar de las mejores cintas de este género, como ya lo mostró el propio Wan en El Conjuro y La Noche del Demonio 1 y 2.

El lado débil de esta nueva entrega tal vez tenga que ver, primero, con la lógica misma de la historia, aunque claro, al ser una historia demoníaca, es probable que eso la ubique más allá de cualquier lógica. No se puede uno dejar de preguntar ¿por qué esta familia, por qué el ente demoníaco posee particularmente a Janet Hodgson?, ¿cuál fue el verdadero papel de los Warren en el caso de Amityville? Es posible que estas preguntas solo sean indicativo de que se debe ver al menos un par de veces esta cinta. Pero también es claro que si hay entes que pueden hacer lo que se ve en la cinta, no queda más que encomendarnos a Dios y pedir su protección.


Por otra parte, no deja de llamar también la atención que hay en esta cinta una estructura fílmica, un esquema previamente diseñado, que no es novedoso, pero que igual sigue atrayendo al espectador. Es claro que el esquema usado en El Conjuro (2013) es la guía para su secuela, y cuyo éxito garantiza el interés por esta segunda parte.

Friday, June 17, 2016

Volando Alto

Espíritu invencible
Querer sí es poder!

Ricardo Martínez García

Un deseo, un ideal, una meta o un reto, tal vez todo eso o algo completamente diferente es lo que motiva a una persona a perseguir algo hasta que lo consigue, a pesar de los obstáculos que se le presenten. Tal es la historia de Eddie Edwards, que nos presenta el director británico Dexter Flechter en Volando Alto (2016) la historia de un hombre con un sueño: competir en las olimpiadas, a pesar de su falta de entrenamiento y preparación, pero con un espíritu indomable.

El lema de las Olimpiadas señala que “lo importante no es el triunfo, sino la competencia”, es decir la experiencia misma de estar ahí, compitiendo con los mejores del mundo, aunque sea en las olimpiadas de invierno. Michael Eddie Edwards (Taron Egerton) tal vez no era el británico mejor esquiador saltador del mundo, pero sí es uno de los más tenaces, aguerridos, valientes deportistas y eso es lo que lo vuelve un personaje famoso. Nacido en 1963 en Cheltenham, Inglaterra, Eddie creció en una familia de clase trabajadora, su padre era yesero, pero él aspiraba a algo más. Sin ser un atleta, y gracias a su férrea voluntad, logró que el renuente Comité Olímpico de su país lo aceptara, no sin antes ponerle algunas trabas, como único participante en la prueba de salto en esquíes de las Olimpiadas de Invierno de Calgary, en 1988. Con un gran apoyo de la prensa y la antipatía de muchos competidores “serios”, Eddie apenas si logró clasificarse para esas olimpiadas y ganar algunos patrocinadores.

Pero tal vez el apoyo que logra por parte de su entrenador Bronson Peary (Hugh Jackman) fue el decisivo, el que le dio el impulso a continuar a pesar de las piedras que su padre, el comité olímpico, otros competidores poco leales, le van poniendo en el camino.
La fe de Eddie no está puesta en una instancia divina superior, sino en el deseo y la férrea voluntad de trascender en el puro terreno individual, en la tenacidad y perseverancia a prueba de casi todo. Y esto es lo que se le reconoció a Michael, quien en esas Olimpiadas de Calgary escuchó corear su nombre luego de que el presidente del COI aludiera a su vuelo, como de águila. Es conmovedor cómo los logros de Eddie logran al fin cambiar incluso la actitud de su padre, tal vez el más renuente a dejar a Eddie realizar su sueño de competir en las olimpiadas.
Taron Egerton logra una destacada actuación como Eddie, luego de su debut en la película Kingsman, sobre todo porque al interpretar a Eddie tuvo que subir de peso y colocarse unas gafas para la miopía (además de “el águila” Eddie también fue apodado como “Mr. Magoo”). Egerton logra mostrar las diferentes facetas personales de Eddie de manera convincente, desde su tencacidad, su ingenuidad y su valentía rayando en la temeridad. Por su parte Jackman hace un uso adecuado de su impacto escénico, mostrando que no solo hace bien el papel de Wolverine, sino también otros papeles, como el de este antiguo atleta, saltador en esquíes, gruñón y bebedor, pero que logra ver algo en Eddie y decide ayudarlo a entrenar.

Cabe señalar que luego de la incursión de Eddie en esas Olimpiadas de 1988, las reglas para calificar a la competencia fueron modificadas, exigiendo mayor competitividad a los candidatos, lo que hace prácticamente imposible volver a ver a otro Eddie ingresando a tales pruebas.

Milagros del Cielo

Mueve montañas
Convicción y Esperanza

Ricardo Martínez García

En el mundo actual, ya casi no hay cabida para la fe, la esperanza de que lo irreversible cambie, de que lo inexorable no suceda. Al parecer la cuestión sobre la fe sigue siendo una cuestión de enfoque: o creemos que todo es cotidiano y causal, o creemos que nuestras vidas son el resultado de una cadena de milagros que ni siquiera podemos observar, dada nuestra visión cientificista y nuestro escepticismo radical.

La directora Patricia Riggen presenta, en esta cinta Milagros del Cielo (16) un drama familiar que tiene un final feliz, pero que para alcanzarlo la familia y sobre todo Christy y Anna deben atravesar.

La familia Beam es una familia como tantas otras, que lucha por su bienestar, trabaja, invierte, acude a los servicios religiosos. Pero la situación de salud de una de sus hijas lo trastorna todo. Anna (Kylie Rogers) es la hija mediana de Christy y Kevin Beam (Jennifer Garner y Martin Henderson), quien presenta una rara enfermedad intestinal. Christy, como cualquier madre, desespera ante los síntomas que presenta su hija y que no desaparecen, lo que la lleva a enfrentarse con médicos que a su juicio no hacen lo posible por su hija. Es así como llega con el especialista pediatra Doctor Nurko (Eugenio Derbez), quien confirma los diagnósticos de que Anna sufre una enfermedad incurable, la cual solo puede tratarse en la medida de lo posible, sobre todo evitando el dolor.
Anna, al jugar con su hemana mayor Abbie (Brighton Sharbino), sufre un aparatoso accidente, lo que añade drama a su ya de por sí terrible situación.

Sin la decidida voluntad de Christy, más la bondadosa intervención de algunas personas, como la recepcionista del hospital, o de Angela, la mesera del restaurante (Queen Latifah), o las atenciones a lo Patch Adams de Nurko, no hubiera sido posible la atención que Anna necesitaba en su momento.

Más allá de esto, está la gozosa incomprensión ante un evento positivo, la sobrevivencia de Anna no solo ante su accidente, sino la reversión de lo que era considerada una enfermedad incurable. La fe religiosa de Christy no parecía especialmente fuerte, su congregación y sus feligreses se vuelven algo negativo, luego de que algunas almas caritativas le sugieren como causa de los males de Anna los pecados de sus padres o los de ella misma. A pesar de ello, es a la fe y la oración a lo que acude Christy en el momento crucial en la vida de Anna.

Anna señala, al recordar los eventos luego de su caída, haber sentido comunicarse con Dios aún sin palabras, y que éste le hizo saber que debía regresar y que estaría bien. Fuera un exceso de medicamentos para el dolor, o una auténtica y mística experiencia religiosa, el caso es que la niña recupera la salud y la vitalidad.

El guión de la cinta es una adaptación del libro que escribió la verdadera Christy Beam, en su deseo de relatar su experiencia de vida más feliz y trascendente.

Al final el mensaje de la cinta es de lo más positivo: la vida está llena de milagros cotidianos, y los ve quien quiere verlos. El escepticismo es la incapacidad para cambiar de visión y poder realizar una interpretación de los hechos de manera menos causal y más milagrosa e inexplicable científicamente.


Dios no ha muerto 2

Libertad religiosa en duda
¿Educar o predicar?

Ricardo Martínez García

La profesora Grace Wesley (Melissa Joan Hart) da clases en una preparatoria, y en una de sus clases una estudiante le pregunta sobre si lo que están viendo en historia pudiera ser compatible con lo que Jesucristo señaló en los Evangelios. Su respuesta afirmativa desencadena una lucha laboral entre ella y sus empleadores, que se convierte en un conflicto jurídico en cuyo centro está la laicidad de la educación.

Los padres de la estudiante que cuestiona a la profesora están decididos a no permitir que su hija reciba sin su consentimiento lo que a su juicio es un ejercicio de predicación de la palabra de Dios, toda vez que ellos son librepensadores y no desean ningún tipo de adoctrinamiento contrario a la ciencia. Tal es el argumento en contra de la maestra.

Un hábil y recién egresado abogado toma la defensa de la profesora Wesley, y al mostrar que la respuesta de Grace a su alumna, más allá de estar apoyada en la existencia indudable, probada e histórica de Jesús, está apoyada en sus más profundas creencias, y esto le permite ganar el caso.

La cinta pareciera mostrar que así como hay fundamentalismo religioso, también hay fundamentalismo laico, o científico, o tal vez es algo más oculto. Lo que sí es claro es que la cinta pone de manifiesto una idea de Dios que propone la idea de que la existencia de Jesús de Nazareth como hombre equivale a la prueba indudable de la existencia de Dios. 

El catolicisimo y algunas variantes del protestantismo norteamericano en efecto son partidarios de esta noción, aunque con diferencias tales que las hacen precisamente diferentes y por ello son ramas aparte de una noción general del cristianismo.

El drama en sí puede considerarse típico de una lucha en los tribunales al estilo norteamericano, pero lo que es diferente es la argumentación, que pone de manifiesto ese fundamentalismo al revés, algo que pudiera considerarse anacrónico en pleno siglo XXI, una vez que se ha ganado el derecho a ejercer el culto que se quiera. Pareciera que algunos quieren confundir a la fuerza un comentario religioso con un proselitismo indebido en una escuela laica.


La actuación de Melissa Joan Hart es mesurada y adecuada dramáticamente, algo diferente de lo que vimos en su serie de Sabrina, la Bruja Adolescente. Lo valioso de la cinta es que es un buen pretexto para reflexionar sobre las propias convicciones religiosas y si su manifestación puede hacerse en cualquier contexto. 

Capitán América: Civil War

Amigos enemigos
Libertad por encima de la autoridad

Ricardo Martínez García

En medio de una campaña crítica en los medios de comunicación debido a los daños colaterales de la acción de Los Vengadores en su lucha contra Loki y otros malvados, surge el conflicto entre los líderes de los Vengadores, Steve Rogers o el Capitán América y Tony Stark o Iron Man.

El argumento de la cinta, dirigida por Anthony y Joe Russo, se introduce de modo superficial en un interesante dilema de filosofía política clásica: la oposición entre el ideal de libertad de acción y la necesidad de ceñirla a ciertas limitaciones, como las que establecen las leyes constitucionales. Muchos agradecen la acción defensiva y protectora de los Vengadores, pero algunos otros están en contra de tales acciones debido a sufrir de su acción destructiva (como lo que les ocurre a los héroes que aparecen en la cinta de animación del 2004 Los Increíbles, de Brad Bird).

El audaz héroe de guerra, idealista de la libertad y hombre de acción Steve Rogers (Chris Evans) entra en conflicto cuando se le solicita firmar un acuerdo por parte del gobierno en el que ceden él y el equipo de Vengadores su autonomía, en aras de una autoridad superior. Por su parte, Tony Stark (Robert Downey Jr.), el gran industrial vendedor de armas y posterior desarrollador de alta tecnología, es un firme partidario de suscribir tal acuerdo, con el que cree que estarán mejor el equipo de los Vengadores. Ellos encarnan los lados más destacados de la historia norteamericana ligadas a su fase imperialista del siglo XX: propaganda idealista y desarrollo industrial relacionado con la milicia, desde la perspectiva del cómic de Marvel.

De manera inaudita, cada uno de los miembros del equipo va tomando partido por alguna u otra postura, alinéandose ya sea con el Capitán América o con Iron Man. Destacan las ausencias de Thor y de Hulk, así como las divertidas y novedosas apariciones del Hombre Araña y Ant Man, el primero para el equipo de Iron Man y el segundo para el del Capitán.
Un elemento adicional en el argumento es Bucky Barnes, el amigo de Steve Rogers, quien encarna el punto culminante de la necesidad tiránica nazi (como un resabio de los experimentos de los científicos alemanes previos y durante la Segunda Guerra Mundial, y probablemente después de ésta) de controlar incluso las mentes de sus agentes llamados soldados del invierno. La amistad de Barnes con el Capitán América supone un punto de quiebre más con Iron Man.

No es claro que los Vengadores sean lo suficientemente conscientes de las implicaciones de sus posturas, pero queda claro que sea por la autoridad constituida o por la libertad idealizada, cada uno de ellos luchará por lo que cree correcto con lo que tiene, a pesar de ser amigos de los del otro equipo y a pesar de que en el fondo todos están del mismo lado. 

El resultado es algo confuso para los espectadores infantiles (y también para los adultos): ellos no ven las implicaciones conceptuales de la toma de partido entre los combatientes de esta guerra interna de cómic, solo ven esta cinta como entretenimiento y diversión.

¿Habrá una ruptura con el gobierno y sus leyes, por parte de los Vengadores, o se circunscribirán a ellas en aras de una reconciliación? Ya lo veremos en la siguiente entrega.

Saturday, April 16, 2016

Deadpool

Irreverente y sarcástica
Peculiar súper héroe

Ricardo Martínez García

Deadpool es una cinta que comienza la irreverencia y la parodia desde los créditos iniciales que aparecen en la pantalla. Así, luego de aclarar que hay cameos innecesarios (burlona alusión a los que hace de manera habitual Stan Lee en las cintas de Marvel, y en ésta no es la excepción), nos enteramos de que los verdaderos héroes de esta historia son ¡los guionistas!

Wade (Ryan Reynolds) narra cómo es que llegó a esa escena inicial en la que se encuentra en una camioneta a toda velocidad, que vuelca y en la cual él va expulsando y disparando a los malosos. Tim Miller, debutante director, junto con los guionistas Rhett Reese y Paul Wernick, presentan lo que en boca de Wade es una supuesta historia de amor, luego de truculentas escenas de acción violenta. Deadpool (16), antihéroe del universo de la Marvel, es una parodia de otras cintas producidas por la misma compañía de cómics, como por ejemplo de la franquicia de los Hombres X.

Wade, antiguo soldado de fuerzas especiales, se convierte en una especie de mercenario que se dedica a azotar a personas malas, y forma parte de un grupo, el cual se reúne en una taberna, donde el barman es quien les dice cuál es su misión. Es ahí donde conoce a Vanessa (Morena Baccarin), quien compite con él en cuanto a la sordidez con la que han vivido ambos. Ésa será la clave del romance entre ellos.

Al descubrir que tiene cáncer, Wade decide aceptar la oferta de un científico zafado llamado Ajax (Ed Skrein), quien le promete no sólo eliminar el cáncer, sino que con el tratamiento alcanzará nuevos poderes, como el de recobrarse de sus heridas (al estilo de Wolverine) pero además lograr que si pierde alguna extremidad, ésta se regenerará por sí misma. Ante la posibilidad de morir y perder a Vanessa, Wade accede, sin considerar el costo de tal tratamiento, que lo convierte en un súper héroe pero con graves deformaciones en la piel de su rostro. Es entonces que nace el nuevo héroe DeadPool, a quien Colosus y Negasonic Teenage de los Hombres X intentan reclutar.

La historia entonces pasa a ser algo convencional: la búsqueda del responsable de la operación, luchas, venganza, secuestro y rescate de la persona amada, etc.

Con un sarcasmo que la acerca a cintas como Kick Ass, muchas escenas de acción y romance (ingredientes que hacen divertida y disfrutable a este tipo de películas), Deadpool logra hacer que el espectador se olvide por un rato de los personajes heróicos de franquicias como la de los mencionados Hombres X, Wolverine, etc. Irreverente y divertida, hace parecer a las cintas de esas franquicias como serias, institucionales y hasta aburridas.


Ryan Reynolds hace olvidar su participación en la intrascendente cinta “Linterna Verde”, de la compañía DC Comics, en donde da vida al personaje principal.