Wednesday, September 30, 2009

Terror en la Antártida


Blancura Extrema
Ricardo Martínez García
Que nadie se confunda: el título original de esta cinta dirigida por Dominic Sena es Whiteout (09), algo así como blancura extrema. Pero de terror en la Antártida hay muy poco o nada. Lo que sí hay son ciertos momentos de suspenso, de angustia claustrofóbica, de desamparo ante el tremendo frío del Polo Sur, que solo muestran la fragilidad del ser humano en un ambiente totalmente extremo.

Carrie Stetko (la guapísima Kate Beckinsale, la vampira buena de Inframundo) es una marshal de los Estados Unidos asignada a la estación internacional de investigación científica enclavada en el corazón de la Antártida. Poco antes de terminar su periodo de dos años en el gélido lugar, ocurren una serie de hallazgos que le impedirán marcharse. No es una policía muy perspicaz, amén de que carga con un trauma causado por una traición laboral.

Basada en la serie de novelas gráficas de Greg Rucka, la cinta tiene buen ritmo, genera en principio cierto suspenso, que por supuesto nunca se convierte en terror. Carrie comienza su investigación con la identificación del cadáver de un geólogo, miembro de un equipo que no se sabe dónde está. Ocurre que este equipo se topó con un viejo avión ruso caído precisamente en lo más hondo de la Antártida y con cierto tipo de cargamento peligroso que despierta la codicia de las personas más insospechadas. Es la historia de siempre: se confía en quien menos se debería.

La hermosa y carismática actriz británica Beckinsale luce mucho cada vez que aparece en pantalla, pero esto no es suficiente para disfrazar algunas deficiencias argumentativas de esta cinta llena de efectos especiales con mucha nieve y hielo y que no termina de cuajar como una película policiaca, de suspense o como un thriller. Stetko es un personaje un tanto inverosímil, pues luego de estar dos años en la base ártica, se aprende a no descuidarse con el frío, como le ocurre a ella al salir al exterior de la base sin sus guantes al ser perseguida por el maloso, olvidando que ella va armada. Los papeles se invierten cómicamente: el malo persigue a la policía armado con un piolet.

La cinta está aderezada con un poco de aventura, de hermosos paisajes montañosos, de aparente e incipiente romance, de traiciones, de lealtades y sorpresas, de situaciones generadas por la ambición de quien tal vez debería tener superadas sus necesidades.

La película comienza prometiendo mucho, pero el modo en que se desarrollan las acciones es un poco defraudante. Lo interesante tal vez hubiera sido ver cómo pasaban el tiempo de espera los que se ven obligados a quedarse en la base.

La Transmisión


Ondas peligrosas

Ricardo Martínez García

La transmisión (The Signal, 07) es una cinta dirigida por tres directores, Jacob Gentry, David Bruckner y Dan Bush, en la que desde diferentes enfoques se muestra lo peligroso que es para el género humano estar expuesto constantemente a las transmisiones de esa “caja idiota” o “ventana al mundo” que es la televisión.

Esta película es un ejercicio casi psciosocial que muestra los efectos perniciosos, exagerados y estrambóticos, de acuerdo con el estilo personal de los directores, de una sociedad acostumbrada a vivir y convivir con la pantalla televisiva durante gran parte del día. La premisa de la cinta supone a la mayoría de las personas completamente bajo la inlfuencia –no influenza- del efecto hipnótico y canceroso sobre las mentes de los telespectadores, que los lleva a enloquecer y a volverse asesinos brutales.

Ben y Mya (los desconocidos Justin Welborn y Anessa Ramsey) son unos amantes que se tienen que separar pues ella debe regresar con su esposo Lewis (A. J. Bowen), ella no se puede comunicar por teléfono a su casa, la televisión de Ben muestra extrañas distorsiones, en la calle alguien trata de acercarse a ella y al llegar a su departamento otras actúan de forma extraña, pero sobre todo, en todos lados las televisiones muestran las mismas imágenes distorsionadas cuyo efecto en los espectadores son espeluznantes.

La cinta está dividida en tres partes, tal vez una correspondiente a cada uno de los directores, cada una con diferentes resultados. La primera parte plantea muy bien la trama, con una visión apocalíptica, oscura, de las consecuencias nefastas de esa “señal” transmitida por la televisión. Esa señal hace de los humanos paranoicos criminales violentos. Hasta ahí va todo bien, el recuerdo de cintas como Soy Leyenda (Francis Lawrence, 07), Resident Evil: Extinction (Russel Mulcahy, 07), o Daybreakers (Michael Spierig, 07), está presente en la cinta. Pero la segunta parte, o Transmisión 2, sale de la lógica anterior y convierte la cinta en una caricatura gore, sangrienta, y con pretensiones de comedia siniestra, lográndolo a ratos a costa de no tomarse en serio más. La tercera parte vuelve a retomar el hilo de la primera y juega aún más con el elemento psicológico. Las alucinaciones inducidas por estas ondas hertizianas que sufren los personajes los hacen confundir qué aspectos son reales o cuáles no.

Lo que es realmente absurdo es que los personajes se machaquen unos a otros y a la escena siguiente están como si nada, o la comicidad voluntaria que hace referencia a otras cintas, como la escena donde una cabeza cercenada vuelve a la vida con el simple procedimiento de conectar unas terminales eléctricas a las sienes, como si fuera el androide de la película Alien (Ridley Scott, 79).

La extrema violencia de Lewis, el esposo de Mya, que lo hace acreedor con justicia del título de “monstruo celoso”, es lo que hace que esta cinta gore-cómica-apocalíptica no sea apta para niños ni adolescentes. Si usted gusta de las cintas tipo B llenas de sangre y con cierto grado de ilógica en los detalles no se la pierda.

Tuesday, September 29, 2009

El Gato con Botas


Clásico pero diferente

Ricardo Martínez García

La historia de un gato muy astuto que se las arregla con mil trucos y un poco de magia para ayudar a su joven y pobre amo a conseguir casarse con la princesa de su reino, historia creada por el escritor francés Charles Perrault (1628-1703), es llevada a la pantalla grande por los directores Jérôme Deschamps, Pascal Hérold y Macha Makeieff, en una coproducción francesa, belga y suiza.

Los dibujos animados son bastante buenos pero no mejores que lo que se ha visto en las cintas de Pixar o Disney. Las escenografías, creadas por el Studio Delacave de Pascal Hérold, ofrecen un resultado magnífico del uso de la tercera dimensión, además de una estética visual con imágenes llenas de formas y colores que a veces recuerda ciertas etapas muy impresionista, a veces renacentista o barroca, que son el resultado de una técnica de filmación llamada Key Frame.

Los efectos especiales y la animación son el resultado de dos años de trabajo en el Estudio de Duran con una tecnología especial en “rendu” de tiempo real y alta definición desarrollada en conjunto con la sociedad Nadeo, la cual ofrece una especial cualidad de realidad, aunque los personajes indefectiblemente recuerdan a los presentados en Shrek por sus actitudes y figuras.

El desarrollo argumentativo no es muy claro que digamos, pareciera que la historia no termina de arrancar cuando de pronto llega a su fin la cinta. Hay por otra parte un estilo dramático fuertemente inspirado en la ópera y el teatro en el que abundan los cantos y las coreografías muy marcadas, debido al trabajo en estos campos de los directores Deschamps y Makeieff; el manejo de los personajes resulta interesante, por ejemplo el propio Gato, que se esfuerza por ser simpático, desenvuelto e hiperactivo y un poco mentirosón pero bien intencionado, el doctor Marcelo, un chimpancé tecladista que toca tonadas graciosas en los momentos más álgidos, el Ogro dueño de un castillo que cuando se enoja se convierte en pulpo pero que en realidad quisiera convertirse en algo más delicado, además del detestable chambelán de los reyes, que ante la indolencia de sus amos decide actuar por su parte.

Pierre, el amo adolescente del Gato e hijo de un molinero, carece de gracia pues al parecer se limita a dejar hacer lo que el gato le propone. La princesa de la cual se enamora, por el contrario, es una verdadera chispa: baila y canta muy bien tanto melodías populares como arias operísticas, además de que se deja ver en sitios a donde se supone no van los nobles.

La realización musical de Juliette Deschamps es digna de resaltar, es de lo mejor de la cinta. La historia es la conocida del tipo pobre que se enamora de la rica con base en ciertos pequeños engaños. Artísticamente es muy buena, pero no es una cinta muy original en ciertas otras áreas. No obstante, vale la pena ver este producto de animación europea, puede funcionar con ciertos sectores infantiles.

Tuesday, September 22, 2009

Transsiberian


Pasiones en el Expreso de Medianoche

Ricardo Martínez García

El director Brad Anderson entrega en El Expreso de Medianoche (poco que ver con el título original Transsiberian, y que además refiere injustificadamente a la cinta de Alan Parker de 1978, Midnight Express) un thriller combinado con una movie road que lleva al espectador por los maravillosos bosques y tundras que el mítico tren atraviesa en su larguísimo camino desde Pekín hasta Moscú.

Un matrimonio en misión religiosa en China formado por el simpático Roy (Woody Harrelson) y

la taciturna Jessie (Emily Mortimer) deben regresar a los Estados Unidos, pero antes deciden hacer un viaje en el Transiberiano en busca de un poco de aventura, sin saber que encontrarán algo más que eso. El viaje les proporciona la posibilidad de conocer gente diferente, conocer a su pareja y finalmente a sí mismos. Entre aquellos con los que entran en contacto se encuentra una pareja formada por el bien parecido español Carlos (Eduardo Noriega, en un personaje que recuerda un poco al que hizo en Tesis, 96) y Abby (Kate Mara), que a todas luces tienen algo extraño: él con una actitud demasiado desenvuelta y hasta maliciosa y ella reservada y tímida.

La trama se desarrolla al principio como en cualquier viaje largo, pero durante el trayecto afloran las pasiones, las debilidades, las inseguridades. Jessie y Carlos son los antagonistas principales en esta lucha pasional, con resultados insospechados. Hay aquí también una historia muy conocida por los mexicanos sobre el tráfico de drogas y la corrupción policiaca, en la que de pronto se encuentran inmiscuidos tanto Roy como su esposa.

El muy versátil actor inglés Ben Kingsely, ganador del Oscar por su trabajo en la cinta de 1982 Ghandi, interpreta a un detective de narcóticos ruso, el oficial Grinko, que hace ver su suerte a Jessie, al llevarla al límite de sus emociones.

Anderson maneja muy bien las tensiones humanas y el ritmo, dando como resultado una película interesante y a la vez realista. Muestra cierta parte de la condición humana de manera cruda, como la imprevisibilidad de la actitud de los personajes, sobre todo hablando de las dos parejas, que se supone se conocen, pero es bastante previsible al mostrar la corrupción de los sistemas policiacos dedicados a la lucha antidrogas. Es decepcionante ver cómo miente la gente, y cómo otros son demasiado ingenuos al enfrentarse a situaciones límite.

La moraleja tal vez sería que uno no debe confiar en la policía rusa ni china y si a esas vamos, mexicana o de cualquier lugar, y menos si es de narcóticos.

Monday, September 21, 2009

¿Quién es el verdadero rey del pop?


En busca del heredero del rey del pop

Ricardo Martínez García

Quincy Jones, el multipremiado, mítico y excelso productor y compositor musical dijo, en una entrevista reciente al periodista Iker Seisdedos del Diario El País (14/09/09), que Michael Jackson no tenía tanto talento como los verdaderos grandes, que jugaba en otra liga (inferior) a gente como Frank Sinatra, Aretha Franklin, Louis Armstrong, Nat King Cole y Ray Charles. A pesar de la verosimilitud de sus palabras, el imaginario popular considera a Jackson dueño de un pedestal difícil de ignorar. ¿Era en verdad tan bueno Michael como para merecer el título del rey del pop?

La industria musical, léase EMI, Warner, Sony Music, Universal y algunas otras que se han ido quedando en el camino como las absorbidas Polygram y BMG, se han distinguido siempre por estar al pendiente de los mejores instrumentos mercadotécnicos, siempre en busca de la mejor frase de promoción (como “el rey” o “la reina” del pop). Michael combinó su talento más que suficiente con su ascendencia en la industria gracias al éxito de su álbum Thriller (82), el cual pasa por ser el que más copias ha vendido en esta industria.

Michael Jackson fue todo un fenómeno musical, sobre todo con los tres discos producidos por Jones, discos de los más exitosos de todos los tiempos, Off The Wall, Thriller y Bad, pero también fue un sonoro éxito mediático y comercial, todo lo cual lo lanzó al Partenón de los grandes músicos del rock y del pop pero no del jazz, que está a otro nivel, de acuerdo con Jones.

El éxito que alcanzó Jackson, no obstante, no puede ser comparado con el que tuvieron y siguen teniendo los Beatles, por ejemplo, que continúan como todo un icono de la música popular y que difícilmente podrán ser superados. Convertidos en una especie de franquicia músico-comercial, con ventas que superan los mil millones de discos vendidos hasta ahora y con ediciones especiales de sus pistas, con las llamadas Antologías, el álbum 1 y las recientes remasterizaciones a todos sus discos y que se venden en la colección The Beatles Stereo Box Set, a un costo de más de cuatro mil pesos, los Beatles siguen siendo los reyes del pop (y del mercado).

Tal vez alguien dirá que la grandeza de los Beatles ha quedado en los terrenos de lo mítico legendario. Tampoco puede el éxito de Jackson compararse con el que tuvo El Rey del Rock, Elvis Presley, quien de acuerdo con las certificaciones de sus discos vendidos está en segundo lugar con trescientos millones de discos, entre reediciones y antologías.

Si queremos encontrar en la actualidad a un compositor o grupo que tenga la suficiente presencia escénica musical y/o además con grandes composiciones y un éxito comercial sobresaliente, tal vez tengamos que buscar en otros sitios.

Algunos súper grupos que siguen en activo como Depeche Mode, Pet Shop Boys, el mismo McCartney o Whitney Houston han superado la barrera de los cien millones de discos vendidos. Todos estos con grandes y ya largas historias musicales y comerciales.

En las listas tipo top tens de Billboard o Soundscan se encuentran constantemente a artistas como Jay Z, Shakira (quienes han vendido más de 50 millones de discos), Black Eyed Peas, y otros. Pero como lo consignan algunos portales de internet como rollingstone.com, podrá el rapero Jay Z ganar una batalla por las listas de popularidad, pero los Beatles siguen siendo los reyes al permanecer por cuatro décadas como los número 1.

Si consideramos los sencillos que alcanzaron las mejores posiciones en los listados de popularidad, sencillamente no hay comparación: los Beatles superan ampliamente a Jackson. Pero estos datos no nos dicen quién o quiénes pueden ser los artistas vivos considerados como los reyes del rock pop actual.

¿Podrían Madonna, o Jennifer Lopez, o Shakira, el nuevo ídolo hecho en Cuba Juanes, Oasis, los Rolling Stones (que están en cuarto lugar de las listas de ventas), Wilco, ser los reyes del pop? El mero criterio de contabilizar los discos vendidos no parece ayudar pues hay más elementos a considerar.

El periodista Iñigo López señala en un artículo de El País (Nadie después de los Beatles, 20/09/09) que en el pop, “mientras las multinacionales imponían sus criterios con ayuda de la publicidad era más cómodo y rentable fijar los recursos en unos pocos músicos, condenando al resto a la semiindigencia” pero con las herramientas actuales de internet que posibilitan bajar y compartir música gratis, ahora “los pequeños ya no lo son tanto y los grandes lo son menos”.

Comercialización, distribución, popularidad y producción son aparentemente elementos prioritarios para designar a un rey o reyes del pop, pero estos elementos dependen de lo novedoso de las propuestas musicales, de la calidad de composición y ejecución (para no hablar de los arreglos musicales, que pueden hacer oír maravillosamente un álbum en estudio pero la gente se decepciona al oírlos en vivo).

Conciertos como el de Supertramp en París en 1979 (que algunos catalogan como grupo de rock progresivo), el de Status Quo en el Apollo Theater en 1977 (grupo de hard rock), la serie de presentaciones de los Tindersticks (grupo inclasificable) en el Institute of Contemporary Arts de Londres (del 5 al 9 de noviembre de 1996) o los de los Rolling Stones filmados y presentados en un documental por Martin Scorsese, Shine a Light (08) son algunas muestras mínimas de conciertos de ejecuciones excelentes. Salvo los Rolling Stones casi ninguno de los citados podría ser considerado grupo rey del pop, aunque los géneros musicales son lo suficientemente flexibles.

Lo que sí queda claro es que los auténticos reyes no solo del pop sino de cualquier género son los dueños de las compañías discográficas, que constituyen el verdadero negocio musical. Para qué nos hacemos bolas, aquellos grupos pop que son de nuestra preferencia, mas aquellos que lleguemos a conocer (hay que mantener una actitud musicalmente abierta ante todo), son a fin de cuentas los que debemos considerar en nuestro ideario popular como los reyes del pop.

El mero hecho de hablar de un o unos reyes del pop es hacerle el juego a las estrategias mercadotécnicas de las discográficas, el hacer popular masivamente a quien por x o y circunstancias –incluso por talento- llega a la cúspide. Pero ninguno como los Beatles: ¡a comprar los remasterizados!

Friday, September 04, 2009

La casa de las mariposas negras


Trauma y sanación

Ricardo Martínez García

Con la presencia de las embajadoras en México de Suecia y Finlandia, así como del embajador de Dinamarca, se inauguró en la Cineteca Nacional la Semana de Cine Nórdico con la cinta La casa de las mariposas negras, basada en la novela homónima de la escritora Leena Lander.

Juhani (Niilo Syväoja) es un chico de trece años que luego de la desintegración de su familia, pasa de custodia en custodia hasta llegar a La isla, una especie de reformatorio para adolescentes a cargo de Olavi (Tommi Korpela), rígido y severo instructor y profesor.

La vida en la Isla le depara cosas agradables y desagradables, pero al fin le permite cierta paz a Juhani. No obstante ocurren situaciones insospechadas que hacen que Juhani se enfrente a los traumas poco claros que tuvo en la infancia, los cuales comienza a resolver a la par de acontecimientos como la infidelidad de la esposa de Olavi y la brutalidad de su amante.

Olavi se preocupa realmente por el futuro de los chicos a su custodia, pero comienza a tener problemas de solvencia cuando le anuncian que el Departamento Social retirará su apoyo financiero. Olavi decide probar suerte con la cosecha de gusanos de seda, pero los acontecimientos humanos pasionales dentro de su pequeña comunidad lo rebasan y su proyecto queda en eso.

A través de flashbacks el director Dome Karukoski reconstruye la naturaleza de los traumas infantiles de Juhani y la razón de la desintegración de su familia. Estos elementos harían las delicias de cualquier profesional de la psicología.

La premisa de la cinta parece ser que nadie es completamente malo o bueno, que nadie escapa de las tentaciones o de las pasiones, que el rango de actitudes humanas es más de lo que se nos enseña como lo correcto. Aunque siempre hay quien se rige por su instintos brutales, o hay quien no actúa precisamente por no tener solucionados sus problemas.

La fotografía es precisa, casi impersonal; el tono general de la cinta es de un frío drama humano, de angustia, de la inminencia de algún tipo de tragedia.

El cine nórdico sin duda es muy interesante pero poco conocido en nuestro país; en realidad no es muy diferente en cuanto al manejo de las pasiones humanas, como lo mostró otra cinta nórdica, Viaje de Bodas, de la directora islandesa Valdis Oskardottir, que muestra cierto parecido a los problemas tragicómicos que cualquier familia latina pudiera tener en vísperas de una boda. La casa de las mariposas negras se exhibe en la Cineteca el domingo 6 de septiembre.

Thursday, September 03, 2009

Espiral


Las Pérdidas de la Migración

Ricardo Martínez García

Con una excelente fotografía de la semiárida Sierra Madre Occidental mixteca y oaxaqueña, de grandiosos paisajes rurales que muestran el paso del tiempo y la pobreza imperante pero que no carecen de belleza, y de una historia humana llena de dramatismo, de esperanza y de vitalidad, Jorge Pérez Solano ofrece en su opera prima Espiral (09), una mirada profunda al mundo de las mujeres que son abandonadas por sus esposos, los cuales migran buscando mejores oportunidades de vida en los Estados Unidos.

Egresado del CUEC, Pérez Solano también ha escrito el guión, el cual cuenta la historia de Diamantina (Iazúa Larios, como adolescente, y Mayra Sérbulo, adulta) que se enamora de Santiago (Harold Torres y Leonardo Alonso) pero el padre de ella exige una dote que él no puede pagar en ese momento. Por otro lado, Macario se deja convencer por su primo para que pruebe suerte allá en el otro lado, en un intento por sacar de la miseria a su esposa Araceli (Xochiquétzal Rodríguez y Ángeles Cruz) y sus dos hijos.

Así es como Santiago, Macario y otros hombres del pueblo se van al norte para juntar dinero. Es la historia de miles de migrantes de diferentes estados como Puebla, Michoacán, Oaxaca, Guerrero, en los que abundan pueblos habitados casi solo por mujeres y que tienen que seguir con su vida.

El tiempo que abarca la historia es de veinte años, por lo que los cambios en la vida de los protagonistas, como una espiral, se suceden de manera ininterrumpida. Los que se fueron añoran, sienten nostalgia por la tierra que los vio nacer, los que se quedan tienen que sobrevivir con o sin la ayuda de aquellos. Unos pocos regresan, pero las cosas ya no son como las habían dejado. ¿Saben ellos lo que se perdieron al irse?

Algunos perciben como un error el haberse ido, otros se ven como víctimas de las circunstancias, pero al final, las nuevas generaciones –como la hija de Diamantina, Magdalena- parecen disfrutar de mejores condiciones de vida, tanto familiar como social.

La cinta nos muestra aspectos de la vida cotidiana, como las fiestas decembrinas, las representaciones del vía crucis, las fiestas, los funerales, el pastoreo y la siembra del campo. Pero en medio de todo se muestran los sentimientos, las esperanzas, las formas de ser, los usos y costumbres.

La música a cargo del grupo Pasitono es realmente disfrutable y es el complemento perfecto para esta cinta. Recuerda a música de otros lugares del mundo pero con un mismo tipo de sentimientos, por ejemplo a los rumanos Taraf de Haidouks, la banda Brave Old World con músicos judíos de Estados Unidos y Alemania, tan solo para mencionar a dos magníficos grupos.

Excelente película mexicana que muestra el trabajo de una nueva generación de cineastas y actrices que no se puede perder. Se estrena el próximo 11 de septiembre, fecha emblemática para algunos.