Monday, May 31, 2010

El Príncipe de Persia


Aventuras orientales

Ricardo Martínez García

El Príncipe de Persia y las Arenas del Tiempo –dirigida por Mike Newell, director también de Harry Potter y el Cáliz de Fuego- es una divertida cinta de aventuras, romance y traiciones políticas en clave de comedia para niños y para toda la familia que resulta entretenida tanto visual como argumentativamente.

Basada en un popular juego de video del mismo nombre, la cinta está protagonizada por el nuevo héroe de acción Jake Gyllenhaal, que da vida al ágil e intrépido príncipe Dastan.

Un valiente y rapaz niño auxilia a un amiguito en problemas en el mercado de la ciudad amurallada donde viven. El rey Sharaman (Ronald Pickup), monarca de los persas, es testigo de la valentía de ese niño llamado Dastan, y decide adoptarlo.

Como buen pueblo conquistador, los persas controlan la vida política de otros a su alrededor, por lo que deciden invadir al gobernado por la princesa Tamina (la hermosísima Gemma Arterton), incursión en la que Dastan juega un rol principal. Una daga que éste le quita a un mensajero será el hilo conductor de las aventuras en las que Dastan y Tamina irán tejiendo su propio romance, en medio de traiciones, combates con los Hassassin y revelaciones y pruebas de confianza.

Uno de los personajes más simpáticos es el del Sheik Amar (Alfred Molina en plan estupendo), un bribón atrevido que organiza carreras de avestruces y vive al margen de la ley, criticando al gobierno para justificar su falta de pago de impuestos (¡siempre los malvados impuestos!), como típico empresario evasor.

La idea de unas mágicas arenas dentro de una daga que permiten regresar ciertos periodos del tiempo puede ser algo que no todos los niños comprendan pero es una idea interesante (que manifiesta un deseo universal de poder regresar el tiempo y hacer algo que corrija nuestros actos presentes, para bien o para mal) y es una idea que refiere a algo místico y misterioso, tal como la tradición literaria de aquella Sherezada y los cuentos de las mil y una noches nos muestran en esa riqueza imaginativa de medio oriente. Si tiene niños no deje de disfrutarla.

Wednesday, May 26, 2010

Océanos


La riqueza de la vida marina

Ricardo Martínez García

Jaques Perrin, cineasta francés, muestra en Oceans (09) la inmensa variedad de la vida marina en gran cantidad de matices: el mero existir de seres fantásticos, de diseños multiformes, tamaños, colores. Es una fiesta de inmensa vida marina y todos sus momentos gloriosos y trágicos: desde el nacimiento de pequeñas criaturas que son devoradas casi de inmediato, hasta los momentos íntimos de reproducción.

Ver tan de cerca a las ballenas, tiburones, peces exóticos, fauna tropical y polar, y atestiguar a la vez el dramatismo del ciclo alimentario en toda su crudeza lleva con seguridad al espectador a un estado de arrobamiento y respeto que se convierte en indignación al ver la insensatez de algunos pescadores que causan verdaderos estragos en algunos animales, o la indolencia con la que contaminamos, con nuestros desechos, nuestra basura, los hermosos ecosistemas de esas criaturas que existían mucho antes que el que nosotros pudiéramos llamarnos seres humanos.

La cinta invita a hacer algo para impedir la sistemática destrucción de la que estamos haciendo objeto a nuestro planeta tanto en tierra como en los océanos. ¿Es ese el legado que queremos que nuestros descendientes reciban, un mundo contaminado, cruel y despiadado, irracional? Se trata de una excelente cinta documental con escenas grandiosas, al estilo de The Leaving Sea (Greg MacGillivray, 95, con música de Sting), aunque ésta casi sin explicaciones, y con música muy mesurada y circunstancial, que le da su importancia al silencio. No deje de verla.

Tuesday, May 25, 2010

Los Perdedores


En un mundo de historieta

Ricardo Martínez García

El mundo del celuloide se nutre de múltiples fuentes, una de las cuales ha sido explotada profusa y exitosamente. Se trata del mundo del cómic, o de las historietas seriadas, con súper héroes o con personajes de la vida real pero caricaturizados. Tal es el caso de la cinta Los Perdedores (10), de Sylvain White, inspirada en el libro de cómic llamado The Losers, impreso por DC Comics desde los setenta como parte de la serie Our Fighting Forces, y luego en la serie renovada a partir del 2004 por la editorial Vertigo.

El coronel Clay (Jeffrey Dean Morgan, quien hiciera el papel de The Comedian en Watchmen) es el líder de un grupo militar norteamericano en misión para destruir en Bolivia la casa de un supuesto narcotraficante –la saturación de colores en esta parte de la cinta enfatiza el exotismo del lugar-. Mientras realizan sus labores, se dan cuenta de que morirán varios niños en el operativo, así que deciden cambiar los planes de un tal Max, que al parecer es el que tiene el mando en la CIA y es un mafioso traficante de armas y de todo lo que se pueda.

La cinta plantea la venganza como motor para las acciones de este grupo que por una mera casualidad no fue eliminado. La traición, o mejor dicho la completa manipulación de la que son objeto, les hace ver que no trabajaban para su nación o para el pueblo norteamericano, sino en busca del bien de los intereses del tal Max, al parecer agente de la CIA, tan poderoso como rico y despiadado.

Tanto el coronel Clay, que tiene un romance con la atractiva y enigmática Aisha (Zoe Saldana) como el oficial Jensen (Chris Evans, el famoso Antorcha de Los Cuatro Fantásticos), y Max (Jason Patric en plan excelente) logran convincentes pero caricaturescos personajes –sobre todo éste último- que exaltan algunas cualidades guerreras (cada uno de ellos es un especialista en su área) que van del héroe que se sacrifica por el grupo, al malvado que actúa siempre egoístamente.

Se trata de una cinta divertida, caricaturesca pero plausible, con un buen trabajo actoral y de efectos visuales, tal vez menos caricaturesca que Watchmen pero no tan espectacular como Los Cuatro Fantásticos u Hombres X y su saga.

Monday, May 17, 2010

La Caja de Pandora


Como me ves te veré

Ricardo Martínez García

La cineasta turca Yesim Ustaoglu logra en La Caja de Pandora una emotiva reflexión sobre la relación entre una madre enferma de Alzheimer y sus hijos, los cuales enfrentan una situación inesperada que les exige el máximo de su atención, alterando el curso normal de sus vidas, en las que no estaba contemplado su cuidado.

A pesar de su enfermedad, Nusert (la excelente nonagenaria actriz francesa Tsilla Chelton) es capaz de decir frases tremendas y contundentes a sus hijos que los dejan paralizados. A su hija Nesrim le dice que le costó mucho darla a luz, pues se pegó a ella, y la insta a no tratar de pegarse a los demás. A su hijo Mehmet –que vive en condiciones más que precarias- lo acusa de haberla abandonado, a lo que él responde que no ha abandonado a nadie. Ella le dice que es lo mismo que la haya abandonado a ella o que se haya abandonado a sí mismo.

La vida ordinaria de la familia se ve alterada por los cambios que plantea el padecimiento de la enfermedad degenerativa de Nusert. De esa situación se produce una nueva relación entre ella y su nieto, el hijo de Nesrim, quien se encuentra también luchando su propia crisis existencial.

Se trata de una cinta intimista que enfatiza las relaciones humanas entre los protagonistas, sus conflictos pero también sus filias. Esta cinta del 2008 le hizo ganar la Concha de Oro de ese año a Tsilla Chilton como mejor actriz y también ganó el premio a la mejor película en ese famoso Festival de San Sebastián.

La trama recuerda un poco otros conflictos familiares en los que están involucrados personas de la tercera edad, como por ejemplo La Balada del Narayama (Imamura 83), en la que la tradición dicta que los ancianos de determinada edad vayan a morir en las laderas de ese monte, pero el amor de alguno de sus familiares no hace posible entender esa tradición.

Las preguntas que plantean cintas como éstas son a veces difíciles de contestar ¿Qué hacer con los ancianos, que además están enfermos? ¿Quién los cuidará de manera permanente? No queda de otra más que amarlos hasta el final, podría ser una respuesta.

Mi pareja es mi rival


Género y competencia

Ricardo Martínez García

Victor y Margot son una joven pareja de abogados que viven en unión libre y trabajan en un prestigioso buffet en la romántica ciudad de París. Ambos esperan ser promovidos como socios del bufet, pero solo uno lo logrará. Mi pareja es mi rival (Notre Universe Impitoyable, 08), dirigida por Léa Fazer, es una cinta que juega constantemente con las posibilidades y consecuencias del lado de cada uno, cómo serían las cosas si Victor fuera el elegido como socio, o luego cómo lo serían si Margot fuera la elegida.

Todo mundo vería como algo normal si eligieran a Victor, en francas actitudes machistas, o muchos pensarían que Margot hizo algo especial por el jefe si fuera ella la elegida, en actitudes sexistas. En ambos casos al ser promovidos hipotéticamente su relación de pareja se desequilibraría de tal modo que pondría en riesgo su convivencia como tal. Desde problemas con los horarios, los acuerdos para tener o no hijos, las infidelidades, la falta de confianza y hasta la incomunicación son algunas de las situaciones que deben afrontar sea quien sea quien reciba la promoción.

El socio principal del buffet Bervesier, encargado del nombramiento en cuestión, los acicatearía hasta más allá de sus límites, en el afán de que el o la nueva socia le demuestre que su decisión “fue la correcta”. Si Victor fuera el elegido, lo trataría como a su hijo, si Margot fuera la elegida, la convertiría en su amante, haciendo de su nombramiento una manera sofisticada de acoso sexual. Pero lo que queda claro es que en cualquier caso él siempre verá por sus intereses.

En todo caso, esa presión es lo que dará al traste con la armonía entre Victor y Margot, y ellos se destruirán mutuamente con tal de sentir que han progresado en su carrera. El título en francés de la cinta sintetiza muy bien tal destrucción: "Nuestro Universo Despiadado".

Se trata de una excelente cinta de crítica social que muestra con dedo sutil pero flamígero algunos prejuicios que se creían superados en un grupo de clase media alta pero que aparecen como fantasmas aun en sociedades tan progresistas como la parisina de la actualidad. La cinta cuenta con cierto mordaz sentido del humor, aunque no es posible seguir sonriendo cuando es claro que la relación de la pareja cada vez se va fracturando más. No deje de verla.

Ni en tus sueños


Sin imposibles para el amor

Ricardo Martínez García

La improbable pero no imposible situación de que una despampanante y hermosa joven rubia se fije en un flacucho buena onda y sincero, planteada en la cinta Ni en tus sueños (She´s out of my league, 10), intenta resaltar la esencia del amor en algunos casos, a pesar de lo que ante ciertas parejas todo mundo se pregunta –de acuerdo con ciertos clichés o modelos estéticos y sociales, interiorizados y asumidos acríticamente, sobre todo en una sociedad tan mediatizada como la norteamericana-: ¿pero qué le vio ella a él?

El empleado de seguridad en un aeropuerto Kirk (Jay Baruchel) conoce a Molly (Alice Eve, cuya belleza recuerda demasiado a Reese Whiterspoon), una organizadora de fiestas y banquetes. Aparentemente ella está fuera de su alcance, pero sus actos comienzan a mostrar cierto interés por Kirk, quien no sabe a qué se deba tal cosa.

Los amigos de ambos, amigos normales con las tendencias normales a calificar y categorizar a todos, comienzan a suponer mil cosas sobre la relación de Kirk y Molly, e incluso la familia de él (que considera a Kirk un perdedor) ve muy extraño que una chica como ella se fije en Kirk.

Esta cinta, dirigida por Jim Field Smith, apuesta por la revalorización o revitalización de un concepto de amor que no toma en cuenta apariencias ni está basada en conceptos de valor fundados en aspectos materiales o en el qué dirán, sino que enfatiza lo que las personas pueden aportarse mutuamente, en la aceptación de sí mismos y de los otros y, sobre todo, en la seguridad que se pueden ofrecer uno a la otra y viceversa.

La cinta tiene sus ratos divertidos, aunque al final el argumento, que se percibe insostenible a ratos, da grandes traspiés, como esa conjunción de situaciones inverosímiles en el aeropuerto. La optimista moraleja pareciera ser que en el amor no hay imposibles, aún en esta versión ligera de La Bella y la Bestia, o King Kong y Naomi Watts (y algunas otras comparaciones que hacen jocosamente los amigos de Kirk).

Wednesday, May 12, 2010

Iron Man 2


Al cliente lo que pida

Ricardo Martínez García

La industria armamentista ha crecido a nivel mundial a 1.1 billones de dólares, de acuerdo con el cálculo hecho por Amnistía Internacional, Oxfam Internacional y la Red Internacional de Acción Sobre Armas Pequeñas y publicada en el portal de ipsnoticias.net , lo que quiere decir que no solo no se está combatiendo la proliferación de armas de las llamadas “convencionales” sino que su comercio vive un saludable auge en el mundo. Los principales consumidores son naturalmente los ejércitos de los diferentes países, seguidos de los grupos armados que protegen y vigilan el tráfico de enervantes; los beneficiarios de este tráfico –ilegal en muchos casos- son por supuesto los dueños de las industrias armamentistas. Un dato a destacar en estas estadísticas es que el gasto militar de los Estados Unidos representa casi la mitad del total de ese 1.1 billones de dólares.

Los cinco principales fabricantes de armas del mundo son también los países más poderosos que forman parte de la ONU, con facultad de veto sobre las decisiones de su Consejo de Seguridad: China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia.

En este contexto de fabricantes de armas en bonanza aparece la cinta Iron Man 2, que muestra a un simpático y desenfadado empresario Tony Stark (Robert Downey Jr.) quien comienza a envenenarse con su pequeño reactor de energía y en franca competencia con otro fabricante de armas algo más chafa y más ambicioso y perverso llamado Justin Hammer (Sam Rockwell). La casi disoluta vida de sibarita que lleva Stark comienza a preocupar a otros miembros de la comunidad de súper héroes por lo que se le pone marcaje personal. La encargada de esto es la bellísima y hábil agente Black Widow (Scarlett Johannson, en un duelo bastante fraterno con Gwineth Paltrow, cuyo beneficiario es la audiencia masculina: ¡qué par de beldades!). Salen a relucir pequeñas traiciones de quien menos se esperaba (por ejemplo del coronel Rhodes, interpretado por Don Cheadle) y algunos trapitos sucios del padre de Tony, al parecer asociado con un científico ruso al que le queda mal, y cuyo hijo Whiplash, - personaje a cargo del renacido Micky Rourke, que al parecer solo desea una venganza comprensible- se vuelve un dolor de cabeza para Stark.

El espectáculo visual de esta película es bastante agradable, el ambiente general es divertido y entretenido –salvo unos pequeños lapsos-, pero el resultado final es la trivialización de un tema de suma importancia para la seguridad de la sociedad civil. Hay una implícita apología tanto del uso de la ciencia como herramienta para diseñar cada vez mejores armas, como de la proliferación de armas en el mundo con fines de protección de “los malos”. Pareciera que la cinta dirigida por Jon Favreau hubiera sido auspiciada por la Asociación Nacional del Rifle, dirigida a su vez por el legendario y ultraderechista actor Charlton Heston, o por algunos de esos fabricantes de armas que venden sus productos a los excelentes clientes de los cárteles de Tijuana, de Sinaloa, del Pacífico, de los Zetas, etcétera, además del ejército mexicano. Al cliente lo que pida.