Friday, December 31, 2010

Skyline


Ninguna novedad
Alimento para alienígenas

Ricardo Martínez García

Pocos en Los Angeles, con sus complacientes y superficiales vidas en condominios de lujo, sospechaban algo como eso: una pesadilla incomprensible al principio. La inesperada llegada y abducción o simple sustracción física para servir como alimento, es lo que una extraña especie alienígena lleva a cabo, asolando a la capital californiana sobre los desprevenidos y casi impotentes seres humanos. Esta es la historia narrada por los hermanos Strause en la cinta Skyline (2010), desde el punto de vista de un pequeño grupo de acaudalados jóvenes.

Mucho más cerca de Cloverfield o La Guerra de los Mundos que de Tron, o mejor, de Starships Troopers, por el estilo de filmación, por ejemplo, dentro del género de la ciencia ficción, Skyline presenta una visión apocalíptica de la invasión fulminante y total sobre el género humano por parte de unos extraterrestres que se alimentan de sus cerebros aún vivos, y cuyas mentes enajenadas se potencian en contra de su propio género –salvo excepciones-, dando vida y movimiento a extraños cuerpos producidos en línea, al estilo de Alien, como huevos de un insecto hiperrreproductor.

Hay realmente muy poco de novedad en esta obra de los Strause, si se han visto los clásicos del género como las cintas antes mencionadas, pues el drama se prevee luego de los primeros quince minutos, aunque es interesante ver la recreación y diseño de estos seres de otro mundo, parecidos a las pequeñas medusas marinas con sus largas e inertes patas, que avanzan al comprimir sus cuerpos, o alrededor de su nave nodriza.

Los efectos especiales son correctos pero no sobresalientes y la historia está regularmente contada pero es poco innovadora, por lo que se trata de una cinta prescindible e insatisfactoria, aún para los seguidores del género.

Megamente


La Dicotomía del Bien y el Mal

Ricardo Martínez García

Desde el principio su destino fue ser el malvado, el perdedor, el solitario, el señalado. No tuvo manera de torcer el rumbo de su vida, a pesar de sus esfuerzos; incluso su aspecto físico era un elemento más que lo determinaba para el camino del mal, para ser el antagonista de todo lo que se puede considerar como bueno. Tales son las premisas vitales y existenciales del villano de origen extraterrestre Megamente, en la cinta de animación de Tom McGrath, las cuales son un signo más de las extraviadas (a veces)  sendas morales en las que los valores pueden ser trastocados, no solo para el mal, como normalmente sucede, sino incluso para hacer el bien, inesperadamente.

El principal enemigo de Megamente es Metroman, especie de súperman guapo, simpático, héroe que llega a estar harto de su compulsión por lo bueno y de su popularidad. Aparentemente Megamente se deshace de él, pero al hacerlo también desaparece su principal motivación hacia la acción (pues el bien y el mal son como las dos mitades del cosmos, como el ying y el yang). Artificialmente Megamente decide crear un nuevo súper héroe –antítesis de Metroman- que sea su antagonista, pero el resultado es un villano peor que él mismo. Mientras todo esto ocurre, y para aderezar adecuadamente el dilema ético de visión infantil, Megamente se enamora de la reportera Roxanne Ritchi, tomando un aspecto físico para cortejarla más atractivo que su auténtica figura.

Ser héroe o villano, romper o no con los determinismos naturales y sociales, tal es la cuestión, pero en una cinta para niños tal vez estas sutiles diferencias morales, y sus necesarias consecuencias, escapan a la comprensión de un público así, en el peor de los casos.

Con voces en su versión original de Will Ferrel, Brad Pitt y Tina Fey, McGrath construye una historia cuyo drama es hasta cierto punto ambiguo, al jugar constantemente con las apariencias, con las transformaciones dialécticas de los personajes principales. Mucho más clara en sus pistas morales es Mi villano favorito, de Chris Renaud y Pierre Coffin, en la que el villano protagonista se humaniza en grados insospechados aún para él mismo.

Thursday, December 30, 2010

El Asesino Dentro de Mí


Todo un caso
Doble fachada

Ricardo Martínez García

A partir de una visión literaria de la vida en Texas de la década de los cincuenta, expresada por la pluma de Jim Thompson en su novela de 1976 que da título a esta cinta, El Asesino dentro de mí (2010), las costumbres y convenciones sociales son vistas tan naturales pero que en realidad son como una simple fachada de algunas vidas secretas cargadas de hipocresía y falsedad, el director británico Michael Winterbottom (Génova, El Camino a Guantánamo, Bienvenidos a Sarajevo) construye una cinta violenta, dura, sin sentimentalismos, absurda, tal como es el personaje principal de esta retorcida historia.

Con una trama fuertemente trastocada por una patología arraigada en una forma de vida caracterizada por el abuso físico y mental –tal como lo muestra de manera particular la personalidad del sheriff Lou Ford, estupendamente interpretado por Casey Affleck-, en la cinta conviven la violencia sexual y el odio por la figura femenina, así como el conformismo por una vida guiada por una extraña especie de nihilismo sureño. La extrapolación del caso del sheriff hacia ciertos aspectos de la sociedad norteamericana parece así factible, si es posible ver debajo de la férrea máscara.

La cinta muestra la capacidad histriónica de Jessica de Alba y Kate Hudson, que juegan el rol de víctimas propiciatorias destinadas a su aniquilación porque sí, y que no son capaces de ver venir tal destino, en aras de un supuesto amor, pero de un amor extraviado que sólo ve hacia dentro de sí mismo.

La escenografía es estupenda, así como el manejo correcto de personajes y situaciones. Es una película no apta para adolescentes pero recomendable en su crudeza y realismo.

Harry Potter y Las Reliquias de la Muerte 1

El más indeseable

La soledad de un mago

Ricardo Martínez García

En la penúltima entrega de la exitosísima serie de cintas basadas en las novelas de J. K. Rowling, el mago protagonista, Harry Potter luciendo un incipiente bozo, atraviesa por momentos de oscuridad muy humanos, como la soledad, las dudas, el desaliento, escapando constantemente de sus enemigos, aparentemente no entendiendo, ni él ni sus amigos, embarcados todos en la búsqueda de los horrocruxes y su destrucción, en la esperanza de vencer a Voldemort en su propio terreno: la magia.

Con una estética de desolación, casi de documental paisajista, pero de gran belleza y vena artística real (producto de un equipo de más de quince personas directoras de arte, al mando de Andrew Ackland-Snow y Neil Lamont), amén de los excelentes efectos especiales, los cambios de escenografías son sobresalientes y enfatizan los estados de ánimo de los tres amigos, magníficamente dirigidos por David Yates.

Aunado a los sentimientos de responsabilidad por la vida de los otros, y de la propia opresión y soledad que tienen que sortear Harry, Ron y  Hermione, deben lidiar también con sus propios sentimientos, que se ven ampliados y distorsionados (sobre todo a Ron y Harry, como cuando Frodo lleva el anillo) al colgarse como collar el horrocrux que le roban a Dolores Umbridge. 

Sin olvidarse de momentos de humor que salpican aquí y allá la trama, Yeats logra construir una de las cintas más bellas y humanas de esta saga, con los mejores efectos visuales, maduros y mesurados, alejándose de la espectacular y artificiosa magia que prevaleció en algunas de las primeras cintas. Recomendable ampliamente.

Baaría

Las bifurcaciones de la vida

La épica de una familia

Ricardo Martínez García

El director italiano Guiseppe Tornatore (Cinema Paradiso, Malena) presenta en Baaría (2009) la crónica de una familia siciliana que atraviesa gran parte de los momentos estelares, álgidos y sufridos de la historia italiana en el siglo XX, luchando primero por la mera sobrevivencia, luego por las vicisitudes del amor, de la militancia política y de la consolidación familiar y social.

Vivo retrato de la colorida vida cotidiana en la agreste provincia siciliana, donde el pastoreo de cabras, los juegos infantiles, los pequeños trabajos, la picardía juvenil, se conjuntan con las circunstancias más amplias que se presentan al llegar Mussolini al poder, y el consiguiente ingreso a la guerra, la lucha política entre fascistas y comunistas, la cinta transcurre bajo el hilo conductor de la vida de Peppino (Francesco Scianna) desde su infancia y hasta que se casa con la bella Mannina (Margareth Made), y la formación de una familia típicamente siciliana, siempre afrontando obstáculos que de una u otra forma sortean. Los mafiosi apenas si son mencionados.

Cinta épica en la que Tornatore vuelve a celebrar la gran tradición y gusto por el cine y la música en la cultura italiana, que repasa brillantemente aspectos sociales e históricos, sin afanes teóricos y destacando elementos vivenciales, con grandes dosis de drama, humor, excelente escenografía y efectos especiales. La obra de Tornatore va más allá de otra película italiana recién exhibida en México, La amante de Mussolini, con la cual guarda cierta semejanza pero es más particular ésta al centrarse en el caso de la mujer abandonada por el dictador, quien usa el aparato estatal para desaparecerla. La del director de Cinema Paradiso es mucho más optimista pero sin dejar de señalar aspectos importantes. No deje de verla.