Saturday, February 25, 2012

La Dama de Negro

El Fantasma de Harry

La maldición de un personaje

Ricardo Martínez García

Daniel Radcliffe es el protagonista de esta nueva versión fílmica de la obra de Susan Hill La dama de negro. El personaje que representó para Radcliff su fama y gloria, Harry Potter, sigue siendo una sombra con presencia casi igual que la de esta mujer vestida de negro vengativa: Radcliff da vida al joven abogado Arthur Kipps, designado por su jefe para viajar a un lugar de la costa inglesa con el fin de arreglar los papeles testamentarios de una vieja propiedad, pero el fantasma que clama por hacerse presente desde que el espectador ve en escena a Radcliff es el de Harry Potter. 

El llamativo y oscuro estilo gótico del libro y de la película, dirigida por James Watkins, recuerda algunos aspectos ya vistos en la obra Drácula, de Bram Stocker: un joven abogado que viaja a un lugar donde encuentra algo más que asuntos jurídicos, pues tiene que enfrentar situaciones y momentos que a cualquiera le harían aterrorizarse de manera profunda. De hecho, Stocker logra describir muy bien los sentimientos de Jonathan Harker al darse cuenta de quién es el Conde que le da alojamiento. En el caso del personaje de Kipps éste casi no se altera ante los fenómenos que atestigua en la vieja mansión (no tengo certeza de si se debe a la fidelidad interpretativa del personaje por parte de Radcliff o por sus limitaciones expresivas), y no solo eso sino que en un alarde de generosidad intenta desenredar el embrollo familiar causante del desaguisado entre los habitantes del pueblo cercano a la mansión y la dama de negro.

A ratos la trama parece una versión británica de nuestra tradicional leyenda de La Llorona, que clama por la pérdida de sus hijos, pero nuestra leyenda al final parece algo más simpática en comparación. La escenografía y la música son de resaltar, aunque el resultado final puede ser satisfactorio para los admiradores de Radcliff. La cinta por lo menos es bastante mejor, dramática y estéticamente, que por ejemplo, Fenómeno Siniestro y un poco más efectiva en eso de producir escalofríos.

Thursday, February 23, 2012

Historias Cruzadas

Aprendiendo a hacer comunidad

Apartheid doméstico

Ricardo Martínez García

A mi madre, a cuatro meses

Historias Cruzadas (en inglés The Help, una referencia a algo como “el personal de ayuda”) es una cinta que muestra la mezquindad y crueldad de algunas damas de clase media con su personal doméstico, un tanto por el racismo en su momento más álgido en los Estados Unidos en la década de los sesenta, y otro tanto por la naturaleza humana propia de estas patronas. Pero también es un catálogo de algunos prejuicios que en general afectaban a todas las personas, blancas o negras, como por ejemplo el señalamiento social a las solteras, a las coquetas o alegres, por parte de quienes se erigían como estandartes de la moralidad y la decencia.

El estado de Misissipi a principios de los 60 del siglo pasado era uno de los estados con mayor población de raza negra, que si bien había sido emancipada de la esclavitud a iniciativa de Abraham Lincoln en 1863, no había sido emancipada de su estatus social inferior, un siglo después, algo que se reflejaba en la segregación de la que eran objeto tanto pública como privadamente.

Skeeter (Emma Stone) es una periodista soltera y en edad de casarse, según los preceptos sociales en los que vive, que decide emprender un trabajo tan sui géneris que pone en peligro la integridad de quienes participan en él, al grado de que es vista con recelo tanto por la comunidad afroamericana como por la de raza blanca.

Basada en la novela de Kathryn Stockett titulada The Help, esta cinta dramática no está exenta de momentos divertidos y el resultado final es ciertamente emotivo por el asomo que ofrece a esas historias de maltrato y humillación (y que seguramente se siguen dando ahora y en todos lados entre la población de clase media y alta que tiene servicio doméstico, aunque habrá familias de este tipo que -hipócrita o sinceramente- consideran a sus criadas ya “como de la familia”).

Por el tipo de situaciones dramáticas, la cinta recuerda a otras como Matar a un Ruiseñor (Robert Mulligan, 1962), o Misissipi en Llamas (Alan Parker, 1988), que son como una especie de purga de la conciencia moral histórica del pueblo norteamericano, que da para mucho (otros temas explorados en este sentido son los grandes conflictos bélicos, la glorificación del crimen o las biografías de los grandes personajes).

Las actuaciones, no solo de Viola Davis, Octavia L. Spencer, Emma Stone o Bryce Dallas Howard, sino de todo el elenco son muy buenas. Sin duda una de las pelícuas a ver.

Friday, February 17, 2012

Tenemos que hablar de Kevin

Más allá de la comprensión

El absurdo de la vida y de la muerte.

Ricardo Martínez García

La cinta Masacre en Columbine de Michael Moore (Bowling for Columbine, 02) exploraba la situación de fragmentación social imperante en algunas partes de los Estados Unidos, situación marcada por la proliferación de armas en todos los estratos, así como una tendencia al individualismo, el hedonismo y el egoísmo (en sus diferentes expresiones) en términos de comunidad. En un ambiente así era comprensible el contexto que originó (y sigue haciéndolo de modo esporádico) algunos atentados por parte de estudiantes en contra de compañeros suyos en ciertas escuelas norteamericanas. El fenómeno lo examinó Moore de modo general, pues intentó comprenderlo tratando de encontrar las causas sociales que devinieron en esos ataques particulares.

Lynne Ramsay dirige la película Tenemos que hablar de Kevin (11) protagonizada por Tilda Swinton y John C. Reilly, cinta que ofrece una mirada desde el lado personal, interno, de la madre de un adolescente problemático, cuya conducta plantea múltiples preguntas pero casi a ninguna respuesta.

Eva (Swinton) es una madre que lidia con su pequeño desde el momento en que nace, y desarrolla con él una relación enfermiza marcada por la incomprensión, el chantaje, la falta de autoridad, la incapacidad de comunicarse, etc., etc.

¿Es Eva una mala madre? ¿Qué tanto se transmite de las personas en la herencia genética a sus hijos, o cuál es la consecuencia real del abuso de drogas? ¿Cómo es que se forma el sentido de la moralidad, de la responsabilidad, del respeto a los otros? ¿Cómo hacer que tal sentido se forme sanamente y no meramente funcional? Todas estas preguntas -y muchas otras más seguramente- surgen a partir de lo que el espectador observa en la narración fílmica de la obra de Ramsay, rica en flashbacks y elipsis, pero que al final nos cuentan una tragedia terrible. ¿Es al final Eva una madre solapadora? Cada espectador seguramente tendrá formada al final una opinión. En todo caso, se trata de una cinta inquietante, difícil de digerir, pues el tema que aborda es desagradable. Pero justo por eso es que se tiene que hablar de situaciones así, de personas así. Es una cinta para el debate, sin duda.

Wednesday, February 15, 2012

El espía que sabía demasiado

En algunos lugares lo llaman El Topo

¿Jaque mate al espía?

Ricardo Martínez García.

Al final de la Segunda Guerra Mundial los que hasta entonces habían sido aliados se vuelven adversarios a lo largo del periodo histórico llamado “Guerra Fría”. Los Estados Unidos y la Unión Soviética se enfrascaron en una competencia por desarrollar armas cada vez de más alcance y capacidad de destrucción. En esa competencia, los trabajos de inteligencia, y de espionaje y contraespionaje fueron cosa de todos los días. Cada bando tenía agentes instalados en las bases enemigas, tratando de obtener información vital para enfrentar a los adversarios. Hubo incluso agentes dobles, que ya no se sabía claramente a qué bando pertenecía.

Tratos con agentes que desertan de su patria son relatados en novelas como La reina en el palacio de las corrientes de aire, de Stieg Larsson, llevada a la pantalla grande por Daniel Alfredson, en la que es la última parte de la trilogía de libros y películas conocidas como Millenium. Otra novela que aborda el tema, pero con agentes británicos que se dan cuenta de que han sido infiltrados por un agente doble que trabaja para los soviéticos es la que ha llevado al la pantalla grande el director sueco Tomas Alfredson. Esta cinta está basada en la novela de John Le Carré titulada Tinker Taylor Soldier Spy, y que ha sido subtitulada como El Espía que Sabía Demasiado (2011).

Como toda película de espías que se precie, la trama es algo enredada, con nombres y situaciones, encubrimientos, burocracia, traiciones, inteligencia aplicada casi de modo detectivesco e incluso pinceladas de amor. Los agentes de uno y otro bando son como las piezas de un gran ajedrez en el que no se sabe quién es el que realmente mueve las piezas.

El protagonista es el agente George Smiley (Gary Oldman), que es despedido pero luego requerido para una misión delicada: identificar quién es ese agente doble que ha estado mandando información confidencial al bloque soviético. Es una cinta que tal vez requiera de verse más de una vez, con al menos dos fines: enterarnos bien de quién es quién y gozar del trabajo actoral no solo de Gary Oldman, gran candidato al Oscar, sino de todo el elenco, que incluye a grandes actores como John Hurt, Colin Firth, Mark Strong, Toby Jones y un largo etcétera.

Al final de la cinta todo se resuelve aparentemente bien, pero ¿no será que en el juego del espionaje en realidad no hay ganadores?

Saturday, February 11, 2012

Los descendientes

La Búsqueda de la Familia

En busca de la raíz familiar

Ricardo Martínez García.

George Clooney protagoniza esta nueva cinta de Alexander Payne Los Descendientes, (11), en la que interpreta a un descendiente de un antiguo linaje hawaiano (todos con aspecto de pequeños burgueses en bermudas, aunque sean millonarios), que además es representante de su familia, poseedora de extensas, hermosas y valiosas tierras costeras a punto de ser vendidas. Pero además es un padre de familia que se tiene que hacer cargo de sus hijas de modo completo.

Basada en una novela de Kaui Hart Hemmings, la cinta de Payne muestra la búsqueda interna de este padre de familia que ha estado tan absorto en su trabajo que comienza a ver cómo se ha ido alejando de su familia. 

El contraste que logra Payne entre momentos de humor y situaciones dramáticas y conmovedoras, o entre situaciones humanas cotidanas y la construcción de lazos afectivos verdaderamente trascendentes en la familia son de lo mejor. 

La fotografía de algunos de los paisajes más hermosos de Hawai enmarcan maravillosamente la película que, en ese sentido, se vuelve una movie road costera, es como un viaje permanente que el protagonista emprende al buscar las razones de algunos actos de su esposa, y en busca de la manera de lidiar con adolescentes a punto de salirse de control.

Demian Bichir la tiene difícil esta vez con Clooney cada vez actuando mejor y por eso es uno de los más fuertes candidatos al Oscar por actuación masculina. 

Saturday, February 04, 2012

La invención de Hugo Cabret

Inventar mundos nuevos

La máquina de los sueños

Ricardo Martínez García

La nueva cinta de Martin Scorsese no es solo su primera obra dirigida al público “familiar”, es toda una celebración al amor, a la amistad, a la historia de la cinematografía y al arte de hacer películas. Es una reflexión sobre los cambios y motivos del quehacer cinematográficos y su estrecha relación con los cambios experimentados en la sociedad y en la vida en general.

De una primera intención lúdica por mostrar escenas cotidianas, como la llegada de un tren a la estación, o de contar historias divertidas o entretenidas, el cine pasó a mostrar la angustia y el desencanto (sobre todo en documentales de guerra), adquiriendo no solo una función entretenedora, sino ahora reflexiva y crítica, o complaciente, según los casos y los motivos.

A partir de la historia de un niño huérfano en la ciudad de París, esta nueva obra de Scorsese titulada La invención de Hugo Cabret (Hugo, 2011) va entrelazando diversas historias, en un despliegue de flashbacks, extractos de cintas mudas, efectos especiales maravillosos. La cinta ofrece una visión del mundo en el que cada quien debe descubrir su misión en la vida, como si fuéramos todos parte de una maquinaria enorme en la que por más pequeños que seamos como piezas, debemos encajar en alguna parte, ser necesarios en alguna parte. Puede uno estar o no de acuerdo con esa visión determinista, mecanicista del mundo, pero es interesante reflexionar sobre ello y sobre sus posibles consecuencias.

Scorsese, enorme contador de historias, nos muestra su maestría en este arte de divertir, entretener, conmover, educar, informar, meditar, y hasta sintetizar historias dentro de otras historias, para finalmente hacer soñar al espectador ante esta grandiosa máquina autómata que es el cine y que es posible que pueda reparar algunas almas descompuestas, o puede acabar por descomponerlas más. Un poco a la manera de Stan Lee, Scorsese aparece unos segundos como el camarógrafo del director Georges Méliès (Ben Kingsley), pieza clave en el engranaje de la vida de Hugo Cabret.

Excelentes actuaciones de Asa Butterfield como Hugo, y de su amiga Isabelle, interpretada pro Cloë Grace Moretz.

La Chica del Dragón Tatuado

Lisbeth goes to Hollywood

La heroína sueca versión Hollywood.

Ricardo Martínez García

David Fincher, director de cintas como Seven, La Red Social, El club de la pelea, es el encargado de dirigir este remake de la cinta sueca de Daniel Alfredson basada en la primera parte de la trilogía de novelas escritas por Stieg Larsson titulada Los hombres que no amaban a las mujeres.

Con los papeles protagónicos de Daniel Craig como Mikael Bloomkvist y de Rooney Mara como Lisbeth Salander, la cinta no es tan apegada a la novela de Larsson, sobre todo al final, como sí lo es la de Alfredson. Si bien tanto los libros como las cintas suecas han originado la creación de una nueva heroína, la Salander de Fincher aparece algo desdibujada respecto a la Salander interpretada por Noomi Rapace, más fiel al personaje creado por Larsson, o mejor dirigida por Alfredson.

Si bien la propia historia en el libro se toma su tiempo para desarrollar la trama, en la cinta de Fincher las cosas adquieren cierta dinámica propia del ritmo fílmico, que debe ser más rápido. Aún así la cinta dura 157 minutos, pues nos muestra los cambios de historias, investigaciones, etc., en esta trama que va de un periodista que es contratado por un poderoso industrial para que averigüe lo ocurrido a una sobrina desaparecida cuarenta años atrás. La historia entraña a asesinos múltiples que se ensañan en cierto tipo de mujeres.

En la cinta de Fincher la Salander no es mostrada tan hábil con las computadoras como en la de Alfredson, ni tan desadaptada social pero a la vez tan inteligente. Definitivamente la comparación favorece a la cinta de Alfredson, aunque la de Fincher no está mal, sobre todo si no se pudo ver la del director sueco.

Al borde del Abismo

Estrategia Delictiva-Policial

Ricardo Martínez García

Para combatir a los delincuentes de cuello blanco disfrazados de empresarios respetables, no hay nada como usar una estrategia que implemente elementos tanto policiacos como delincuenciales. Al borde del abismo (Man on a ledge, 11) es una cinta de Asger Leth que es la historia de un policía que cae en la trampa de un empresario, va a la cárcel y luego desea revancha.

Sam Wortinghton protagoniza esta cinta -casi una clase B-, es un ex policía que intenta resolver un antiguo caso de robo en el que está involucrado, por medio del expediente de colocarse en la cornisa de un alto hotel, amenazando con saltar. Tal estrategia esconde en realidad otras intenciones.

Con la participación de Ed Harris, Elizabeth Banks y Edward Burns entre otros, la cinta es una historia de policías y ladrones en la que se sale con la suya el que es más inteligente y audaz. La historia es bastante predecible, pero la manera en la que se resuelve la trama es lo que puede resultar atractivo. 

Al final de cuentas se impone el espíritu justiciero, más allá de la mera noción del respeto por la ley. Y al final uno se pregunta cómo Wortinghton, que viene de filmar cintas como Furia de Titanes, Al filo de la Mentira, o incluso Avatar, aceptó trabajar en una cinta como ésta.