Saturday, March 17, 2012

John Carter: entre dos mundos

¿Mundos nuevos?
Mundos alternativos de ficción

Ricardo Martínez García

Edgar Rice Burroughs fue un prolífico escritor norteamericano, famoso por dar vida al personaje de Tarzán en una serie literaria que ha dado para gran cantidad de programas de televisión y múltiples películas. Pero además escribió novelas de corte de ciencia ficción con personajes ubicados en Marte, cuyos habitantes llamaban Barsoon.

John Carter: entre dos mundos es una cinta dirigida por Andrew Stanton (director de Buscando a Nemo), basada en la novela de Burroughs titulada Una princesa de Marte, que representa una ficción semejante a la de Avatar, protagonizada por un capitán del ejército norteamericano rebelde a finales del siglo XIX, llamado John Carter, que se ve azarosamente transportado a un mundo desconocido pero parecido al terrícola.  

Burroughs construye en Marte un mundo lleno de seres extraños agrupados en tribus o razas superiores en disputa (muy parecidos a esos colonizadores y militares en guerra con los nativos de las tierras del norte de América).

La cinta no presenta elementos visuales novedosos respecto de cintas como Avatar, o incluso La Guerra de las Galaxias, pero sí presenta una visión más al estilo de Julio Verne y su Viaje a la Luna, con ciertas digresiones de las leyes físicas.

No es la primera vez tampoco que se hace una versión fílmica de esta vena literaria de Burroughs, pues en 2009 salió La Princesa de Marte, de Mark Atkins. Esta nueva versión no es mala de ningún modo, pero el trabajo de James Cameron en Avatar es difícil de superar en ese terreno de la ficción alienígena.

De Panzazo

Aprender a aprender
Educación y Sociedad

Ricardo Martínez García

El documental dirigido por Juan Carlos Rulfo y Caros Loret de Mola, De Panzazo, intenta concientizar sobre los grandes problemas y rezagos que se padecen en el Sistema Educativo Nacional a nivel primaria y secundaria. Pero en realidad la problemática educativa planteada se puede extender libremente a niveles medios superiores e incluso superiores, con pocas variaciones.

Falta de recursos financieros y materiales, malas administraciones, hábitos magisteriales perniciosos, relaciones sindicales onerosas, una serie de situaciones negativas que encuentran sus causas de manera multifactorial. El resultado general de esta problemática es un nivel de aprendizaje enormemente retrasado respecto a países como Corea, por ejemplo. Datos que admiran pero no sorprenden, solo confirman lo que de modo intuitivo se aprecia: la educación básica en México está por los suelos, como fiel reflejo de la situación general en el país.

Sin pretender ser un documental que explore de manera profunda el problema, la intención que se aprecia en este trabajo de Rulfo y Loret de Mola es poner el dedo en la llaga del problema educativo, nada más, pero nada menos. Lo que se presenta abre debates en diferentes frentes: ¿en qué consiste educar?, ¿qué se está haciendo bien o mal en este sector?, ¿son válidas las comparaciones con los países que tienen un desarrollo económico superior, o con crecimientos sostenidos muy por encima del nuestro?, ¿por qué no crecemos al mismo ritmo que con los que nos comparamos?

El análisis que se desprende del documental puede ser superficial en algunos aspectos y conducir a la satanización de la clase magisterial en su totalidad, o inducir a la creencia de que la gran mayoría de los estudiantes no rebuznan porque Dios es grande, pero también explica que la educación es un asunto en la que deben intervenir tanto los padres de familia (como aquellos que piensan que la escuela es una especie de guardería, o los que piensan que todo lo debe hacer “el gobierno”) como los docentes, administradores, etc.

Sin duda la parte más acertada es la que señala que el futuro de México está en la educación. Y eso es válido para explicar la situación actual: somos el resultado ya, ahora, de nuestro viejo y maltratado sistema educativo, digan lo que digan desde hace mucho los presidentes en turno. El documental, así, es un pretexto excelente para la reflexión. 

Monday, March 12, 2012

El artista

La fuerza de la actuación

El poder de la palabra

Ricardo Martínez García.

La cinta El artista, del director francés Michael Hazanavicius es una oda al viejo cine insonoro de principios del siglo XX. Los hermanos August y Louis Lumiére inventaron el proyector cinematográfico, que hizo posible la realización de historias fílmicas que han alimentado la imaginación de millones de personas desde entonces, generando una industria que supo desarrollar y evolucionar enormemente el Hollywood de antaño.

Más allá de la convencional historia de la caída de un ídolo y de su redención, y de su carácter de homenaje intrínseco a la propia cinematografía, El Artista propone una superación del cine mudo, más que ruptura, cuyo lenguaje narrativo estaba limitado a las imágenes y a la musicalización.

El personaje de George Valentin (una especie de homenaje a Rudolph Valentino), interpretado por Jean Dujardin, se encuentra atrapado en esa limitación narrativa, y se horroriza ante la posibilidad de que su mundo cinematográfico se vuelva sonoro, a excepción de sí mismo.

La historia de las estrellas cinematográficas consta de ciertas etapas, según se ve en la cinta: descubrimiento, ascenso, riqueza, declive y olvido (más patente en La invención de Hugo, de Scorsese). En los mejores casos la memoria obliga al recuerdo y a la recuperación de ciertos personajes clave, con los homenajes y celebraciones a las grandes obras. Hay un cierto paralelismo en las historias de romances que inician, se desarrollan y se disuelven, por las circunstancias que se quieran.

George Valentin es un maestro de la actuación gesticular, de la expresión corporal, pero el cine necesitaba una evolución, y eso fue lo que le dio la sonorización. Tratar de oponerse a esa transformación técnica lo relega al olvido. Su segunda oportunidad se la da Peppy Miller (Bérenice Bejo) que él tarda en entender y tomar.

El artista es una cinta cuyo mérito es ser un homenaje a la cinematografía insonora, aunque en ese sentido los que hemos crecido en la tradición del cine sonoro tal vez no lo apreciemos ya tanto. Pero no se podrá negar que tal celebración del quehacer cinematográfico es mucho más completa en La invención de Hugo, que debió ganar en la más reciente entrega de los Oscares el premio a la mejor película, esa es mi convicción.



La Dama de Hierro

Inflexible e inquebrantable

Un personaje épico

Ricardo Martínez García

Margaret Tatcher, mejor conocida como La dama de hierro por su firmeza de acciones de gobierno especialmente para la entonces URSS, es el personaje central de esta cinta de mismo nombre dirigida por la británica Phillida Lloyd, responsable también de la cinta Mamma Mia!

Sin duda se trata de un personaje trascendente: Tatcher ha sido la única mujer en ser Primera Ministra del Reino Unido, su gobierno duró de 1979 a 1990, siendo el más largo para un primer ministro británico en el siglo XX; se enfrentó de manera decisiva a los sindicatos en su país, a la reticencia inicial hacia su persona por parte de un parlamento dominado por hombres, y a la integración de la Gran Bretaña a la Unión Europea

Más allá de plantear algún tipo de crítica o reflexión política sobre su ideología política, habiendo pertenecido siempre ella al Partido Conservador, la cinta de Lloyd se centra en el aspecto humano y personal de una Margaret Tatcher que ahora con 86 años a veces cree seguir siendo la primera ministra.

La actuación de Meryl Streep es realmente espectacular, aunque a ratos parece sobreactuar el personaje, de tan detallada que es su representación. Da la impresión de que la Tatcher de Streep es más Tatcher que la propia Margaret, sobre todo en su acento y en sus modales. Asusta la capacidad de mimetismo e interpretación de Meryl Streep, sin duda la mejor actriz de los últimos 30 años.

Se trata de una interesante cinta biográfica que tal vez solo disfruten los fans de Meryl Streep, o los que gustan de filmes de corte histórico, aunque esta cinta sea sin pretensiones de crítica o reflexión de algún tipo.