Todo con exceso, nada sin medida |
Los días del ron
Ricardo Martínez García
En medio de historias sobre negocios turbios en bienes inmuebles y construcción de infraestructura hotelera, noches de fiesta y desenfreno, y el contraste entre trabajar para un ínfimo periódico y trabajar bajo un contrato de confidencialidad para un grupo inversionista norteamericano, avezado y voraz, la cinta de Bruce Robinson The rum diary (Diario de un seductor) nos muestra algunos divertidos episodios de la vida del periodista Paul Kemp (alter ego de Hunter S. Thompson), en su aventura por Puerto Rico en la década de los 50.
La cinta de Robinson ofrece una versión fílmica bastante fiel al espíritu de la novela autobiográfica del mismo nombre, escrita por Hunter S. Thompson, famoso colaborador de la Rolling Stone, creador del llamado “periodismo gonzo” -aquel que propone un modelo periodístico en el que se elimina la división entre sujeto y objeto, entre ficción y no ficción, y en el que no hay noción clara de subjetividad o de objetividad- y autor del famoso libro sobre la banda de motociclistas llamada Hells Angels.
Kemp (Johnny Depp) llega de Nueva York a Puerto Rico para trabajar en un periódico local; conoce ahí a un fotógrafo aficionado a la pelea de gallos y a un reportero fascista y yonki, de quienes se volverá compañero. Por otro lado, se relaciona con un hombre de negocios, promotor de proyectos turbios, y con la excitante novia de éste.
La cinta discurre de modo algo caótico, a ratos se vuelve como una vorágine de escenas, divertidas las más de las veces, pero también estrambóticas y a veces algo trágicas. Indirectamente muestra la rapacidad tanto de las industrias como del ejército norteamericano y la destrucción que han llevado a cabo de algunos entornos naturales.
El título en español da lugar a ciertos malentendidos. No se trata de alguna versión fílmica de la obra de Sören Kierkegaard, ni es que esta cinta de Robinson cuente con una trama que justifique tal título. En realidad se traduciría literalmente como El Diario del Ron, haciendo alusión a la bebida que más ingiere el protagonista, y a las resacas que esto le produce. Tampoco es que el personaje de Depp se la pase seduciendo mujeres a diestra y siniestra.
Al final, Kemp quisiera ser un verdadero periodista, pero las circunstancias ya no le permiten hacerlo ahí. La cinta es divertida en la medida en la que muestra situaciones interesantes de este alter ego de Thompson en sus andanzas por el Caribe.