Tuesday, September 25, 2012

Amigos


Encontrar un amigo
Ser auténticos

Ricardo Martínez García

La amistad tiene orígenes muy variados, pero en todos los casos se basa en la autenticidad y en la aceptación del otro. Tal es el caso que nos muestra la cinta francesa Amigos (The Untouchables, 11) de los directores Olivier Nakache y Eric Toledano.

Protagonizada por François Cluzet y Omar Sy, la cinta es una apología de este sentimiento que nos hace más humanos, el de la amistad entre dos personas al parecer disímbolas o diametralmente opuestas. Ni las cuestiones sociales, económicas, raciales, importan cuando se encuentra a alguien que de manera auténtica y sincera se da al otro. Es cierto que el parapléjico Philliphe (Cluzet) contrata a Driss (Sy) para que lo cuide, pero no estaba en el contrato que fueran a desarrollar una verdadera amistad.

El énfasis del argumento no está tanto en el sufrimiento o la condición de Philliphe, sino en la forma en que vive dependiendo de Driss para casi todo, incluso para arreglarle una cita con una bella joven. En este sentido no es como el drama de la excelente cinta de Amenábar Mar adentro, o el de la también francesa La mariposa y la escafandra, sino que es una cinta que rescata el sentido de la verdadera amistad, fuera de todo convencionalismo social o cultural.

El resultado es una cinta divertida, muy humana y realmente disfrutable.

Wednesday, September 12, 2012

Valiente

Tomar la elección correcta

Tradición y libertad

Ricardo Martínez García

En las sociedades o comunidades humanas la vida parece estar regida por tradiciones inamovibles que deben ser observadas; tal es el caso de la historia de la cinta de animación dirigida por Brenda Chapman y Mark Andrews, Valiente (Brave, 12), en la que la princesa Merida, hija de un monarca escocés, se rebela ante lo que parece marcarle su destino.

Con grandes dotes para cabalgar, tirar del arco, gozar de la vida al aire libre y a sus anchas, Merida se ve conflictuada por el deseo de sus padres de que tome el rol que le corresponde como princesa, que busque un marido entre los hijos de los líderes de las comunidades vecinas y se case. Pero ella no desea hacer tal cosa. Eso la lleva a tomar decisiones apresuradas y a buscar ayuda que en primera instancia parece ser una muy mala decisión, pero que a la larga parece ser la mejor de las lecciones.

Se trata de una historia bien contada, en la que por el deseo de rebelión la protagonista tendrá que enfrentarse a complicaciones que no había contemplado, que ponen en peligro la estabilidad y bienestar de su familia. La historia termina bien, como corresponde a una cinta producida por Disney y Pixar, y cuenta con una excelente animación (propias ya de los estudios Pixar), que los niños disfrutarán mucho, y los padres también, además de reflexionar en la libertad que sus hijos deben tener para tomar sus propias decisiones.

Posesión Satánica

Los demonios andan sueltos

La tradición del mal
Ricardo Martínez García

En 1972 William Peter Blatty publicó su libro El exorcista, en el cual narraba el caso de una niña poseída por un demonio, y la lucha de un sacerdote católico por expulsarlo de ella. Desde entonces ha habido muchas cintas con argumentos más o menos parecidos.

Tal es el caso de la cinta Posesión Satánica (Dibbuk Box), producida por Sam Raimi y dirigida por Ole Bornedal, solo que ahora no está ambientada en el catolicismo, sino dentro de las creencias del judaísmo ortodoxo. De acuerdo con estas creencias se supone que un demonio específico puede ser encerrado en un objeto (al estilo de una caja de pandora, o de una lámpara como la de los genios), y cuyo encierro llega a su fin fatalmente y de modo aparentemente azaroso; tal es la premisa que guía a esta historia pero que en esencia narra algo parecido al drama de Blatty, pues hay una niña que sufre, unos padres preocupados y un religioso que desea ayudar.

En la novela de Blatty se describe un contexto, una serie de rituales, el hallazgo de pistas y hechos que de algún modo ofrecen antecedentes que explican la posesión de Regan, la pequeña niña protagonista. La lucha casi personal entre el padre Merrin y un demonio en África, así como el hecho de que Regan jugara a la ouija son solo parte de este conjunto de datos (además de los análisis médicos que se le realizan) que muestran que la ciencia es rebasada por este tipo de fenómeno, el cual solo puede tratarse desde la religión.

La cinta dirigida por Bornedal, y que cuenta con los protagónicos de Jeffrey Dean Morgan (Watchmen), Kyra Sedwich y Natasha Calls, es más directa, no muestra antecedentes sobre problemas o malos juegos infantiles, simplemente la azarosa compra de una caja con extrañas inscripciones hebreas.

La cinta resulta entretenida por la sobriedad de las actuaciones, y el uso adecuado de efectos especiales, sin abusar de ellos, pero al final resulta una especie de recreación de aquella famosa cinta de William Friedkin de 1973.   

Thursday, July 05, 2012

Un método peligroso


No hay manera de evitarlo.

Siquiatría para el psicólogo

Ricardo Martínez García

Sigmund Freud, junto con Carl Gustav Jung fueron dos de los estudiosos de la mente humana más influyentes  a lo largo del siglo XX y aún ahora, a pesar de los detractores a los que se han enfrentado sus teorías, o del grado de descalificación que han sufrido.

La cinta Un método peligroso, de David Cronenberg, nos muestra la manera en que Jung (el camaleónico Michael Fassbender) avanza en sus estudios y la manera en que la atención especial a una paciente de nombre Sabina Spielrein (Keira Knightley) le ayuda en tal desarrollo. Sin dejar de mostrar las ligeras diferencias sociales respecto a Freud (Viggo Mortensen), la cinta repasa algunos tópicos de la teoría del psicoanálisis y la manera en que Jung se aparta poco a poco de la senda trazada por Freud, aunque no tanto como lo hace la propia Spielrein.

Actuaciones estupendas tanto de Fassbender como de Knightley (especialmente) y de Mortensen, el hilo conductor de la historia está dada en su mayoría por la correspondencia entre Jung y Freud, y en menor medida con la Spielrein quien devino también en psicoanalista.

La cinta muestra la importancia de las relaciones entre el paciente y el doctor, así como su normatividad, al tiempo que muestra cómo la línea que los separa es a veces demasiado delgada y termina por romperse, sobre todo cuando las ideas que rigen los tratamientos están demasiado cercanos a los involucrados, sea por el tratamiento o por el padecimiento, o por aquello que decía Nietzsche de que somos humanos, demasiado humanos.

El cruce de teorías psicológicas no puede ser más encarnizado en esta cinta, una de ellas entre las ideas vitales del paciente Otto Gross (Vincent Cassel), quien simboliza la necesidad de vivir sin restricciones de ningún tipo, y las propuestas de Freud y del propio Jung. La naturaleza de la represión, de los impulsos del eros y del tánatos, su interpretación y maneras de enfrentar tales impulsos son los elementos que hacen la diferencia en sus diferentes concepciones, aparentemente dejando de lado las implicaciones morales, pero ¿será así realmente?

Es claro que Freud se decanta por un método racional y pretendidamente científico –aunque sus fundamentos no puedan comprobarse fehacientemente-, método no compartido del todo por Jung (y de ahí lo peligroso), quien incluyó en sus teorías elementos antropológicos, religiosos, filosóficos, alquímicos, míticos.

Saturday, June 30, 2012

Indiferencia


¿Se puede enseñar algo que no se quiere aprender?
La desintegración del sistema

Ricardo Martínez García.

Adrien Brodey protagoniza esta ácida cinta, Indiferencia (Detachment) sobre un profesor sustituto, atormentado por su situación familiar y por su naturaleza benigna, enfrentándose a la situación que guardan algunas escuelas de bachillerato en las que tiene que trabajar.

James Caan, Lucy Liu, Marcia Gay Harden son algunos actores que forman el equipo académico de esta escuela donde la atención del estudiante tiene que ganarse de los modos más subrepticios, y en las que el arte de sonsacar lo mejor de los estudiantes es la única alternativa a su constante desinterés e indiferencia.

La cinta, dirigida por Tony Kaye, muestra el estado en el que se encuentra el sistema educativo público del bachillerato en los Estados Unidos. De modo dramático vemos al personaje de Brodey, Henry Barthes, luchar con sus estudiantes, esforzarse por ganarse su confianza, que a veces es malinterpretada y con resultados funestos.

La situación planteada, de aspecto desastroso tanto para el profesor que desea enseñar algo de modo real, como para los estudiantes y sus limitaciones, se parece tanto a la de las escuelas públicas equivalentes en nuestro país.

Morris Berman, crítico y académico dedicado al análisis de la cultura en los Estados Unidos, ser refiere a esta situación, en su libro El Crepúsculo de la Cultura Americana:

(...) la desigualdad de la riqueza y los rendimientos marginales decrecientes a la inversión crean en complejidad una situación en la que el sistema educativo y la producción intelectual se ven afectadas negativamente en varios niveles.

En el nivel más inmediato, por supuesto, está la desintegración del sistema de escuelas públicas y la pérdida de su base económica. Cuando me gradué de preparatoria en 1962, ensuciar los pasillos era considerado una falta seria. Antes de que pasaran diez años, en la misma escuela preparatoria una joven fue violada a plena luz del día, y la situación solo ha escalado con el paso de los años. A finales de los ochenta, el que los estudiantes llevaran pistolas a la escuela era algo frecuente, con incidentes esporádicos de estudiantes heridos de bala como resultado, y a finales de los noventa, hemos sido testigos de frecuentes masacres (algo así como ocho en un periodo de dos años). En tal contexto, ¿quién podría preocuparse por estudiar la Constitución (o cualquier otra cosa), lo que de todos modos ya parece una especie de broma? De hecho, los profesores se han convertido en niñeras y a menudo sienten alivio si logran pasar el día sin un incidente violento.1

Profesores frustrados, vencidos, luchadores, geniales, inteligentes, indiferentes, de vidas vacías, dolorosas o dramáticas, son mostrados de manera descarnada en esta cinta, así como el aspecto mercantil disfrazado de ciertos servicios pedagógicos o académicos, que se preocupan por cifras y aprovechamiento, pero en realidad les tiene sin cuidado la vida de los estudiantes. ¿Dónde hemos visto eso? 

1Berman, Morris, El crepúsculo de la cultura americana, Sexto Piso, México, 2011, página 69.

Monday, June 25, 2012

Prometeo


Cerca de los dioses

De regreso al futuro

Ricardo Martínez García

A más de tres décadas Ridley Scott se autorrevisa y se supera gracias a la tecnología digital. En 1979 este talentoso director dirigió una de las más celebradas e influyentes cintas de ciencia ficción, Alien, El octavo pasajero, inaugurando una serie de sagas con más o menos éxito.

En Prometeo, el director retoma la historia de los viajes interestelares abordada en Alien, pero la enriquece no solo con imágenes nuevas sino con elementos dramáticos que ni siquiera se sugieren en la cinta del 79. El hilo conductor ahora es la búsqueda de los supuestos creadores de los humanos, los ingenieros genéticos que dieron con nuestra configuración.

La arqueóloga Elizabeth Shaw (Noomi Rapace, la protagonista de la trilogía de Millenium), realiza un descubrimiento con su colega Charlie Holloway (Logan Marshall-Green), a partir de pistas dejadas por varias de las culturas milenarias acerca del origen del ser humano. Con la tecnología suficiente para viajar en el espacio a enormes distancias, la empresa Weyland Corporation los pone en una nave para buscar a esos ingenieros creadores del humano, sin dejar en claro para qué, tal vez por el mero gusto de saber.

Visualmente la cinta resulta impresionante: parte de la historia se describe meramente con imágenes. Existen elementos dramáticos que recuerdan a aquella primigenia cinta del 79. El misterio es manejado eficazmente, mostrando poco a poco los descubrimientos que realizan tanto el equipo de arqueólogos espaciales como el resto de la tripulación. Las conclusiones a las que llegan no son las que esperaban, ni la manera en que termina la aventura.

Puede que los humanos hayan sido diseñados por estos ingenieros estelares, pero como señala la doctora Shaw, la pregunta lógica naturalmente persiste: ¿quién creó a los diseñadores? Gran actuación de Charlize Theron y de Michael Fassbender, en papeles que recuerdan a los que desempeñaron Sigourney Weaver e Ian Holm en Alien. Lo mejor de la cinta es la sensación de descubrimiento que se va construyendo poco a poco la primera mitad de la cinta. La segunda parte pierde un poco de fuerza y credibilidad, pero es una cinta que hará las delicias de los que gustan de la ciencia ficción.

Thursday, June 21, 2012

La increíble historia de Albert Nobbs


Todo un caso

El arte de ser lo que se es.

Ricardo Martínez García.

Ambientada en la Inglaterra del siglo XIX, el cineasta Rodrigo García (hijo de Gabriel García Márquez) presenta una adaptación para la pantalla grande de la novela de George Moore titulada La singular vida de Albert Nobbs.

La cinta trata de la historia de una mujer que por necesidades de la vida se hace pasar largo tiempo por hombre, viviendo una vida que le permite ahorrar algo de dinero, pero a costa de abandonar su ser biológico, en aras de conseguir una estabilidad social y laboral –precaria también-, hasta que todo cambia cuando decide casarse.

Glenn Close ofrece uno de sus trabajos más memorables, pues su interpretación de este personaje es tan agudo que nos permite sentir empatía natural por esta mujer jugando el rol de ser hombre (un hombre muy rígido y dedicado exclusivamente al trabajo), dentro de un mundo marcadamente diferenciado en lo social. Su máxima aspiración es tener una vida común y corriente, tener un negocio, casarse. Pero en esta determinación será donde encuentre sus más grandes retos.

Es posible reconocer algo de nuestros propios espíritus calculadores cuando vemos a Albert Nobbs cortejando a la bella Helen (Mia Wasikowska), y al final de sus citas hacer las cuentas de lo gastado, de cuánto gastará en un año, y de qué tiempo planea cortejarla hasta pedirle matrimonio. Tampoco pasa desapercibido para el espectador atento el hecho de que el pintor de brocha gorda, el señor Hubert (Janet McTeer) representa una historia paralela a la suya.

La vocación de servicio, tan propio de los mayordomos o de los ayuda de Cámara en la sociedad inglesa, no reconoce diferencia entre un hombre o una mujer, lo que le importa es el propio servicio, que es casi servilismo a los clientes.

En el fondo, Albert Nobbs es un ser humano cuyo objetivo en la vida es mantenerse, sobrevivir, mezclarse, pretendiendo en ciertos aspectos ser algo que no es, pero que en el fondo no importa, o no le importa a nadie más que a ella misma, que está dispuesta a hacer de ese falso ser su ser visible, exterior, salvo en momentos únicos y preciosos de liberación. Albert Nobbs representa un caso en el que alguien fue libre de escoger ese ser que se vuelve su prisión, aunque ciertamente bajo las opresivas circunstancias sociales de su mundo.

Las actuaciones, la adaptación y ambientación realizada en esta cinta, más las inclusiones de Mia Wasikowska (a quien vimos en la serie “En Terapia”, producida por el propio García) por parte del director son más que acertadas, logrando una buena cinta de época. Seguramente Glenn Close estará compitiendo en la próxima entrega de los Óscares con Michelle Williams por su trabajo en “Mi semana con Marylin”.

Monday, June 04, 2012

De Debates y otros Cuentos 2


Entretenimiento puro y aburrido

La utilidad de los debates

Ricardo Martínez García

Durante los tiempos electorales que corren (y en algunos periodos pasados) se producen, como se sabe, los llamados debates entre candidatos, con el fin de que los aspirantes den a conocer las líneas generales de acción que habrán de tomar en su gobierno o administración, de alcanzar el poder.

La experiencia de sexenios anteriores, en los cuales hubo promesas de campaña y también debates de candidatos, nos dice que estos aspirantes son capaces de prometer las perlas de la virgen con tal de ganar el favor del electorado (que es lo único que buscan de ellos), y lo hacen con la mano en la cintura, como si no se supiera de las acciones realizadas en el pasado inmediato por cada uno de ellos.

La pregunta que se puede plantear en esta coyuntura es ¿de qué sirven los debates? Porque sin duda tienen su utilidad, entre otras cosas para mostrarnos las capacidades retóricas de cada candidato, de su estilo, de su coherencia y articulación. Verlos intentar exponer intenciones políticas pero sin explicar la manera de operarlas o implementarlas (que es lo que verdaderamente podría convencer o no a los electores a darles su apoyo) es lo común, además de señalar las fallas más obvias en los adversarios.

Sin duda todos los candidatos basan su discurso en la idea de la consecución del bien común. Las ideas van desde cambiar la percepción del gobierno de modo radical, es decir pasar de un gobierno más o menos corrupto a un gobierno honesto, o mantener la asistencia social vía programas ya implementados y sin propuestas novedosas: nada de lo que tengan que preocuparse los grandes empresarios, ni los banqueros o los inversionistas, o los líderes sindicales. Nada que realmente sugiera siquiera un cambio de rumbo hacia una sociedad en la que la colectividad presuponga un nivel superior al de la mera individualidad. Es decir, nada que de verdad proponga realizar un cambio significativo en las nociones de justicia social o solidaridad colectiva o de distribución más equitativa en los ingresos.

Visto del modo anterior, parece más un contrasentido hacia las campañas proselitistas la realización de los debates. Más que mostrar proyectos políticos atractivos, lo que muestran son las carencias y limitaciones que padecen estos políticos.

El verdadero sentido de los debates es proponer las mejores ideas, exponer las razones por las cuales se deben tomar o no determinadas decisiones importantes para la vida pública. Pero estas decisiones a tomar solo son importantes para tal vida pública si se hacen dentro del seno de la esfera en la que tales decisiones toman carácter de políticas públicas legislativas, gubernamentales o judiciales. Es decir de decisiones que se traducirán realmente en acciones públicas.

En los debates realizados por los candidatos, éstos pueden decir cualquier cantidad de cosas que realizarán, pero en la medida en que se proponen en ese momento del debate tales acciones en la tribuna equivocada (el foro televisivo de alguna empresa de medios de comunicación), esas acciones no tienen aún el carácter de políticas públicas operables. Es como cuando un grupo de intelectuales analilzan las mejores opciones para generar empleo, o combatir al crimen organizado, pero todo lo que propongan no trasciende hacia las políticas públicas porque ellos no tienen manera de hacer que los resultados de sus análisis se conviertan realmente en políticas públicas aplicables.

En este sentido hay que hacer la diferencia de las esferas privadas y públicas. Permítaseme citar un texto de Cornelius Castoriadis:

Hagamos la distinción entre oîkos, los asuntos estrictamente privados; el agorá, la esfera privada/pública, el lugar donde los ciudadanos se encuentran fuera del dominio político; y la ekklesía, la esfera pública/pública, es decir, en un régimen democrático, el lugar donde se delibera y se deciden los asuntos comunes. En el agorá, discuto con otros, compro libros u otra cosa, estoy en un espacio público pero que es, al mismo tiempo, privado, ya que ninguna decisión política (legislativa, gubernamental o judicial) puede tomarse allí; la colectividad, a través de su legislación, nos asegura solamente la libertad de este espacio. En la ekklesía en el sentido amplio, que comprende tanto la asamblea del pueblo como así también el gobierno y los tribunales, estoy en un espacio público/público: delibero con los otros para decidir, y estas decisiones son sancionadas por el poder público de la colectividad. La democracia también puede definirse como el devenir verdaderamente público de la esfera pública/pública -lo que en otros regímenes es un hecho más o menos privado-.1

Entonces de acuerdo con lo que señala Castoriadis, un programa de análisis en la televisión, las discusiones de los grupos académicos especializados en la política, las opiniones de las diferentes voces críticas que se expresan por escrito en los periódicos, o alguien que opina en un blog (como yo aquí) y que eventualmente puede ser leído por cualquier persona que acceda a él, constituyen de este modo el agorá, la plaza pública/privada, donde se examina y se discute, pero donde no se toman decisiones políticas en el sentido en el que se toman en la ekklesía.

El debate presidencial se inserta en esta esfera de esta agorá, puesto que no se realizó en una asamblea del pueblo; en esta agorá sí se discutió pero no se deliberó ni se decidió nada ahí, no es como cuando se delibera y se decide en la Cámara de diputados o de senadores (pues lo que está en juego ahí es solo un aspecto de la llamada “democracia representativa”). 

El voto del elector, esa es la decisión a tomar en esta agorá, pero no es una decisión sobre algo que pueda sancionarse desde el poder público sino solo es una decisión sobre las diferentes opciones de candidatos, con el fin de justificar y legalizar el proceso electoral.

Ahora, para ser radicalmente honestos, eso que llamamos democracia es en realidad un parapeto de legalidad que oculta un sistema oligárquico que es el que tiene plena posesión e influencia sobre la esfera pública/pública, que al hacerla parte de su propiedad la convierte en una esfera privada. Y no lo digo yo en un momento de influencia andrésmanuelista.

Dice Castoriadis: “una de las múltiples razones por las cuales parece una burla hablar de democracia en las sociedades occidentales actuales es que la esfera pública constituye de hecho una esfera privada -y esto es válido en Francia como en Estados Unidos o Inglaterra (y México, añadiría yo)-. En primer lugar, es privada en el sentido de que las decisiones verdaderas se toman en un espacio aislado, en los pasillos o lugares de encuentro de los gobernantes. Sabemos, de hecho, que no se toman en los lugares oficiales donde se supone que deberían tomarse; cuando llegan frente al Consejo de ministros o la Cámara de diputados, ya están echadas las cartas”.

Aunque Castoriadis se refiere al contexto francés y afirma que lo que dice es válido en los Estados Unidos o Inlgaterra, es claro ver hasta qué punto lo que dice se aplica al contexto mexicano. La conclusión de esta situación la señala muy bien, cuando sostiene que:

Previo a toda discusión sobre la cuestión democracia directa o “democraciarepresentativa, constatamos que la democracia actual es cualquier cosa salvo una democracia, ya que la esfera pública/pública es, de hecho, una esfera privada, y constituye la propiedad de la oligarquía política y no del cuerpo político.2

1Castoriadis, Cornelius, Figuras de lo pensable, Fondo de Cultura Económica, México, 2002, página 152.
2Op cit, página 153.

El Cuervo


El poder lógico de la imaginación

Poe, el detective

Ricardo Martínez García

Los últimos y desconocidos días de la vida del famoso escritor norteamericano Edgar Allan Poe sirven para ubicar esta ficción policiaca, titulada El Cuervo, Guía para un asesino (The Raven, 2012), en la que un asesino serial se inspira en algunos de los relatos del gran escritor norteamericano para realizar sus atrocidades.

La cinta, dirigida por James Mc Teigue, alterna la investigación policiaca con el desarrollo del drama amoroso personal entre Poe (John Cusack, en una actuación estupenda) y su novia Emily Hamilton (Alice Eve), que se ve involucrada en los sucesos policiacos sin poder evitarlo. Con un correcto manejo de los tiempos y la edición, mantiene un ritmo que acelera o se detiene en los momentos correctos.

El misterio sobre la identidad del asesino, el seguimiento de las pistas, los aciertos y desaciertos de la policía, todo ambientado en escenarios oscuros, casi lúgubres, con atmósferas borrosas, dan la impresión correcta de una cinta de época bien planteada.

Algunos detalles en la cinta recuerdan la forma en que se solucionan los aspectos detectivescos en otras cintas, como en Los Angeles al desnudo, o Los infiltrados, pero el espectador será consciente luego de verla tal vez, de otras referencias.

El resultado es una interesante y entretenida película en la que el romanticismo, la poesía, la inteligente ironía de una historia que envuelve al propio creador de historias, la inexorabilidad de la muerte, se conjugan de modo agradable e incluso a ratos divertida. La relación entre la literatura y el cine es aquí más que tangible.

Friday, May 18, 2012

Mi semana con Marilyn


El encanto hecho mito

La Artista

Ricardo Martínez García

Michelle Williams muestra su enorme talento en esta cinta, que narra la memorable semana que pasó el cineasta Colin Clark con la rutilante estrella de Hollywood Marilyn Monroe, considerada desde entonces la mujer más sexy del mundo, durante una película filmada en Inglaterra,.

Williams destaca como una de las mejores actrices de su generación. La interpretación que hace de Marilyn es simplemente excepcional. Nos lleva a ver a la criatura voluble y vulnerable, acosada por sus inseguridades, pero también nos muestra el enorme encanto personal que tenía. Williams transmite a través de su personaje realmente un atractivo y una simpatía irresistibles.

Basada en las memorias de Clark, y dirigida por Simon Curtis, la cinta muestra lo que para algunos en un principio pudiera parecer falta de profesionalismo, o al menos falta de respeto hacia los demás (como lo expresa el personaje de Kenneth Branagh, sir Laurence Oliver), a lo largo de la película se desvela la enorme soledad de una mujer excesivamente asediada, expuesta a una presión más grande de lo que puede soportar, tanto en su vida personal como profesional, y a pesar de ello ofrecer intermitentes y gloriosos destellos de actuación ante las cámaras, plenos de un arte que consistía esencialmente de encanto, inocencia y seducción a la vez.

El rostro de Michelle Williams, sin parecerse demasiado al de Marilyn, es en verdad hermoso, y ella sabe sacarle el mejor provecho, con gestos llenos de coquetería y picardía, pero también de tristeza. En realidad tanto Monroe como Williams tienen en común el ser de una naturaleza fotogénica inigualables.

La cinta es divertida, reveladora, y aunque nos narra acciones que duraron un corto periodo de tiempo, deja constancia del impacto que esa bella mujer tuvo en todos los que la rodearon; nos permite atisbar un poco en su compleja personalidad. Excelente cinta que seguramente pondrá muy pero muy cerca a Williams de llevarse el próximo Oscar a la mejor actriz.

Batalla Naval


¿Les gustará a los japoneses?

Defensa anticolonial y xenofobia extraterrestre.

Ricardo Martínez García

El poderío militar norteamericano es mostrado en toda su capacidad destructiva en esta cinta de ficción bélica, en la que el enemigo ya no es de esta Tierra, sino de algún sitio del vasto universo.

Batalla Naval (12), dirigida por Peter Berg, parece plantear el rescate de varios iconos de la cultura norteamericana: el rock, los marines, el poder bélico y la guerra hacia cualquier enemigo que se atreva a enfrentar a estos defensores de la humanidad que ahora son los norteamericanos.

Con canciones de AC/DC (que Iron Man usa de modo tan frecuente) o de los Credance Clearwater Revival, y una honrosa inclusión en las acciones bélicas de veteranos de guerra con prótesis o de la tercera edad, la cinta, protagonizada por Taylor Kitsch, Rihanna y Liam Neeson, intenta reivindicar a estos sectores, que alguna vez fueron efectivos militares importantes, pero luego la realidad los ha arrojado en la indiferencia y en el olvido, en el mejor de los casos.

Luego de que son enviadas sondas al espacio con mensajes sobre nuestra existencia, de pronto algunos seres captan nuestras señales, se trasladan a esta parte del universo y llegan no en son de paz, sino con una pretendida intención de conquista.

Los seres del espacio exterior (cuyos trajes espaciales son tan parecidos al de Iron Man, aunque fisiológicamente más bien son enormes humanoides de manos de cuatro dedos retráctiles y rostros monstruosos como de los Predadores, pero poseedores de una tecnología militar muy avanzada) necesitan comunicarse con su mundo, usando para ello la infraestructura de investigación astronómica que hay en unas montañas de las islas en Hawaii. Necesitan generar algo como el hueco espacial que abre Loki, el malvado hermano de Thor, entre el mundo de Asgard y la Tierra en Los Vengadores.

En la cinta las marinas norteamericana y japonesa realizan amistosos ejercicios en conjunto en esa zona hawaiiana (donde se encuetra Pearl Harbor), lo que pudiera ser un síntoma de conciencia histórica por parte de los primeros, y que tal vez los inquieta un poco, luego de más de 65 años de haber lanzado las bombas A sobre Hiroshima y Nagasaki, las cuales representan el hito en la historia de la capacidad de destrucción del ser humano sobre sí mismo y el mundo, pero que en la película salva a la Tierra de la invasión extraterrestre.

El argumento resulta así tan fantástico y semejante al de Los Vengadores, solo que sin esos simpáticos personajes de ficción, aunque en la cinta se glorifica a otro tipo de personajes, como el rebelde que se corrige y conquista el corazón más difícil, a la valiente oficial de color, a los civiles y veteranos, etc., cuyas participaciones son esenciales para que la humanidad no sufra esa conquista espacial. La película es interesante por ese cúmulo de iconos y símbolos norteamericanos que dan para muchas interpretaciones y que aquí apenas sugiero. Las cosas no son lo que parecen.

Thursday, May 10, 2012

El exótico hotel Marigold


La vida es un viaje
Volver a comenzar

Ricardo Martínez García

La vejez, el retiro, el supuesto fin de las vidas activas de un grupo de británicos de la tercera edad es presentada en esta cinta “El exótico hotel Marigold”, de John Madden, como una interesante aventura en la India, una especie de movie road inesperada, con una gran cantidad de sorpresas a lo largo de ella, tal como a veces es la vida.

Los actores que protagonizan esta cinta, basada en la novela de Deborah Moggach The best exotic Marigold Hotel, son sin duda de los mejores de su generación: Maggie Smith, Tom Wilkinson, Judy Dench, Bill Nighy, Penelope Wilton, Ronald Pickup, todos ellos brillan con luz propia como los grandes intérpretes que son.

La trama narra básicamente las peripecias de unos veteranos que buscan retirarse en un hotel en algún lugar de la sobrepoblada India. Cada uno con diferentes situaciones vitales, confluyen en ese lugar que les depara al principio sinsabores y decepciones pero que pronto se convierten, por adaptación o por algún glorioso e inesperado despertar, en gusto por la vida, por el trabajo, por el amor, por la búsqueda de sí mismos. Algunos de ellos sufrirán transformaciones personales más que destacadas.

El joven y entusiasta administrador del hotel (Dev Patel) cuenta con su propia trama: hijo de una familia tradicionalista, alcanza finalmente a oponerse y enfrentarse a una madre controladora. La combinación de los personajes de la tercera edad con otros que representan la juventud de las nuevas generaciones le da un aire muy agradable a la cinta, que nos lleva de la alegría a la tristeza tan pronto como simpatizamos con tales personajes, algo que ocurre gracias al muy particular estilo de humor inglés que maneja el guionista Ol Parker.

Se trata de una cinta que invita a pensar en el sentido de la vida, en las cosas que realmente valoramos, en deudas y en pagos, en lealtad y en amor, así como en la amistad, el humor, la incomprensión, pero sobre todo en la forma en la que cada quien maneja eso que llamamos fracaso o éxito. La moraleja de la cinta bien podría ser “la vida es lo que decidimos que sea”.

Monday, May 07, 2012

Los Vengadores


El mundo está en peligro

Del comic a la pantalla

Ricardo Martínez García

La Marvel se pliega ante las necesidades mercadológicas de la industria cinematográfica, típica de las cintas de verano o que aspiran al máximo de la taquilla, y presenta en Los Vengadores (Whedon, 12) las aventuras de un disímbolo grupo de super héroes y un mega villano que juega con sus mentes, aunque su propósito sea muy simple: la dominación absoluta.

Como película de fantasía franquicitaria, pareciera que la trama puede soportar el juntar a estos personajes, sin importar la lógica interna de cada una de las historias independientes de los protagonistas: de pronto todos están unidos en la misión de salvar al mundo de una amenaza total. Tal cosa es posible en la medida en que el enemigo proviene de otro mundo literalmente, de ahí tal unión.

Los protagonistas son de lo más disímbolo que pudiera ser. Hay una hermosa espía rusa de grandes habilidades llamada Natasha Romanoff o la Viuda Negra (Scarlett Johansson), un agente con armas insospechadas en sus flechas llamado Hawkeye (Jeremy Renner), el millonario cínico redimido cuya fortuna proviene de producir armas de alta tecnología Tony Stark, mejor conocido como Iron Man (Robert Downey Jr.), un soldado patriota víctima y beneficiario de los anabólicos conocido como el Capitán América (Chris Evans) y un científico que fue más allá de sus límites en la investigación de los rayos gama, creando una criatura inmensamente fuerte llamada Hulk (Mark Ruffalo). Y está Thor (Chris Hemsworth).

La fuerza bruta en esencia es la que se impone al momento de que estallan las hostilidades. En el caso de Hulk, representa toda la furia dirigida en contra de quien considera el enemigo, y a veces hasta con los que debería estar aliado. Ese compacto conglomerado de vigor y violencia que es Hulk representa el último razonamiento en contra de quien puede destruir, con la mano en la cintura, a este mundo, teniendo tanto la tecnología como la intención de hacerlo, como el villano Lokki. Algo que sería lógicamente mucho peor para la humanidad que el fascismo, y que naturalmente el Capitán América (sin más poderes que su fuerza de organización y su enjundia, que no es nada comparada con la fuerza de Hulk) debe combatir con todo su ser.

Thor es un caso aparte, sencillamente porque él es un mítico dios caído y atrapado en la Tierra; hijo de Odín, ambos forman parte de la mitología escandinava, de la que las revistas de Marvel abrevaron en su momento. Los guionistas en esta cinta se metieron así en problemas al tratar de combinar en una misma cinta a Thor y a los demás personajes, especialmente a Iron Man, tan distintos en sus orígenes (divinidad contra humanidad), pero tan parecidos en sus fuerzas (sobrenaturales y tecnológicas), aunque claramente Thor es superior, al ser prácticamente inmortal, lo que lo hace tan invulnerable como el propio Lokki.

La historia es regular, un tanto forzada, aunque la hechura, los chistes y la acción son buenos, y los efectos especiales son espectaculares, dignos de una película taquillera, palomera, cuyo propósito esencial es muy simple: el total y absoluto entretenimiento.

De debates y otros cuentos


Por el menos peor
La participación política ciudadana.

Ricardo Martínez García

A menos de un par de meses de que se repita el viejo ritual político de las elecciones federales, es necesario volver a reflexionar sobre el papel que la población juega en este proceso de renovación de cargos públicos federales y locales, en un sistema que se presume de participación democrática.

En México, como en otros países, la participación política ciudadana se produce durante los periodos electorales estatales o federales. Se trata de una participación mínima, en el proceso general de la toma de decisiones, que inicia precisamente con la elección de los representantes y funcionarios de gobierno, como el presidente y su gabinete, gobernadores, diputados y senadores.

En tal participación ciudadana no hay ningún debate ciudadano –los debates que se producen son entre los candidatos a presidente, que dejan mucho que desear-, solo su participación en las elecciones a partir del voto, que tan exaltadamente glorifica el Instituto Federal Electoral.

Cada seis años se repite el ritual electoral, cuyo resultado consagra a un “representante” de la voluntad popular de su sector (desde todo el país hasta los distritos electorales), o tal es la pretenisión. El problema es que si ese representante, sea el presidente, el gobernador o un legislador, no rinde o trabaja lo que debería, no hay manera de cambiarlo o sustituirlo. El plebiscito sería más que necesario para remover a los que no legislan a favor de sus representados, así como la reelección sería la forma de premiarlos si sí lo hicieron.

El sistema electoral está diseñado para garantizar al menos dos cosas: estabilidad en el aparato político y económico, con el que los grupos de poder no experimentan ningún tipo de modificación en su forma de operar, y por lo tanto en sus intereses, y la garantía de que la participación ciudadana efectiva en el quehacer político será mínima, pero suficiente, para legitimar al sistema político en general.

La posibilidad de implementar la figura electoral de un plebiscito es real, pero también lo es el que en el aparato legislativo pocos estarían dispuestos a apoyar tal moción (pues implicaría la probabilidad de que pudieran remover a cualquier representante o legislador, así como a los propios funcionarios elegidos popularmente). Los lazos de intereses generados hacen inviable la operación de un plebiscito, instrumento que sería muy necesario para la mejora del servicio público.

El problema entonces es que la sociedad civil no logra formar verdaderos cuadros de acción política, pues éstos ya están instaurados por los diferentes partidos políticos, con mayor o menor efectividad participativa, según sea su alcance histórico. El partido con mayores activos políticos es el PRI, seguido del PAN y el PRD. El margen de participación de cuadros políticos de la sociedad civil, así, es enormemente restringido, al grado de que no será prácticamente posible aún la participación de candidatos ciudadanos en este periodo electoral.[1]

El juego del poder no mira realmente al bien común como su meta principal. Como señaló Juan E. Pardinas en una colaboración dominical para el periódico Reforma, exponiendo algunos elementos del libro El Manual del Dictador: “el empeño de la política se sintetiza en dos ambiciones elementales: la conquista y preservación del poder. El bien común, si se llegara a dar, es solo un efecto secundario de esa ansia por imponer la voluntad propia sobre las personas y las cosas. Esto no es una manifestación de egoísmo o maldad, sino un rasgo inherente a la naturaleza humana”. [2]

Pero la conquista y la preservación del poder, al ser referidas como productos de la naturaleza humana parecería que ignoraran el hecho de que la construcción de la política, como sistema de gobierno tiene precisamente como meta la consecución del bien común. Esto expone la contraposición entre dos formas distintas de concebir la política: Aristóteles confrontado con Maquiavelo, la contraposición entre la filosofía política clásica y la filosofía política moderna.

La observación de Pardinas es pertinente porque nos indica que la real politik está basada más en la naturaleza humana (pasional), que en el carácter convencional de lo político (racional), pues propugna por la conquista y la conservación del poder (algo que habrían ya alcanzado cada uno de los legisladores o funcionarios de gobierno, sin importar su filiación partidaria, pues el mero hecho de alcanzar a ser legisladores significaría para ellos la conquista del poder, y mantenerse dentro del sistema político sería la expresión de su habilidad para conservar el poder, o como quien dice, no vivir fuera del presupuesto).

Bajo esta perspectiva, no importa en realidad quién gobierne, o cuáles sean sus propuestas de gobierno, lo que importa es que han alcanzado el poder y lo van a conservar. Las elecciones así, no son más que formas de legitimar tal situación. El debate de los candidatos presidenciales así lo muestran, pues al verlos queda patente la falta absoluta de propuestas concretas para alcanzar ese bien común, así como las enormes limitaciones de cada candidato.

Es cierto que este esquema de adquisición y conservación de poder, para no mostrar tan claramente su naturaleza, el propio sistema político va haciendo pequeñas concesiones a la sociedad civil, a lo largo del tiempo.

“En las sociedades ricas del Norte–dice Noam Chomsky-, cuando comunidades mejor organizadas van consiguiendo derechos civiles y humanos (como los hispanos y afroamericanos) se ha de impedir por otros medios la participación política de la mayoría”. [3]

Esos otros medios de los que habla Chomsky para evitar la participación de la mayoría, van desde la propaganda ideológica, mediática, hasta el uso de la fuerza. La propaganda tiene como objetivo el control de la mente pública, atomizar a la comunidad, destruir cualquier tipo de organización que produzca influencia en la gente que no debe tenerla. El objetivo es que los individuos no se puedan organizar, que permanezcan solos, pues de ese modo su participación no alcanza una verdadera significatividad, de acuerdo con Chomsky.

La propaganda política electoral en México es una muestra del desprecio que sienten los jefes de campaña por los electores y por su inteligencia: cientos de spots aburridos, huecos, superficiales, poco o nada propositivos inundan la televisión y el radio.

Volviendo al tema de los debates presidenciales, como el visto el domingo 6 de mayo, la audiencia logró ver cómo se manejan estos candidatos: ninguno respondía claramente a lo preguntado, o sus respuestas giraban en torno a propuestas generalizadoras sin decir cómo lo harían: nadie explicó cómo crear nuevos trabajos, o cómo combatir al crimen organizado, mejorar las finanzas, administrar los bienes estatales como Pemex, ninguno de ellos lo dejó claro, y todo por atacar o defenderse (Peña, AMLO y Vázquez) o aprovechar el momento (Quadri).

Luego de ver este debate, no queda más que estar de acuerdo con lo que Michelangelo Bovero ha propuesto hace tiempo: que estamos viviendo en una kakistocracia, es decir en el gobierno de los peores. No es entonces la posibilidad de ver realizarse un gobierno de los mejores, o de los que saben, sino un gobierno de corruptos, o de líderes de visión cuadrada o limitada en el mejor de los casos, lo que pudimos ver en el debate televisado. La democracia que nos vende el IFE es una grotesca caricatura de su noción clásica (que vendría a ser una utopía a la que se debe intentar llegar, sabiendo que nunca será realizable totalmente).

La participación ciudadana en la política queda limitada, de ese modo, tal como lo planteaban dos teóricos políticos destacados, uno de ellos del siglo XVII, John Locke, y otro del siglo XX, Walter Lippman, señala Chomsky. Locke sostenía que “los ciudadanos deben estar informados de los asuntos públicos, pero no tienen derecho alguno a discutirlos” y menos a participar en la administración de esos asuntos públicos. Lippman señala que “para que una democracia funcione bien, el poder decisorio debe quedar limitado a una pequeña elite de “hombres responsables”. No debe haber ninguna intervención de “intrusos ignorantes y entrometidos” término aplicado al público en general, cuya función es la de mero espectador sin participación en el sistema político.[4]

Es algo que ya les sale muy bien, convertirnos a los ciudadanos comunes en meros espectadores, mostrarnos quiénes son esos hombres responsables y quiénes los intrusos.


[1] Cf http://www.expreso.com.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=15376:sepultan-candidatos-ciudadanos-para-2012&catid=3:nacional&Itemid=72
[2] Cf Pardinas, Juan E. El manual del dictador, Diario Reforma, 8 de abril de 2012, página 11.
[3] Chomsky, N. Política y Cultura a Finales del Siglo XX, Ariel, México 1996, página 20.
[4] Chomsky, op. cit., página 23.

Sunday, May 06, 2012

Con la misma piedra


Mark, Jarvis y Candida
Volver a Caer

Ricardo Martínez García

Lo confieso, a veces puedo llegar a ser tan ingenuo y olvidadizo. El 23 de abril pasado se presentó en México el grupo británico Pulp, del que me volví fan luego de escuchar “Sorted for E´s & Wiz” en alguna estación de radio, en el ya lejano año de 1995. Y digo que soy ingenuo u olvidadizo porque a pesar de que sabía que su presentación era en el Palacio de los Deportes, mi entusiasmo por verlos no disminuyó ni un ápice. Mi experiencia en conciertos en este lugar, que está bien para cosas como juegos de basquet con chicas lindas echando porras, ha sido decepcionante. Recuerdo claramente cuando fui a ver a Morrissey ahí, tras lo cual me prometí no volver a tan inapropiado recinto, al menos para conciertos. No pude sostener mi promesa.

Impulsado por la calidad y el carisma de Jarvis Cocker y compañía, que decidieron sacarle un poco de provecho a su buen catálogo musical dando algunos conciertos por el mundo, apenas me enteré de su visita a México el pasado mes de febrero, fui a comprar unos boletos para el que yo creí el evento musical del año. Finalmente llegó el día del concierto y me apersoné a las afueras del Palacio, inspeccioné los souvenirs propios del evento, sufrí una cancelación de última hora, cambié mi boleto sobrante por una hamburguesa y un refresco y me dispuse a escuchar a la ya veterana banda originaria de Sheffield, Inglaterra.

Igual que como cantó el desaliñado Cocker ahora en la canción referida,  me encontré de pronto solo en un lugar lejos de casa, sin amigos, lleno de personas que aplauden y bailan todo, que gritan y se emocionan más de lo requerido. Igual que como en el concierto de Morrissey, el sonido empezó a ser cada vez más distorsionado, menos nítido, no lograba distinguir los acordes de las guitarras, o el ritmo de la batería, pues el volumen era ensordecedor. Se trataba del efecto de rebote acústico típico del lugar.

Sin duda Pulp sigue siendo un grupo magnífico, sus canciones son grandiosas, escénicamente se defienden muy bien, pero la acústica del Palacio, al menos a mí, me hizo decidirme a abandonar el lugar antes de que terminara todo, enojado conmigo mismo por haber olvidado la experiencia previa en el concierto de Morrissey. Al menos ahora sí pude regresar rápido a casa, con un par de souvenirs, pero con el firme propósito de no regresar al Palacio de los Deportes, ensordecido y aturdido como me encontraba. Pero ya se sabe, los humanos tropezamos varias veces con la misma piedra, puede que por amor, olvido o por lo que sea.

Friday, May 04, 2012

Los juegos del hambre


Hermosa y heróica
El mito y la realidad
Los juegos del hambre

Ricardo Martínez García
Para conmemorar hambrunas pasadas, se organizan “Los Juegos del Hambre” en donde una pareja de cada uno de los 12 distritos, de una sociedad futurista y sobreviviente de algún conflicto global, compiten para ver quién sobrevive en un ambiente controlado por los propios organizadores. El juego es hasta morir. Hasta ahí el hilo narrativo de esta película basada en la novela de Suzanne Collins que también da nombre a la cinta.

Algunos detalles de la película señalan a ciertas referencias que van desde George Orwell -y su Big Brother de la novela 1984- a aspectos de la mitología griega. La tecnología permite al hombre controlar entornos físicos y naturales, a la manera de dioses olímpicos jugando con sus humanos favoritos, influyendo en ellos, ayudándolos con su amparo, o castigándolos en beneficio de un espectáculo masivo de dudosa eticidad.

Es posible suponer que no es casual, en ese sentido, que los protagonistas tengan diversas habilidades, pues está la arquera, la cazadora, el de poderosa musculatura, la sagaz, a la manera algunos héroes griegos como Atalanta, Hércules, Jasón, etc. De ese modo, los personajes de esta cinta se vuelven una especie de homenaje a los viejos héroes, que a su vez estaban bajo la protección de unos dioses que eran lo suficientemente humanos como para actuar de manera absurda, peligrosa e irresponsable. El mito aquí no se crea ni se destruye, solo se transforma.

La lucha entonces no es propiamente entre los participantes en estos Juegos del Hambre, es entre los que creen decidir libremente sus acciones (los adolescentes participantes del juego) y los que creen imponérselas a otros (los omnipotentes organizadores). La vieja lucha entre libertad contra determinismo, entre libre albedrío y manipulación.

El elenco cuenta con actores consagrados por el olimpo del celuloide, como Donald Shuterland (como el Presidente Snow, jefe máximo de los juegos, a la manera de un Zeus poderoso e inescrutable), Lenny Kravitz, Woody Harrelson, Stanley Tucci, entre otros, conduciéndose como esos dioses tan presas de sus pasiones como lo son sus propios protegidos, la nueva heroína Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence) y Peeta Mellark (Josh Hutcherson).

La cinta es una interesante y entretenida combinación de ficción futurista, reality show, aventura, romance, pero que al no resolver algunos hilos argumentales hace prever la secuela.

Saturday, March 17, 2012

John Carter: entre dos mundos

¿Mundos nuevos?
Mundos alternativos de ficción

Ricardo Martínez García

Edgar Rice Burroughs fue un prolífico escritor norteamericano, famoso por dar vida al personaje de Tarzán en una serie literaria que ha dado para gran cantidad de programas de televisión y múltiples películas. Pero además escribió novelas de corte de ciencia ficción con personajes ubicados en Marte, cuyos habitantes llamaban Barsoon.

John Carter: entre dos mundos es una cinta dirigida por Andrew Stanton (director de Buscando a Nemo), basada en la novela de Burroughs titulada Una princesa de Marte, que representa una ficción semejante a la de Avatar, protagonizada por un capitán del ejército norteamericano rebelde a finales del siglo XIX, llamado John Carter, que se ve azarosamente transportado a un mundo desconocido pero parecido al terrícola.  

Burroughs construye en Marte un mundo lleno de seres extraños agrupados en tribus o razas superiores en disputa (muy parecidos a esos colonizadores y militares en guerra con los nativos de las tierras del norte de América).

La cinta no presenta elementos visuales novedosos respecto de cintas como Avatar, o incluso La Guerra de las Galaxias, pero sí presenta una visión más al estilo de Julio Verne y su Viaje a la Luna, con ciertas digresiones de las leyes físicas.

No es la primera vez tampoco que se hace una versión fílmica de esta vena literaria de Burroughs, pues en 2009 salió La Princesa de Marte, de Mark Atkins. Esta nueva versión no es mala de ningún modo, pero el trabajo de James Cameron en Avatar es difícil de superar en ese terreno de la ficción alienígena.

De Panzazo

Aprender a aprender
Educación y Sociedad

Ricardo Martínez García

El documental dirigido por Juan Carlos Rulfo y Caros Loret de Mola, De Panzazo, intenta concientizar sobre los grandes problemas y rezagos que se padecen en el Sistema Educativo Nacional a nivel primaria y secundaria. Pero en realidad la problemática educativa planteada se puede extender libremente a niveles medios superiores e incluso superiores, con pocas variaciones.

Falta de recursos financieros y materiales, malas administraciones, hábitos magisteriales perniciosos, relaciones sindicales onerosas, una serie de situaciones negativas que encuentran sus causas de manera multifactorial. El resultado general de esta problemática es un nivel de aprendizaje enormemente retrasado respecto a países como Corea, por ejemplo. Datos que admiran pero no sorprenden, solo confirman lo que de modo intuitivo se aprecia: la educación básica en México está por los suelos, como fiel reflejo de la situación general en el país.

Sin pretender ser un documental que explore de manera profunda el problema, la intención que se aprecia en este trabajo de Rulfo y Loret de Mola es poner el dedo en la llaga del problema educativo, nada más, pero nada menos. Lo que se presenta abre debates en diferentes frentes: ¿en qué consiste educar?, ¿qué se está haciendo bien o mal en este sector?, ¿son válidas las comparaciones con los países que tienen un desarrollo económico superior, o con crecimientos sostenidos muy por encima del nuestro?, ¿por qué no crecemos al mismo ritmo que con los que nos comparamos?

El análisis que se desprende del documental puede ser superficial en algunos aspectos y conducir a la satanización de la clase magisterial en su totalidad, o inducir a la creencia de que la gran mayoría de los estudiantes no rebuznan porque Dios es grande, pero también explica que la educación es un asunto en la que deben intervenir tanto los padres de familia (como aquellos que piensan que la escuela es una especie de guardería, o los que piensan que todo lo debe hacer “el gobierno”) como los docentes, administradores, etc.

Sin duda la parte más acertada es la que señala que el futuro de México está en la educación. Y eso es válido para explicar la situación actual: somos el resultado ya, ahora, de nuestro viejo y maltratado sistema educativo, digan lo que digan desde hace mucho los presidentes en turno. El documental, así, es un pretexto excelente para la reflexión. 

Monday, March 12, 2012

El artista

La fuerza de la actuación

El poder de la palabra

Ricardo Martínez García.

La cinta El artista, del director francés Michael Hazanavicius es una oda al viejo cine insonoro de principios del siglo XX. Los hermanos August y Louis Lumiére inventaron el proyector cinematográfico, que hizo posible la realización de historias fílmicas que han alimentado la imaginación de millones de personas desde entonces, generando una industria que supo desarrollar y evolucionar enormemente el Hollywood de antaño.

Más allá de la convencional historia de la caída de un ídolo y de su redención, y de su carácter de homenaje intrínseco a la propia cinematografía, El Artista propone una superación del cine mudo, más que ruptura, cuyo lenguaje narrativo estaba limitado a las imágenes y a la musicalización.

El personaje de George Valentin (una especie de homenaje a Rudolph Valentino), interpretado por Jean Dujardin, se encuentra atrapado en esa limitación narrativa, y se horroriza ante la posibilidad de que su mundo cinematográfico se vuelva sonoro, a excepción de sí mismo.

La historia de las estrellas cinematográficas consta de ciertas etapas, según se ve en la cinta: descubrimiento, ascenso, riqueza, declive y olvido (más patente en La invención de Hugo, de Scorsese). En los mejores casos la memoria obliga al recuerdo y a la recuperación de ciertos personajes clave, con los homenajes y celebraciones a las grandes obras. Hay un cierto paralelismo en las historias de romances que inician, se desarrollan y se disuelven, por las circunstancias que se quieran.

George Valentin es un maestro de la actuación gesticular, de la expresión corporal, pero el cine necesitaba una evolución, y eso fue lo que le dio la sonorización. Tratar de oponerse a esa transformación técnica lo relega al olvido. Su segunda oportunidad se la da Peppy Miller (Bérenice Bejo) que él tarda en entender y tomar.

El artista es una cinta cuyo mérito es ser un homenaje a la cinematografía insonora, aunque en ese sentido los que hemos crecido en la tradición del cine sonoro tal vez no lo apreciemos ya tanto. Pero no se podrá negar que tal celebración del quehacer cinematográfico es mucho más completa en La invención de Hugo, que debió ganar en la más reciente entrega de los Oscares el premio a la mejor película, esa es mi convicción.



La Dama de Hierro

Inflexible e inquebrantable

Un personaje épico

Ricardo Martínez García

Margaret Tatcher, mejor conocida como La dama de hierro por su firmeza de acciones de gobierno especialmente para la entonces URSS, es el personaje central de esta cinta de mismo nombre dirigida por la británica Phillida Lloyd, responsable también de la cinta Mamma Mia!

Sin duda se trata de un personaje trascendente: Tatcher ha sido la única mujer en ser Primera Ministra del Reino Unido, su gobierno duró de 1979 a 1990, siendo el más largo para un primer ministro británico en el siglo XX; se enfrentó de manera decisiva a los sindicatos en su país, a la reticencia inicial hacia su persona por parte de un parlamento dominado por hombres, y a la integración de la Gran Bretaña a la Unión Europea

Más allá de plantear algún tipo de crítica o reflexión política sobre su ideología política, habiendo pertenecido siempre ella al Partido Conservador, la cinta de Lloyd se centra en el aspecto humano y personal de una Margaret Tatcher que ahora con 86 años a veces cree seguir siendo la primera ministra.

La actuación de Meryl Streep es realmente espectacular, aunque a ratos parece sobreactuar el personaje, de tan detallada que es su representación. Da la impresión de que la Tatcher de Streep es más Tatcher que la propia Margaret, sobre todo en su acento y en sus modales. Asusta la capacidad de mimetismo e interpretación de Meryl Streep, sin duda la mejor actriz de los últimos 30 años.

Se trata de una interesante cinta biográfica que tal vez solo disfruten los fans de Meryl Streep, o los que gustan de filmes de corte histórico, aunque esta cinta sea sin pretensiones de crítica o reflexión de algún tipo.

Saturday, February 25, 2012

La Dama de Negro

El Fantasma de Harry

La maldición de un personaje

Ricardo Martínez García

Daniel Radcliffe es el protagonista de esta nueva versión fílmica de la obra de Susan Hill La dama de negro. El personaje que representó para Radcliff su fama y gloria, Harry Potter, sigue siendo una sombra con presencia casi igual que la de esta mujer vestida de negro vengativa: Radcliff da vida al joven abogado Arthur Kipps, designado por su jefe para viajar a un lugar de la costa inglesa con el fin de arreglar los papeles testamentarios de una vieja propiedad, pero el fantasma que clama por hacerse presente desde que el espectador ve en escena a Radcliff es el de Harry Potter. 

El llamativo y oscuro estilo gótico del libro y de la película, dirigida por James Watkins, recuerda algunos aspectos ya vistos en la obra Drácula, de Bram Stocker: un joven abogado que viaja a un lugar donde encuentra algo más que asuntos jurídicos, pues tiene que enfrentar situaciones y momentos que a cualquiera le harían aterrorizarse de manera profunda. De hecho, Stocker logra describir muy bien los sentimientos de Jonathan Harker al darse cuenta de quién es el Conde que le da alojamiento. En el caso del personaje de Kipps éste casi no se altera ante los fenómenos que atestigua en la vieja mansión (no tengo certeza de si se debe a la fidelidad interpretativa del personaje por parte de Radcliff o por sus limitaciones expresivas), y no solo eso sino que en un alarde de generosidad intenta desenredar el embrollo familiar causante del desaguisado entre los habitantes del pueblo cercano a la mansión y la dama de negro.

A ratos la trama parece una versión británica de nuestra tradicional leyenda de La Llorona, que clama por la pérdida de sus hijos, pero nuestra leyenda al final parece algo más simpática en comparación. La escenografía y la música son de resaltar, aunque el resultado final puede ser satisfactorio para los admiradores de Radcliff. La cinta por lo menos es bastante mejor, dramática y estéticamente, que por ejemplo, Fenómeno Siniestro y un poco más efectiva en eso de producir escalofríos.