Tuesday, December 22, 2009

Felicidades!!!!


Hola, si estás aquí es porque tienes en tus manos un cd de audio que grabé con algunas de las piezas de unos grupos y cantantes que conocí este año y que me parecen geniales (Clem Snide, Clap Your Hands and Say Yeah, French Kicks, Lhasa) y algunos otros que conozco desde hace mucho y que siguen siendo de mi predilección (The Church, Luna).

Pero estás aquí también porque el que tengas ese disco significa que eres muy importante para mí (solo hice tres copias de este disco, afortunada o desafortunadamente!), que eres alguien con quien he querido compartir esta maravillosa música en esta época del año, en vísperas de Navidad y Año Nuevo.

Quiero que sepas que te deseo lo mejor hoy y siempre, que espero que el próximo año sea un año de metas alcanzadas y de objetivos realizados. Que toda la felicidad posible sea parte de tu vida. Gracias por ser como eres! Te mando un abrazo y un beso!

Sinceramente

Ricardo Martínez García.


Ésta es la lista de las canciones que puedes escuchar en tu cd. Espero que verdaderamente las disfrutes y te gusten como a mí me han encantado!

  1. . Something Beautiful (Clem Snide, End Of Love)
  2. . Theologians (Wilco, A Ghost is Born)
  3. Over and over again (Lost and Found) (Clap Your Hands and Say Yeah, Clap Your Hands and Say Yeah)
  4. The Sound of German Hip Hop (Clem Snide, End Of Love)
  5. . Loverdust (Luna, Best of Luna)
  6. . Jews for Jesus Blues (Clem Snide, End Of Love)
  7. Weird (Clem Snide, End Of Love)
  8. . Love in the Ruin (French Kicks, Swimming)
  9. . Superfreaky Memories (Luna, Best of Luna)
  10. . Why Would You WannaLive (Wilco, Being There, Disco 2)
  11. . All Our Weekends (French Kicks, Swimming)
  12. . Someday Soon (Wilco, Being There, Disco 2)
  13. . The Skin of my Yellow Country Teet (Clap Your Hands and Say Yeah, Clap Your Hands and Say Yeah)
  14. . Anchorage (The Church, Untitled # 23)
  15. . Fill me With Your Light (Clem Snide, End Of Love)
  16. . Sex Tourist (French Kicks, Swimming)
  17. . Atlanta (French Kicks, Swimming)
  18. . La Celestina (Celestina) (Lhasa de Sela, La Llorona)

Friday, December 18, 2009


Historias reales hechas ciencia ficción

Ricardo Martínez García

La nueva cinta de James Cameron, Avatar, presenta un espectáculo visualmente magnífico que dejará contentos a aquellos que gustaron de películas aparentemente tan disímbolas entre sí como Apocalipsis Now, Aliens, Titanic, Identidad Sustitua, Shrek y Un hombre llamado caballo, entre otras.

La animación y los efectos especiales son magníficos, así como la combinación de ambientes que mezclan escenarios de guerra, de viajes espaciales, de aventuras fantásticas, de viejas mitologías sobre la naturaleza y hasta de romance.

La argumentación dramática de la cinta es como un tratado sintético de varios momentos estelares de la historia de la humanidad: la conquista de ciertos territorios en busca de los tesoros autóctonos por parte de los invasores inversores, tal como hicieran aquellos países colonialistas europeos (y luego preponderantemente los Estados Unidos) de los siglos XVI al XX en América, Asia y África; en esa búsqueda de lugares míticos como El Dorado, los conquistadores en busca de riquezas se ven en la necesidad de “desalojar” a los pueblos habitantes de esos lugares objeto de su ambición.

Historias como la de la Malinche pero a la inversa, o del exterminio de los indígenas y el ecocidio de todo aquel elemento natural que estorbe a las desmedidas ambiciones de riqueza por parte de un gran conglomerado empresarial poseedor de naves espaciales son expuestas en esta interesante cinta como si fueran el resultado de una cegera moral y social de esos mega ricos que solo ven por sus propios intereses.

Jack Sully (Sam Whortington, al que vimos como el buen robot en Terminator 3) es un ex marine asignado a una misión espacial comercial como sustituto de su hermano gemelo y desarrollador de un proyecto de creación de avatares dirigido por la enérgica pero de buen corazón doctora Grace (la siempre correcta Sigourney Weaver).

El proyecto Avatar es concebido como una manera de infiltrar a un humano, con el fin de ganar su confianza y conocer sus debilidades, en la comunidad de los nativos Na´vi del satélite Pandora de un planeta llamado Polyphemus, ubicado a casi cinco años luz de la Tierra y que tiene una atmósfera nociva para los humanos. El proyecto así genera criaturas que combinan el ADN de los nativos con el de los humanos, y estas criaturas son controladas a distancia (como en la película de Identidad Sustituta) por algún ser humano que duerme, como aquellos dobles de los que habla Don Juan Matus en los libros de Carlos Castaneda.

El avatar de Sully ingresa a la comunidad de los Na´vis de una manera afortunada, al ser señalado como alguien único (como si fuera un ungido) y protegido por la hija del jefe de uno de los clanes de Na´vis. En la lógica precisa de estos nativos, son los humanos los que son alienígenas. Scully, tal como el personaje de Richard Harris en A man Called Horse (Silverstein, 70) es expuesto a algunas pruebas, luego de las cuales es considerado como uno de ellos y luego como un líder, se liga a la hija del jefe, la bella Neytiri (Zoe Saldana) y hasta doma a una criatura voladora (como Burro en Shrek) que lo distingue aún más.

Como si fuera el coronel Kilgore de Apocalipsis Now (Ford Coppola, 79), personificado por Robert Duval, el Jefe de Seguridad y ex militar Miles Quaritch (Stephen Lang) se sabe jefe absoluto de esos humanos mercenarios tripulantes de helicópteros futuristas al servicio de la empresa espacial que busca hacerse de una sustancia muy valiosa y que sirve para la generación de energía, por lo que los acicatea sin piedad para destruir a estos “monos azules”, como llama el representante de dicha empresa a los nativos.

La duración de la cinta es de dos horas y cuarenta minutos pero es bastante amena y no se siente demasiado larga; el final es en cierto modo predecible, es como si Cameron sintiera culpabilidad por lo que hicieran en el pasado algunos países como el suyo, y ahora propusiera el muy positivo cuidado del medio ambiente, enfatizando la importancia de una mítica unidad entre la tierra y los seres vivos que lo habitan, los cuales están realmente conectados con ella y que son un todo armónico que se encuentra en peligro por esa especie dañina y enemiga de casi todos los demás seres en el universo, precisamente por su naturaleza destructiva: el hombre.

Se trata de una cinta entretenida que hace reflexionar sobre el papel de cierto tipo de seres humanos depredadores y su incidencia en un universo por el momento ficticio pero plausible.

Tuesday, December 15, 2009

Buenas Costumbres


Diálogos y personajes inteligentes y divertidos

Ricardo Martínez García

Buenas costumbres es una cinta de época costumbrista sobre cierta aristocracia británica que nos remite de inmediato a los ambientes familiares narrados por Jane Austen en Sensatez Y Sentimientos o en algunos cuentos de Virginia Woolf, pero con la peculiaridad de introducir un elemento discordante en esa sociedad en los años veinte: la bella esposa americana de John Whittaker (Ben Barnes), el hijo aventurero que regresa a la palaciega casa familiar para presentarla a sus parientes.

Larita Whittaker (Jessica Biel, que presenta un trabajo sobresaliente) es una hermosa y joven mujer adelantada a su tiempo, avispada e inteligente conductora de autos de carreras, que se casa con el joven John porque es un alma pura e intachable. Pero el encuentro con la familia de su esposo, sobre todo con su suegra Verónica (Kristin Scott-Thomas, siempre en plan grandioso) resulta cada vez más complicado: a pesar de la cortesía con la que se tratan, entablan ingeniosas conversaciones en donde descargan toda su mordacidad una contra otra, como si se tratara de personajes de El Abanico de Lady Windermere, obra sensacional de Oscar Wilde.

La belleza, frescura e ímpetu de Larita pronto contrasta con el anquilosado estilo inglés de vida familiar de los Whittaker y hace obvios sus prejuicios e idiosincracia. Con el único que medianamente congenia es con Jim Whittaker (Colin Firth, haciendo una vez más alarde de su capacidad histriónica y de sus dotes para el tango), su suegro y ex capitán en el ejército británico, atormentado por su experiencia en la guerra.

El director Stephan Elliot presenta esta comedia romántica que a ratos parece una incisiva y crítica disección de la aristocracia y de sus pequeños secretos, de sus hipocresías y envidias, todo ambientado magníficamente en la hermosa campiña británica y musicalizada con piezas de charleston y música popular norteamericana de principios del siglo XX.

Basada en la novela del escritor británico Noël Coward Easy Virtue, el ritmo de esta cinta pareciera sugerir una ligereza de estilo de vida de la familia Whittaker, en la que aparentemente su estilo de vida es de sibaritas, pero que en el fondo esconde situaciones maritales, familiares, económicas y sociales que nadie se atreve a reconocer. Ciertos estilos y situaciones de vida, como el de Larita y el de Jim Whittaker, son incomprendidos o de plano juzgados con los prejuicios de una clase social enclavada en una tradición de siglos.

Se trata de una excelente película que en su ritmo sutil y ameno encierra algo más que una comedia de situaciones familiares. No deje de verla.

Saturday, December 12, 2009

Caso 39


Terror reciclado

Ricardo Martínez García

Emily Jenkins (Renée Zellweger) es una asistente social que supervisa casos de niños maltratados y se encuentra atiborrada de trabajo, cuando se le asigna el caso 39. Lillith Sullivan (Jodelle Ferland) es en apariencia la dulce e inocente niña que sufre un intento de asesinato por parte de sus propios padres, y es rescatada por Emily. De ahí arranca un argumento predecible que no aporta gran cosa a las cintas del género de terror.


Dirigida por el cineasta alemán Christian Alvart, que ahora queda lejos de aquel trabajo de su debut Antibodies (05), donde hacía cierto alarde del manejo de la tensión psicológica, Caso 39 se ubica entre La Profecía (Donner, 76), Llamada Perdida (Miike, 04) y alguna otra por el estilo como la de El Ángel Malvado (Ruben, 93), pero mucho más light en sus pretensiones satánicas pesadillescas y perversas, aunque con buenos efectos especiales, cosa que no le otorga ni un punto más de originalidad ni calidad argumentativa.


Las situaciones planteadas entre la buena Emily y la pequeña Lillith resultan predecibles desde el inicio. El atractivo de la cinta radica en ver qué tanto de lo que se previó resulta acertado, por lo que el espectador puede hacer sus apuestas sin salir demasiado mal parado.

Sin ofrecer una mala actuación, a pesar o justamente por las actitudes irracionales en las que cae su personaje, Renée Zellweger últimamente se ha embarcado en algunos trabajos no demasiado afortunados para su propia carrera, dejando de lado aquellas comedias que la lanzaran al estrellato, como la serie de El Diario de Bridget Jones, personaje creado por la mordaz escritora británica Helen Fielding. El guión de Caso 39 está escrito para aquellas generaciones nuevas de adolescentes que no tienen edad suficiente para recordar aquella saga de La Profecía, o la original El Exorcista (Friedkin, 73), y que están más familiarizados con los remakes de cintas asiáticas como Ringu (Nakata, 98), que diera lugar a El Aro, con Naomi Watts, o Chakushin Ari , cuyo remake es Llamada Perdida (el mismo Miike autodevaluándose, 04).

La actuación de la niña Jodele Ferland es tal vez lo mejor de esta cinta palomera.

Saturday, December 05, 2009

Chef a la Carta


Sabrosa y Picante
Ricardo Martínez García
“En este restaurante la gente no viene sólo a comer, viene a que nos la follemos” dice uno de los cocineros en esta divertida comedia picante, Chef a la Carta (08) ópera prima del director español Nacho García Velilla y protagonizada por Javier Cámara.

Maxi (Cámara en un papel que ni mandado a hacer) es el chef del restaurante Xantarella, quien aspira a una estrella en la guía Michelin de la alta cocina. Dueño de una exuberante personalidad –que hace decir a sus empleados que a veces se porta como una loca histérica mal follada-, de pronto ve su vida trastocada por el hecho de que su ex esposa agoniza y tiene que hacerse cargo de sus dos hijos, a los que casi ni conoce.

Alex (una estupenda Lola Dueñas de muy buen ver) es la maitre del restaurante de Maxi y su mejor amiga, hasta que aparece la manzana de la discordia representada en el ex futbolista Horacio Peretti, aunque de entrada Maxi tiene las de ganar.

García Velilla presenta una cinta que ofrece una visión muy gozosa y divertida de la vida de Maxi, pero a la vez sobre las dudas y prejuicios que permean aún en la gente heterosexual como de la homosexual, lo cual le enfrenta a situaciones conflictivas. Maxi no tiene problemas sobre su inclinación sexual, pero tiene que lidiar con la situación familiar que se le presenta, y los primeros resultados no son demasiado satisfactorios.
A ratos comedia de enredos y a ratos drama familiar con ligero tinte de crítica social constructivista, la cinta ofrece la oportunidad de ver el trabajo de dos actores dramáticos (ambos han trabajado en cintas de Almodóvar, como Hable con ella y Los abrazos rotos) explotando su lado más cómico y lúdico.
Con excelente ritmo y guión, se trata de una cinta muy recomendable por la variedad de situaciones, por la implícita reflexión sobre la libertad sexual que no lo es tanto, por la unidad familiar tan vulnerable que es, y por la solidaridad y amistad destacable entre Maxi y Alex, personajes que se vuelven entrañables de inmediato. Excelente opción para pasar un rato divertido y hasta hilarante.l

Thursday, December 03, 2009

Bienvenidos a Woodstock


La gran pachanga rockanrolera

Ricardo Martínez García

¿Quién no ha organizado una fiesta a la que de pronto se suman invitados o gorrones en tal cantidad y a tal grado que la fiesta se desborda de manera inimaginable, con los consiguientes problemas con los vecinos, la música y el estrépito extremos, situaciones totalmente inesperadas y la mayor parte de las veces divertidas y memorables? Tal es el caso de Bienvenidos a Woodstock, del aclamado director taiwanés Ang Lee.

La gran pachanga rockanrolera que presenta Lee no es la del concierto de Woodstock, ni las vicisitudes de los grupos de rock en el escenario sino aquella que inicia desde la planeación del festival, con organizadores buena vibra omnipotentes económicamente, cuyo dinero resuelve cualquier problema u obstáculo que se presenta.

Todo comienza con una triste y poco concurrida reunión de la “cámara de comercio” de un pequeño pueblo llamado White Lake, presidida por el pujante joven judío Elliot Tiber (Demetri Martin), quien previamente había llegado a ese lugar a tratar de ayudar a sus padres en el pago del embargo sobre su derruido motel, pretendidamente llamado “centro vacacional”.

En esa pobre reunión se ofrecen dos propuestas, una de las cuales florece cuando el Festival de Música y Artes de Woodstock que se llevaría a cabo en el poblado de ese nombre se cancela pues los permisos para realizar el famoso concierto son negados por sus habitantes. Entonces Eliot mediante un par de llamadas entra en contacto con los organizadores del concierto, y a partir de ahí los acontecimientos avasallan no solo a Elliot, sino a toda su localidad y gran parte de ese territorio en el estado de Nueva York.

Como una bola de nieve humana, Elliot ve cómo todos los espacios públicos son invadidos, y también ve cómo su propia vida entra en una etapa de descubrimientos muy propios de la época: la animadversión contra la guerra en Vietnam y el eslogan de amor y paz, el uso indiscriminado del LSD y del hachís, el sexo abierto y homosexual, la sicodelia en pleno, y hasta el redescubrimiento de su propia familia, como la avaricia sin límite de su madre.

Ang Lee se aleja de monstruos verdes y secretos morbosos más o menos bien guardados, y ofrece en Bienvenidos a Woodstock (Taking Woodstock, 09) una visión colorida y tremendista –no podía ser de otro modo- de la organización, de los preparativos al vapor y de lo que ocurrió no dentro del Festival propiamente, porque en esta cinta no hay una sola presentación de algún grupo participante como The Band o The Who, si acaso de unos grupos locales para los propios habitantes, sino de lo que ocurre alrededor de, a partir de la visión de Elliot y sus circunstancias personales, de su lucha por sacar adelante a sus padres, y de su lucha por encontrarse a sí mismo. Y al encontrarse a sí mismo da origen, a través de sus pequeñas pero decisivas gestiones, a uno de los festivales más memorables no sólo de esa época sino de la historia total del rock.

No es como el documental filmado por Michael Wadleigh y editado por Martin Scorsese en 1970, que hasta se ha considerado “culturalmente significativo” por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, que sí muestra la labor musical de grupos como Ten Years After, Jefferson Airplane o Santana, para mencionar algunos; la cinta de Lee tiene un interés dramático y no documental, muestra el despertar gozoso en muchos sentidos de esa generación de jóvenes norteamericanos de cara a la actitud bélica de su gobierno, el movimiento feminista, el pacifista y el mundo del alucine sicodélicas, así como el descubrimiento y desparpajo de la sexualidad en la masa humana que un evento de esa magnitud propició y generó en ellos mismos.

Resultan entrañables las actuaciones de Liev Schreiber (que aparece en X Men Los Orígenes como Dientes de Sable, el medio hermano de Wolverine) como un ex sargento que estuvo en Vietnam y que ha decidido ser como realmente es, haciéndose llamar Vilma, y la de Demetri Martin al interpretar a Eliot, personaje que seguramente no imaginó la vorágine que su vida experimentaría en esos días de mediados de agosto de 1969.

El hablar lento mientras se alucina, la buena vibra y otros tópicos típicos de la sicodelia sesentera han llegado a ser lugares tan comunes en la cultura actual que resulta gracioso verlos en su ambiente de origen y tan natural. Bienvenidos a Woodstock es una película divertida y entretenida que mitifica y desmitifica aún más tales elementos culturales, si cabe una expresión tan contradictoria.

Amantes


Pasiones que se desbordan

Ricardo Martínez García

La vida no es siempre lo que nos gustaría sino lo que realmente se nos presenta, cosa que por más bueno que nos parezca a veces no es suficiente para vivirlo con pasión y convicción, aunque supere todas las expectativas que pudieran tenerse.

Tal es la situación de Leonard Kraditor, (un excelente Joaquin Phoenix), quien luego de una dolorosa separación con su prometida, regresa a vivir con sus padres, tan solo para encontrarse con una disyuntiva amorosa: lanzarse de cabeza en una relación a todas luces inestable con la hermosa Michelle Rausch (Gwineth Paltrow, con una muy sólida actuación) o aceptar una muy estable y favorecedora relación con la hija de unos amigos de sus padres, la no menos bella Sandra Cohen (Vinessa Shaw, muy a la altura dramática de sus compañeros).

La tensión y el drama que logra el director James Gray son manejados magistralmente, pues siempre están latentes en Leonard como en Michelle reacciones pasionales extremas. Justamente sus frecuentes excesos emocionales los lleva a pensar en la posibilidad de estar juntos, pero dos almas así difícilmente podrían permanecer unidas. Leonard de pronto se encuentra como el perro de las dos tortas, pero al fin pareciera actuar de modo sensato.

Leonard es un atormentado e inseguro hombre, aficionado talentoso de la fotografía, miembro de una familia judía preocupada por su bienestar, luego de sus intentos de suicidio. Por eso cuando conoce a Michelle, y posteriormente a Sandra se aferra a ellas, sobre todo de la primera, para salir de su depresión. Pero pareciera que su destino no es elegir entre ellas sino darse cuenta de lo que realmente tiene, de aquello que se pudiera convertir en su verdadera y propia vida, y no en una muy agradable fantasía.

Amantes (Two Lovers, 08) es una película sobre las pasiones humanas, sobre los errores y aciertos que se comenten a lo largo de una vida en términos sentimentales. El manejo de los personajes y su interpretación augura alguna nominación nuevamente para la Paltrow, Phoenix y el mismo director. Como dice el póster de la cinta, se trata tal vez de una de las mejores cintas del año.

500 días con ella


No es una película de amor

Ricardo Martínez García

Summer es una chica a la que le gustan algunas retorcidas letras de Belle and Sebastian, se declara fan de The Smiths y afirma que el amor no existe. También declara que se siente incómoda siendo “algo” de alguien, y responde que prefiere su independencia cuando se le pregunta por qué no tiene novio. Tom Hansen es un joven y alivianado escritor de tarjetas de felicitación que ha estado esperando a la chica adecuada durante toda su vida… hasta que conoce a Summer Finn.

El director Marc Webb presenta en 500 Días Con Ella (500 days of Summer, 09) una comedia que pretende ser realista sobre las relaciones amorosas de una joven pareja, con sus momentos felices y sus desaveniencias, en una especie de montaña rusa sentimental a través de una historia contada de manera no lineal, fragmentada, con flashbacks continuos pero con un interesante y optimista desenlace.

Una voz en off nos informa que sólo hay dos clases de personas: hombres y mujeres. Así, de esas dos clases únicas surgen parejas que entran en contacto, se conocen, se unen, se separan y se olvidan. Algunas comienzan con situaciones que preludian una relación en la que a veces vive uno en el total azote y el otro casi con indiferencia. Tal es el caso de Tom y Summer.

Tom (Joseph Gordon-Levitt) considera que solo se ama o se enamora una vez en la vida, pero también tiene la teoría de que las relaciones amorosas fracasan gracias a las películas, a la música pop y a que las chicas no saben lo que quieren. Y eso se le hace muy patente luego de llevar una relación de estira y afloja con la tierna y dulce Summer (Zooey Deschanel, la hermana menor de Emily, famosa por su papel como la doctora Brenan en la serie Bones), quien desde el principio le ha dicho que no quería establecer una relación de noviazgo, aunque sus actitudes hacen pensar otra cosa a Tom, que tiene una tendencia a atormentarse a partir de su frustración por no tener claro si es o no es. Él cree que sí y ella no.

La incongruencia o la incoherencia o la indefinición de su relación de pareja es lo que comprensiblemente o incomprensiblemente molesta a Tom, pues ese tipo de relación es justamente la que ha aceptado, y tal es la naturaleza de la relación que mantiene con Summer. Ella está segura de que los sentimientos hacia él no son suficientes para mantenerse a su lado pero no por eso deja de verlo.

La cinta resalta los momentos depresivos que se producen luego de una ruptura con la persona que se ama, pero con humor y buena cara. Es la clase de cinta que a nadie que se encuentre en ese estado se le ocurre ver, a no ser que un amigo o amiga lo obligue. También se destacan los momentos alegres o chuscos que Tom tiene con su mejor amigo Paul (Matthew Gray Gubler, el joven detective genio de Mentes Criminales), o los que tiene con su juiciosa y experimentada hermana menor.

No es una película de amor ordinario, sino de los desamores que conducen a otros amores. El juego de los nombres de aquellas mujeres con los que Tom entra en contacto (Summer, Autumn, que significan Verano y Otoño) parece indicar que el amor es como las temporadas del año, y que si el amor existe, no siempre es para siempre. El resultado total es una comedia inteligente, ligera, con un sentido de humor ácido pero disfrutable y que al fin hace reflexionar al espectador, que con gran probabilidad se identifique con alguno de los personajes.