No hay manera de evitarlo. |
Siquiatría para el
psicólogo
Ricardo Martínez
García
Sigmund Freud, junto con Carl Gustav Jung fueron dos de los
estudiosos de la mente humana más influyentes a lo largo del siglo XX y aún ahora, a pesar
de los detractores a los que se han enfrentado sus teorías, o del grado de
descalificación que han sufrido.
La cinta Un método peligroso, de David
Cronenberg, nos muestra la manera en que Jung (el camaleónico Michael
Fassbender) avanza en sus estudios y la manera en que la atención especial a
una paciente de nombre Sabina Spielrein (Keira Knightley) le ayuda en tal
desarrollo. Sin dejar de mostrar las ligeras diferencias sociales respecto a
Freud (Viggo Mortensen), la cinta repasa algunos tópicos de la teoría del
psicoanálisis y la manera en que Jung se aparta poco a poco de la senda trazada
por Freud, aunque no tanto como lo hace la propia Spielrein.
Actuaciones estupendas tanto de Fassbender como de Knightley
(especialmente) y de Mortensen, el hilo conductor de la historia está dada en
su mayoría por la correspondencia entre Jung y Freud, y en menor medida con la
Spielrein quien devino también en psicoanalista.
La cinta muestra la importancia de las relaciones entre el
paciente y el doctor, así como su normatividad, al tiempo que muestra cómo la
línea que los separa es a veces demasiado delgada y termina por romperse, sobre
todo cuando las ideas que rigen los tratamientos están demasiado cercanos a los
involucrados, sea por el tratamiento o por el padecimiento, o por aquello que
decía Nietzsche de que somos humanos, demasiado humanos.
El cruce de teorías psicológicas no puede ser más encarnizado en esta cinta, una de ellas entre las ideas vitales del paciente Otto Gross (Vincent Cassel), quien simboliza la necesidad de vivir sin restricciones de ningún tipo, y las
propuestas de Freud y del propio Jung. La naturaleza de la represión, de los
impulsos del eros y del tánatos, su interpretación y maneras de enfrentar tales
impulsos son los elementos que hacen la diferencia en sus diferentes
concepciones, aparentemente dejando de lado las implicaciones morales, pero ¿será así realmente?
Es claro que Freud se decanta por un método racional y pretendidamente científico –aunque sus fundamentos no puedan comprobarse fehacientemente-, método no compartido del todo por Jung (y de ahí lo peligroso), quien incluyó en sus teorías elementos antropológicos, religiosos, filosóficos, alquímicos, míticos.
Es claro que Freud se decanta por un método racional y pretendidamente científico –aunque sus fundamentos no puedan comprobarse fehacientemente-, método no compartido del todo por Jung (y de ahí lo peligroso), quien incluyó en sus teorías elementos antropológicos, religiosos, filosóficos, alquímicos, míticos.