Wednesday, February 05, 2020

Misión Babilonia

El Caótico FuturoRicardo Martínez García

Mathieu Kassovitz, el director francés de Los Ríos de Color Púrpura y Amèlie, dos de sus más conocidas cintas, realiza en Misión Babilonia (Babylon A. D., 08) un trabajo parecido en temática al que realizó Alfonso Cuarón en Niños del Hombre: a partir de una fábula futurista que mezcla ciencia ficción con elementos religiosos, se plantea la existencia de una joven muy especial y aparentemente imprescindible para ciertos grupos que anhelan alcanzar cotos específicos de poder dentro de la sociedad globalizada.

Vin Diesel protagoniza esta cinta de acción, que se ve engalanada por la presencia de la bella actriz hongkonesa Michelle Yeho, que con un gran trabajo complementa a Diesel y a la novel actriz Mélanie Thierry.

Toorop (Diesel) es un mercenario norteamericano calificado de terrorista por sus compatriotas, que es reclutado por Gorsky (un apenas reconocible Gérard Depardieu), mafioso ruso o algo parecido, para escoltar a Aurora (Thierry) y a la Hermana Rebeca (Yeho) desde un monasterio en Mongolia hasta la ciudad de Nueva York. El propósito de esto no queda claro sino hasta el final de la cinta –aunque ambiguamente-, algo característico en Kassovitz.

La cinta es una mezcla de géneros: acción, con violentos combates, persecuciones y explosiones; ciencia ficción, en la que se especula sobre lo que se puede hacer con la clonación y el diseño de ingeniería genética y sus posibilidades.

En lo que falla es en el argumento dramático que no se ve hacia dónde va: ¿es Aurora un símbolo de los excesos científicos en el campo de la ingeniería genética, o es un ser humano sobrenatural, algo como la Virgen María del futuro, o es las dos cosas a la vez, por contradictorio que parezca?

Aparentemente hasta el propio director de la cinta la definió como un puro caos de violencia y destrucción, (se supone que hay una entrevista de Kassovitz en amctv.com pero no ha sido posible corroborarlo) alegando que fueron los estudios cinematográficos quienes le impidieron dar mayor coherencia a su trabajo.

Lo que sí se puede afirmar es que la cinta a ratos es bastante violenta, como de videojuego, y está editada para resultar ciertamente entretenida.

Es de notar que Diesel actúa en esta ocasión más consistentemente, y que su inclusión en la cinta de Steven Spielberg Salvando al Soldado Ryan no fue probablemente tan casual. 

Transformers 2

¿Y cómo sobrevivió la Raza Humana?

Ricardo Martínez García

Transformers 2 es una cinta dirigida por Michael Bay que mezcla ciencia ficción con elementos míticos que versan sobre el origen de una raza o cultura muy superior a los humanos (no se entiende cómo no fueron totalmente eliminados dichas pequeñas criaturas ante la potencia de estos extraordinarios y metálicos seres). Lo interesante del asunto es que esa línea argumentativa alcanza para sugerir una conexión entre esos robots con la construcción de las pirámides de Egipto y en general con ciertas señales míticas que aparecen en algunas antiguas e importantes culturas.

La historia comienza a partir de que el cubo de la chispa primigenia es casi destruido totalmente en la cinta anterior. Sam Witwicky (Shia LaBeouf) no se ha dado cuenta pero en la ropa que guarda como vestigio de aquella aventura, ha quedado un pequeño fragmento de aquel cubo de extraordinarias cualidades energéticas: los electrodomésticos de su cocina entran en contacto con esa energía y de pronto se convierten en pequeños robots destructivos.

Los Decépticons (nombre bastante sugerente) son una raza de robots alienígenas que llegaron a la Tierra hace miles de años, y que descienden del Caído, uno de los robots conocidos como Prime, del cual Óptimus Prime es el último que queda. Estos Decépticons están empeñados en activar un aparato que les devolverá el poder y la gloria a partir de la destrucción del sol y por consiguiente de la Tierra.

La misión de Sam y de los Autobots aliados con el sector ultra secreto del ejército norteamericano llamado Nest, es evitar que los Decépticons localicen un fragmento de la chispa primigenia, pues con ello podrían revivir a su líder, para no hablar del fragmento que se encontraba en la ropa de Sam.

Se trata de una cinta con altibajos tanto dramáticos como escénicos, oscila entre ciencia ficción, aventura, romance, acciones militares y batallas. Tiene momentos divertidos que involucran a los padres de Sam, al compañero de escuela de Sam, al agente Simmons (un excelente John Turturro) y a las pequeñas peleas entre los autobots gemelos.

Las escenas de acción son tan rápidas que resulta inútil tratar de ver a los robots en sus detalles. Sam les dice a sus compañeros de habitación, que son comandados por Leo (Ramón Rodríguez) y que se dedican a alimentar un portal de internet llamado algo así como lapurajodidaverdad.com, sitio especializado en conspiraciones y secretos públicos celosamente guardados por los militares, como la existencia de los Decépticons, les dice al ver escenas del ataque de los Decépticons que eso no existe, que es fácil generar imágenes de robots a partir de las computadoras, y ahí está diciendo más que la verdad sobre los efectos especiales de esta cinta.

Mikaela (la bellísima Megan Fox) no hace más que correr al lado de Sam durante casi toda la película, además de ser el atractivo sexy femenino de la misma. Este personaje realmente está incluido como el mejor de los adornos y también un poco para equilibrar el peso (escaso) del propio Sam, que, a pesar de ser el elegido no pesa como debería. Son los Autobots los verdaderos protagonistas de la historia, sobre todo Óptimus Prime y el entrañable Bumblebee.

Se Busca

La incierta frontera entre el cómic y lo real

Ricardo Martínez García

Hombres que pueden desviar trayectorias de balas a voluntad, o controlar la adrenalina para volverse mortales instrumentos de un “destino” que dicta a quién eliminar con el fin de mantener el equilibrio político en las naciones del mundo, son algunos de los elementos de la cinta Se Busca (08), del realizador ruso Timor Bekmambetov.

Más familiarizados con cómics populares como Los Cuatro Fantásticos, El Hombre Araña, Hombres X etc., y sus respectivas sagas, en las que se sabe de antemano que las tramas y acciones son ficción, los espectadores pueden sentir que en Se Busca, de Bekmambetov, ven acciones increíbles en un contexto que pretende ser realista... y caer en una ambigüedad que se mueve entre descalificarla o darle cierto crédito a la imaginación: los personajes de la novela de Mark Millard y J. G. Jones no son fáciles de ubicar en los estereotipos ya conocidos de la famosa liga de los súper héroes.

La cinta sólo pretende entretener, lo mismo que aquellas más populares, y lo hace bien a partir de grandes efectos visuales y estética un tanto oscura, apoyada en una trama interesante y diferente, pero sobre todo, con un personal histriónico de grandes ligas.

Bekmambetov, conocido por Los Guardianes de la Noche y su secuela, Los Guardianes del Día, realiza su primer largometraje en inglés, con actuaciones -regulares- de Morgan Freeman, Angelina Jolie y James McAvoy, (cuyos papeles como el simpático fauno Mr. Tumnus en Las Crónicas de Narnia 1 o como el doctor Nicolas Garrigan en El Último Rey de Escocia, lo han puesto en el camino hacia el estrellato, haciendo recordar, con el debido respeto, a un actor como Dustin Hoffman, dadas sus características físicas). Contar tan solo con Freeman y Jolie en el reparto actualmente le otorga gran caché a cualquier cinta.

La premisa central de la película es una mezcla de dos elementos míticos: la existencia de una Fraternidad de asesinos que actúan bajo el designio de una tejedora, la cual determina quién debe ser eliminado en aras de mantener el orden natural de las cosas, a través de la composición del entramado de sus hilos.

El primer elemento mítico, la llamada Fraternidad, tiene referencias a la secta persa musulmana ismaelí, llamada Hashshashin, fundada en el siglo VIII y que se distinguía por asesinar a miembros de las élites Abbásidas por razones políticas y religiosas.

El otro elemento mítico tiene que ver con las historias acerca de una tejedora, que aparecen en culturas tan distantes como la japonesa (en el texto tradicional llamado Adachigahara de los Cuentos de Hadas Japoneses, o en el texto Tsuru No Ongae -La Grulla Agradecida-), y algunas sudamericanas (como en la tradición de los indios Kogi colombianos, o los Guajiros de Venezuela).
Encontramos con más claridad la representación de una tejedora del “destino” en algunos relatos y creencias de Norteamérica(como en los de la serie de historia ficción de Alvin Maker, de Orson Scott Card). Estos cuentos tienen en común la creencia de que una tejedora hilvana hilos que son la representación de la existencia de cada ser humano. Cuando se termina un hilo, la vida de una persona también llega a su fin. La vida de esa persona dependerá de cómo esté hilvanada con las demás.

En la película de Bekmambetov, Sloan (Freeman), jefe de la Fraternidad, manda reclutar al aburrido y mediocre contador Wesley Gibson (McAvoy), luego de que uno de los suyos los ha “traicionado” y ha decidio emprenderla contra los miembros de su sociedad.

La sexy e implacable Fox (Jolie) es la encargada de contactar a Gibson, “rescatarlo” de su ordinaria y sosa existencia y entrenarlo; el giro que da su vida es algo que todo mundo desearía: aventura, acción, tener un objetivo por el cual luchar (aunque no se comprenda): cumplir los designios de la tejedora (en este caso industrial) que Sloan es el único que puede “interpretar”.
Gibson descubre que lo que él pensaba que eran sus ataques de angustia o de soponcio era en realidad la manifestación no controlada de habilidades generadas por su gran producción de adrenalina. Sumado a ello, descubre su capacidad para combar las trayectorias de las balas disparadas, lo que lo hacen -junto con un durísimo entrenamiento con El Reparador y El Carnicero, expertos en castigo físico y manejo de armas blancas, respectivamente- el más poderoso de los asesinos, único capaz de enfrentar al renegado.

Pero al ser Sloan el intermediario entre la tejedora y los asesinos profesionales, ¿quién puede garantizar que es un buen traductor y no un traditore?

Si usted vio las anteriores películas de Bekmambetov, no debe perderse esta cinta, lo mismo si es fan de la bella Angelina Jolie.

Transiberiano

Pasiones en el Expreso de Medianoche

Ricardo Martínez García

El director Brad Anderson entrega en Transsiberian Expreso de Medianoche (poco que ver con el original Transiberian) un thriller y movie road que lleva al espectador por los maravillosos bosques y tundras que el mítico tren atraviesa en su larguísimo camino desde Pekín hasta Moscú.

Un matrimonio en misión religiosa en China formado por el simpático Roy (Woody Harrelson) y la taciturna Jessie (Emily Mortimer) deben regresar a los Estados Unidos, pero antes deciden hacer un viaje en el Transiberiano en busca de un poco de aventura, sin saber que encontrarán algo más que eso. El viaje les proporciona la posibilidad de conocer gente diferente, conocer a su pareja y finalmente a sí mismos. Entre aquellos con los que entran en contacto se encuentra una pareja formada por el bien parecido español Carlos (Eduardo Noriega, en un personaje que recuerda un poco al que hizo en Tesis, 96) y Abby (Kate Mara), que a todas luces tienen algo extraño: él con una actitud demasiado desenvuelta y hasta maliciosa y ella reservada y tímida.

La trama se desarrolla al principio como en cualquier viaje largo, pero durante el trayecto afloran las pasiones, las debilidades, las inseguridades. Jessie y Carlos son los antagonistas principales en esta lucha pasional, con resultados insospechados. Hay aquí también una historia muy conocida por los mexicanos sobre el tráfico de drogas y la corrupción policiaca, en la que de pronto se encuentran inmiscuidos tanto Roy como su esposa.

El muy versátil actor inglés Ben Kingsely, ganador del Oscar por su trabajo en la cinta de 1982 Ghandi, interpreta a un detective de narcóticos ruso, el oficial Grinko, que hace ver su suerte a Jessie, al llevarla al límite de sus emociones.

Anderson maneja muy bien las tensiones humanas y el ritmo, dando como resultado una película interesante y a la vez realista. Muestra cierta parte de la condición humana de manera cruda, como la imprevisibilidad de la actitud de los personajes, sobre todo hablando de las dos parejas, que se supone se conocen, pero es bastante previsible al mostrar la corrupción de los sistemas policiacos dedicados a la lucha antidrogas. Es decepcionante ver cómo miente la gente, y cómo otros son demasiado ingenuos al enfrentarse a situaciones límite.

La moraleja tal vez sería que uno no debe confiar en la policía rusa ni china y si a esas vamos, mexicana o de cualquier lugar, y menos si es de narcóticos.