Wednesday, June 30, 2010

Una pareja dispareja


El fraude del amor

Ricardo Martínez García
Con un tono que oscila entre el drama y la comedia al mejor estilo de lo que acostumbra ofrecer Jim Carrey, Una pareja dispareja, dirigida por John Requa y Glenn Ficarra (I love you Phillip Morris, 09)es una visión del amor entre dos hombres que se convierte en algo trascendente porque se inscribe dentro de lo que cabe esperar en una relación de pareja, o la historia de un amor que lucha por domesticarse de modo tradicional aunque con eventos totalmente fuera de lo ordinario.
Steve Russell (Carrey) es un agente de policía muy religioso que usa su cargo para acceder a información confidencial, con lo que averigua quién es su madre biológica luego de toda una vida sabiendo que es adoptado. Luego un accidente lo lleva a aceptarse tal como es y a decidirse a vivir en consecuencia: vivir la vida gay es demasiado caro (que no es muy diferente de la de los heteros, por lo que se ve), y para vivirla como se debe, comienza una carrera delictiva que va primero de hacerse pasar como supuesto abogado, luego como contador y finalmente como embaucador de altos vuelos.

Su inteligencia y tezón lo llevan a luchar cada vez más, aunque sea por medios ilegales, con el fin de mantener a Phillip Morris (Ewan McGregor), un ex convicto como él de quien se enamora en la cárcel y luego logra liberar gracias a sus habilidades para hacerse pasar por quien no es (una bella analogía de lo que es Carrey en la vida real: un gran actor).

La cinta se convierte entonces en una mezcla entre Atrápame si puedes, Sueño de fuga y cualquiera otra que hable de una historia entrañable de amor, el amor que hay entre Steve y Phillip, historia que cuenta con algunas escenas realmente conmovedoras.

Este amor se muestra sobre todo por el grado de previsión y planeación, así como la audaz ejecución y constancia que invierte Steve para lograr un efecto final, magnífico, así de grande es su amor, aunque Phillip piense -como buena parte femenina de la pareja dispareja- que ese amor no es sino la manifestación del carácter fraudulento tan típico de Steven, algo en lo que era un verdadero genio. No deje de verla, si le gusta ver a dos excelentes actores en un interesante mano a mano y en una cinta que combina humor y drama.

Toy Stroy 3


El regreso de los juguetes vivientes!

Ricardo Martínez García


La ternura, sencillez y calidez de los entrañables y lúdicos personajes creados por Disney y Pixar para las cintas de Toy Story y sus dos secuelas, han hecho de esta serie una de las más exitosas en la historia del cine infantil. Woody, Buzz Lightyear, El Señor Cara de Papa, T Rex, Barbie y Ken (con las grandes parodias entre ellos) y toda la pandilla que permanece, saben que su razón de ser es ser usados o jugados por los niños. El problema, como siempre, es que los niños crecen, es una ley de la vida, pero los juguetes parecen ser para siempre, difícilmente se deterioran (cosa que no ocurre en la vida real) hasta que son usados por niños cuya edad no les permite ser cuidadosos, o caen en manos amorosas.
La amistad y el compañerismo, así como la fidelildad, son valores que rigen en este compacto grupo de amigos juguete, valores que están por encima de cualquier consideración temporal o aparente traición al grupo, el cual se solidariza tan pronto se da cuenta de su error. Están como siempre las referencias de rigor, que acercan peligrosamente a algunos personajes como el Oso Oloroso a personajes como El Padrino versión infantil, o al Bebesote como Linda Blair en El Exorcista; hay alguno que hasta recuerda al Chuky por sus actitudes siniestras.
La historia se recicla de algún modo en las tres cintas: se plantea la invencible amistad, luego las preferencias de un Andy universitario parecen ser el motor de aparentes traiciones, la aventura que corren luego de ser “donados”, y luego la unión reforzada para escapar de sus nuevas y nefastas circunstancias.
Lee Ulrich dirige esta cinta con un guión escrito por él y por Michael Arndt, quien escribiera el guión de Miss Pequeña Sunshine. La fuerza que alcanzaron los personajes de Toy Story en 1995 y 1999 obtiene ahora excelentes dividendos entre los espectadores, a pesar de tener un sabor dramático ya degustado pero de excelente factura. Ya son varias generaciones de niños o adolescentes que disfrutan incomparablemente –así como los adultos con alma de niño- de estas cintas, al grado que hicieron de Toy Story 3 una de las cintas más esperadas de la temporada. No se la pierda, y si puede véala en la Megapantalla en compañía de sus hijos, hermanos, sobrinos o con quien usted quiera.

Saturday, June 26, 2010

Arabia 3D


En tercera dimensión

Ricardo Martínez García

La compañía especializada en cintas 3D en formato Imax MacGillivray Freeman Films presenta en Arabia 3D (08) un espectacular documental, dirigido por Greg MacGillivray, con aspectos panorámicos impresionantes de esa nación de Medio Oriente, que narra parte de su monumental historia, en el Museo Papalote del Niño.

Escenas de desierto, submarinas, de vestigios arqueológicos y de las impresionantes peregrinaciones a La Meca (Makka), la ciudad sagrada del Islam que es visitada por unos tres millones de personas al año, son mostradas de manera espectacular en esta cinta que dura demasiado poco, para alcanzar a dar apenas una pequeña probada de la cultura árabe, de su énfasis en llevar una existencia significativa y esencialmente buena.

Narrada originalmente en inglés por Helen Mirren, la información ofrecida en la cinta si bien importante e interesante, resulta insuficiente para el tamaño de esta civilización. La contribución del historiador Rober Lacey con sus comentarios, le da un aire entre académico y cinta de aventuras en una exótica y extraordinaria tierra o nación. A pesar de ser un documental, cuenta con un personaje principal: un joven árabe que estudia cine en Chicago y regresa a su tierra para filmar sobre su cultura. Su trabajo es el hilo narrativo de la película. Está también el personaje de una activista femenina, escritora, poeta y fotógrafa, que trabaja para revistas norteamericanas de prestigio.

Caravanas de camellos a través del desierto, buzos en busca de tesoros en el Mar Rojo, animaciones geográficas, ciudades perdidas labradas en la roca misma, escenas urbanas extraordinarias y la fuerza de las tradiciones y la religión son elementos que llaman la atención por su espectacularidad y exotismo. La cinta muestra referencias sobre la producción de incienso y la generación de riquezas en la antigüedad, hasta la moderna nación que es ahora, dan una idea de la magnificencia de ésta, pero al final permanece una percepción de que la cinta queda a deber un poco. Pero así son las cintas en este formato: duran apenas 45 minutos o menos. De cualquier manera vale la pena verla.

Saturday, June 05, 2010

Entre Hermanos

El fin de la guerra

Ricardo Martínez García

El cineasta irlandés Jim Sheridan presenta en Entre Hermanos (Brothers, 09) un drama sobre la vida familiar de un oficial de los marines enviado a Afganistán, donde vive la intensidad de la guerra en toda su crudeza, pero al volver al seno familiar ya no sabe si es capaz de continuar con su vida tal como era antes de la guerra.

La cinta es una versión nueva del intenso drama que realizó la directora danesa Susanne Bier en Brødre en el año del 2004, aunque adaptada (y un tanto suavizada) al caso de los soldados norteamericanos. Pareciera que la guerra es un fenómeno universal de consecuencias sociales muy semejantes, se trate de soldados daneses o norteamericanos.

El capitán Sam Cahiel (Tobey Maguire, quien al final de la cinta logra romper de gran forma su habitual y conocida limitada expresividad) es un marine casado con la hermosa Grace (Natalie Portman, grandiosa como suele serlo) y es padre de dos graciosas niñas. Su hermano menor Tommy (el cada vez mejor actor Jake Gyllenhall) ha estado encarcelado y es la oveja negra de la familia. El padre de ambos es un oficial militar retirado que ve en Sam el modelo a seguir y a Tommy como el eterno fracasado.

El drama comienza a dibujarse cuando le notifican a Grace que Sam ha muerto al chocar el helicóptero en el que se trasladaba a una misión en Afganistán. La noticia genera las reacciones naturales y esperadas en la familia y en la relación de Grace con su cuñado Tommy. Las cosas vuelven a dar un giro cuando le notifican a Grace que Sam no había muerto.

La cinta de Sheridan enfatiza el aspecto anímico de Sam cuando está en Afganistán y cuando está de regreso con su familia; la esencia trágica de la película se encuentra en lo ocurrido en Afganistan y en las secuelas que padece Sam por ello y en cómo lo refleja con su esposa e hijas. La familia entonces se vuelve receptáculo de los traumas de este militar, que para unos es un héroe de guerra, pero él sabe que eso no es cierto totalmente.

Películas como En el Valle de las Sombras (In the Valley of Elah, Paul Haggis, 07), o Banderas de nuestros padres y Cartas desde Iwo Jima (Clint Eastwood, 06) han mostrado desde diferentes perspectivas y periodos históricos algunas reflexiones sobre el papel de los soldados de Estados Unidos en las diferentes conflagraciones bélicas en las que se han visto involucrados, ofreciendo una visión humana y dramática de sus consecuencias vividas de manera individual por estos soldados y sus familias.

El énfasis de Sheridan es puesto en el aspecto del daño psicológico –e incluso existencial- que presenta Sam, luego del ataque a las Torres Gemelas en Nueva York en septiembre 11 y las atrocidades de la guerra de ocupación que emprendió su país en Afganistán desde octubre del 2001.

Sam dice al final de la cinta que algunos creen haber visto el final de la guerra cuando mueren, pero lo que le preocupa personalmente es si podrá ser capaz de seguir con su vida luego de ver el final de la guerra, al menos para él.

Excelente película dramática que muestra a Maguire, Portman y Gyllenhaal como los grandes actores que son o que pueden llegar a ser en manos de un buen director. No se la pierda.

Wednesday, June 02, 2010

La Edad del Deseo


Lujo y frivolidad

Ricardo Martínez García

En el París de finales del siglo XIX y principios del XX la alta sociedad estaba formada tanto por burgueses enriquecidos como por los miembros de la rancia nobleza, herederos de las grandes fortunas imperiales o nuevos inversionistas del maduro y floreciente capitalismo y la industrialización.

La cinta de Stephen Frears Chéri (09), magníficamente ambientada con fastuosos escenarios de arquitectura y decoración de lo que se dio en llamar la Belle Époque, periodo que resalta la frivolidad y la superficialidad a su más alto nivel, lo que representa un verdadero mentís al espíritu republicano de la Revolución de 1789, luego de monarquías, repúblicas e imperios restaurados, al menos entre la clase alta, narra la historia de amor entre Lea de Lonval (Michelle Pfeiffer), una experimentada cortesana –cuya manera de ganarse la vida la caracterizan como una dama de compañía de lujo, con posibles clientes como el primer ministro británico o el mismo príncipe de Gales- y el hijo de una colega suya, Charlotte Peloux (Cathy Bathes), un apuesto playboy consentido hasta la exageración, llamado Fred pero apodado Chéri (Rupert Friend).

Más allá de las circunstancias sociales y económicas y de los modelos y estigmas sociales (a ese nivel pareciera que todo está permitido, siempre que tenga “clase”), que no representan para ninguno de los involucrados absolutamente ningún problema, la relación amorosa que entablan Lea y Chéri la viven como una iniciación o preparación para la vida sexual del matrimonio pero también como un inadvertido pero verdadero proceso amoroso, solo que desfasado desde el inicio, debido en principio por la diferencia de edades. Esta situación se evidencia en el momento en que la Peloux decide casar a su hijo de manera sumamente conveniente con la hija de otra hermosa ex cortesana, la bella Edmée (Felicity Jones), de tan solo 18 años y con un valor de millón y medio de francos –de dote, o algo así, se entiende-. La reacción de esta nueva situación de los dos amantes les hará ver la naturaleza y los alcances de sus sentimientos, así como de sus consecuencias.

El lujo y la despreocupación de los estilos de vida de los personajes, que le tienen franca morriña a trabajar realmente (como buenos aristócratas), nos da una idea de cómo se las han gastado los más ricos de entre los ricos de todas las épocas en todos los lugares, o de aquellos que sin serlo tanto, están de algún modo vinculados a los verdaderamente ricos. Se trata de una película que no aborda directamente grandes problemas de la sociedad ni nada por el estilo, ni aborda cuestiones políticas en particular, pero la esencia dramática presupone tanto esas problemáticas sociales como las cuestiones políticas porque expone los pequeños y cotidianos problemas que se le presentan a personas que viven en ciertas condiciones sociales, cuya noción de la vida no pasa por la revisión de esos problemas sociales, justo porque para ellos esas condiciones no son nada, centrándose en aquello que necesitan para sentirse bien, ellos que lo tienen todo pero que de pronto parecieran experimentar una ausencia de sentido de su propia vida.