Ella es una espía real |
Historias indeseables II
Ricardo Martínez García.
Luego del fin de la Segunda Guerra Mundial y de la creación del estado israelí en 1948 como estado independiente, el Servicio Secreto conocido como Mossad estuvo involucrado en el espionaje y desarticulación de actividades terroristas árabes y en la búsqueda de criminales de guerra alemanes, a los cuales el estado israelí deseaba juzgar por sus atroces acciones en contra del pueblo judío durante el conflicto bélico. En tal marco histórico se ubica la acción de Al filo de la mentira (The Debt, 2010) del director británico John Madden.
La experimentada actriz británica de origen ruso Helen Mirren, cuyo trabajo en los escenarios teatrales, en el cine y la televisión le han ganado una merecida fama, interpreta en esta cinta a la ex agente del Mossad, Rachel Singer, que en su juventud fue comisionada, junto con dos compañeros, para capturar en la Alemania Oriental al doctor ex nazi Dieter Vogel (Jesper Christensen), acusado de realizar operaciones experimentales a prisioneros judíos.
Tal es la premisa de la historia, pero las cosas no son como las pinta la Historia, y la cinta aborda cómo se desarrolla y debate un sentimiento de deuda y vergüenza, presente en Rachel y en uno de sus compañeros, al no salir las cosas como estaban planeadas en aquella misión, ante los hechos y las vivencias ya en el año de 1996, 30 años luego de tal cometido.
La joven Rachel, interpretada por Jessica Chastain, establece un duelo de actuación con Mirren y lo hacen estupendamente bien ambas. Sam Wortington, Ciarán Hinds (como el joven y viejo David) y Marton Csokas y Tom Wilkinson (como el joven y viejo Stephan) completan el cuadro de excelentes actores que logran momentos de gran dramatismo en esta película.
Historia de espías prácticos que se confabulan y ceden ante las necesidades históricas o nacionales, y que se contrapone con otra historia de espías idealistas y atormentados hasta el último momento por su conciencia sobre la falta de veracidad en algunas versiones oficiales. Eso es esta cinta, que recuerda a la de Steven Spielberg Munich, pero que plantea una postura más crítica. Con ella queda claro que hay ciertos aspectos históricos que se manipularon con el fin de quedar bien ante la sociedad, pero que de saberse la verdad, esto podría destruir reputaciones de toda una vida. La moraleja viene a ser: si tienes una segunda oportunidad, no la dejes ir.