Ricardo Martínez García
Más allá del alarde de efectos
visuales digitales, de trepidantes combates entre los Vengadores y
una serie de enemigos, primero humanos y luego robóticos, la nueva
cinta de la franquicia, Los Vengadores, La Era de Ultrón (15), de Josh Whedon, propone algunas ideas sobre los peligros de la automatización, en
torno a temas que de por sí son complejos para el discernimiento
puramente humano.
Luego de comabtir contra una sociedad
criminal secreta llamada Hydra, los Vengadores se toman un respiro.
Tony Stark, en su idealista intento por preservar la paz mundial,
proyecta el diseño de un robot capaz de pensar por sí mismo. Pero
un descuido provoca el caos y posteriormente una destrucción atroz
en algún país de Europa oriental.
El robot autónomo llamado Ultrón (con
la voz de James Spader), al tomar conciencia de un modo obscuro -una
conciencia que se forma y permanece al parecer en la realidad virtual
de internet, algo como lo visto en la cinta Ella (13), de
Spike Jonze-, planea la destrucción de la humanidad, contraviniendo
de este modo las tres leyes de la robótica planteadas por Issac
Asimov, pues su programación es para preservar la paz mundial, por
encima de la propia humanidad.
La trama de la cinta introduce algunos
pequeños nuevos elementos personales de los Vengadores, en un
intento por mostrarlos más humanos. El Capitán América (Chris
Evans) le recuerda al doctor Banner (Mark Ruffalo) que él es experto
en tardarse demasiado, cuando observa el naciente romance del doctor
con la bella Natasha Romanoff, la Viuda Negra (Scarlett Johansson), y
en referencia a aquel baile no consumado con la agente Carter.
La visita a la familia de Clint Barton,
alias Hawkeye, representa un descanso, un refugio para los agotados
Vengadores, pero a la vez es un recordatorio de las razones por las
cuales deben luchar contra Ultrón.
El intento de Ironman por llevar a cabo
un programa que les permitiera a los Vengadores tomarse unas
vacaciones, o evadir al menos por un tiempo sus responsabilidades de
súper héroes ante las amenazas de los malos, da por resultado un
descuido, casi fatal, en el desarrollo de sus propias creaciones.
Este intento representa una alegoría fílmica de lo que la ciencia
humana puede contener de destructiva en sí misma.
La inclusión de nuevos personajes como
La Bruja Escarlata (Elizabeth Olsen), Quicksilver (Aaron
Taylor-Johnson) y de Visión (Paul Bettany) son las novedades que
presenta secuela, la más reciente de la saga de los Vengadores.