Infancia y guerra |
El peso de la ideología
Ricardo Martínez García.
La
cinta Crímenes Ocultos (15),
está basada en el libro de Tom Rob Smith, Child
44, que corresponde al título original de la película.
Se trata de un niño huérfano, producto de las situaciones sociales
generadas en Rusia, luego de la Revolución Bolchevique y sus
consecuencias, pues al consolidarse Stalin en el poder, realizó un
barrido de opositores a sus políticas industrializadoras, conocido
como la Gran Purga, en 1930, lo cual dio como resultado una gran
cantidad de niños huérfanos. Tal es la historia al menos, que se
cuenta al inicio de la cinta.
Dirigida por Daniel Espinosa, la
película se centra en un niño que logra sobrevivir al orfanato,
volverse soldado y convertirse en un propagandístico héroe de
guerra. Este soldado, Leo Demidov (Tom Hardy) se convierte en un
policía del estado. Consigue casarse con Raisa (Noomi Rapace) y
ambos viven en un denso y adverso ambiente político.
La trama poco a poco nos deja ver
algunos aspectos del terror, el control, la censura o la completa
intolerancia a cualquier otra verdad que no sea la que emiten las
instituciones políticas, dominadas por una ideología que defiende a
ultranza al régimen comunista. “En el paraíso no hay asesinatos”
es una frase que se enarbola como bandera de identidad de lo que
supuestamente es el régimen comunista instaurado por Stalin: un
paraíso. Lejos de eso, sí que había asesinatos, pero en la versión
oficial son convertidos y reportados como meros accidentes.
El descontento y la descomposición
social que va generando esa ideología apologetizadora del comunismo
ante un decadente capitalsmo (que también tiene sus propios
pecados), produjo más dramas de las que es capaz de evocar la cinta.
La denuncia social implícita se vuelve
un motivo de reflexión, ante las nuevas formas de ideología y de
propaganda que nos han tocado vivir en esta era de la globalización,
pero se va diluyendo conforme avanza la película, enfocada ya en el
caso detectivesco que desarrolla Leo, quien logra la colaboración de
un general retirado, Mikhail Nesterov (Gary Oldman), en la búsqueda
del llamado carnicero de Rostov. Tal búsqueda los llevará a
descubrir graves secretos.
Las actuaciones de Rapace y de Hardy
son de lo mejor de la cinta, la cual, luego de un inicio más o menos
histórico confuso, se consolida como un thriller, que va ganando en
emociones conforme se acerca al final. Raisa se da cuenta de que su
esposo Leo es diferente a los demás miembros de la policía estatal,
cuya sola presencia generaba temor a los que los trataban. Buena
cinta para un fin de semana.
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