Ricardo Martínez García
Pocas cosas perturban tanto a los espectadores como observar escenas
de tortura, sean de naturaleza militar, del crimen organizado o de la
maldad pura. Éste último caso es el que se presenta en la cinta de
Ciarán Foy, Siniestro 2, que continúa con la línea marcada por la
primera cinta.
La señora Courtney Collins (Shannyn Sossamon) y sus dos hijos, al
huir de un padre abusivo y violento, se instalan en una vieja casa en
una zona rural de Estados Unidos, en la que ocurrieron eventos
terribles, cuyo saldo fue una familia completa asesinada. El mayor de
los niños. Dylan, comienza una aparente amistad con el fantasma de
otro niño, Milo, que se le aparece en medio de la noche para
mostrarle cintas en las que se ven casos de familias que son
sometidas a diversas formas de muerte, cada vez más crueles y
malvadas, con la intención de que él a su vez haga su propia
“película”.
Esta referencia a historias dentro de la historia general es un
recurso que Foy repite de la primera cinta, pero su efectividad no
pierde la fuerza evocadora del terror.
El ex alguacil de la primera parte (James Ransone) aparece
nuevamente, tratando de resolver lo que parece ser un mito urbano, la
existencia de cierto demonio, el cual aparece en diferentes lugares
del mundo, causando estragos donde quiera que se le ve. Los niños
son sus principales víctimas, y posteriores aliados, al ser
corrompidos por ese demonio. Las cintas de los niños, más las
grabaciones que encuentra un colaborador del ex alguacil, son lo
suficientemente perturbadoras como para producir el escalofrío
propio del terror en ciernes. Esas historias dentro de la historia
presentan un atisbo de ciertas ceremonias o cultos de carácter
brujeril cuyo común denominador es la crueldad sin límite.
El director logra una cinta bastante siniestra ciertamente, aunque
como siempre en las cintas de este género, hay también elementos
que expresan bondad y sacrificio desinteresado, elementos que hacen
contrapeso a la oscuridad y a la parte siniestra de la historia. Es
la vieja historia del bien contra el mal, en una de sus múltiples
expresiones.