Ricardo Martínez García
John W. Backus murió el pasado 17 de marzo a la edad de 82 años y su muerte nos hace comprender la ya larga historia que ha tenido uno de los elementos tecnológicos imprescindibles de la vida contemporánea: el Internet.
Backus lideró un equipo de ingenieros y matemáticos (precursores de los ahora llamados nerds, utilizando el adjetivo sin sentido peyorativo) que trabajaba para la IBM y desarrolló en la década de los cincuenta el lenguaje lógico para computadoras conocido como Fortran (abreviaturas del FORmula TRANslation), el cual hizo posible el diseño de sistemas de programas de alto nivel que sentaron las bases lógicas y de lenguaje de las diferentes plataformas de software.
Estas plataformas han dado como resultado, a su vez, que ahora tengamos a disposición desde sistemas operativos, paqueterías de aplicaciones e infinidad de ambientes virtuales, hasta la reciente pluma digital que presentó hace poco Bill Gates o el dispositivo Apple TV.
Hace más de veinte años, científicos de prestigiosos institutos como el Massachussets Institute of Technology (MIT), la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) y algunas empresas dedicadas al desarrollo de la tecnología, como la llamada Gigante Azul, la IBM, comenzaron a pensar en la posibilidad de interconectar las enormes computadoras con el fin de compartir datos e información. Pudieron pensar en interconectar porque ellos ya contaban con los lenguajes informáticos que permitieron esa interconexión.
La interconexión, primero en pequeñas redes de computadoras, sobre todo académicas y luego militares, ha crecido de manera exponencial hasta alcanzar el nivel global que se tiene ahora, a través de Internet, en el que hasta el funcionamiento del refri o la estufa se pueden controlar vía la red.
Los datos que ahora se pueden ver y compartir van desde programas, textos, fotos, correos, blogs y chats, que abordan cualquier tema imaginado, lo que convierte al Internet en el instrumento más formidable de comunicación e información (o de incomunicación y desinformación, si se quiere, tal es la naturaleza de este instrumento de dos filos).
Es tanto el contenido informático que ofrece la red que resulta fácil perdernos navegando en ella. Uno puede ser parte de comunidades de internautas o permanecer desapercibido y asilado de la realidad, viviendo prácticamente de manera virtual y olvidando la vida real, o en caso contrario hacer de nuestra vida un espacio público a través de la red.
Todo lo anterior es ya muy conocido, pero lo que casi nunca se conoce –y reconoce- es la labor, el trabajo de aquellos que hicieron posible la construcción de los instrumentos tecnológicos que tan cotidianamente utilizamos, como la computadora y sus programas.
Es el caso de los científicos que, a través de su esfuerzo de investigación y trabajo constante, elaboraron el lenguaje de la infraestructura programática de la red y a los que no se les reconoce ningún mérito. Uno de ellos es John W. Backus, quien nació el 3 de diciembre de 1924. Su aportación consistió entre otras cosas en la elaboración de un lenguaje de programación que utiliza notaciones matemáticas de nivel accesible o normal, es decir el lenguaje Fortran, el primer lenguaje de programación de alto nivel, el cual se utilizó en la computadora IBM 704.
Backus formó parte en la década de los sesenta del comité internacional del proyecto ALGOL, que buscaba la formulación de un lenguaje algorítmico y que dio fruto en el lenguaje BNF (Backus-Naur Form) y luego en los setenta estuvo interesado en la Programación Funcional, cuyo producto fue el lenguaje de programación FP (Function Programming, de uso básicamente académico) con el cual ganó el premio Turing -considerado como el Nóbel de la informática- en 1977.
El premio Turing lo otorga la Asociación para la Maquinaria Computacional (ACM) desde 1966. Actualmente su principal patrocinador es Intel, la famosa empresa por sus procesadores. Se trata de un premio que rinde homenaje al inglés Alan Turing, quien formuló el test o examen Turing, el cual consiste en un procedimiento para determinar si una máquina es inteligente o no. El premio 2006 correspondió a la norteamericana (primera mujer premiada) Frances Allen, por su trabajo para mejorar el rendimiento de los programas de computación y acelerar el uso de los sistemas de computación, a través de la introducción de algoritmos y tecnologías, los cuales forman la base teórica de la optimización automática de programas, relacionado naturalmente con la labor anterior de Backus.
John W. Backus continuó su labor de desarrollo del lenguaje programador en el proyecto LP (languaje programming) para la IBM hasta que se jubiló, en 1991. Cuatro años antes de su retiro había sido nombrado Miembro Asociado de la IBM y en 1993 ganó el Premio Charles Stark Draper, que otorga la Academia Nacional de Ingeniería de los Estados Unidos, por las mismas razones por las que había ganado el premio Turing. Descanse en paz este patriarca de la computación.
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