¡Y el Oscar es para… La India!
Ricardo Martínez García
La expansión colonial del Imperio Británico, históricamente, alcanzó su auge a mediados del siglo XIX. Por ese entonces, la joya de la corona, en términos de explotación económica, era esa inmensa zona asiática conocida como La India (sin menospreciar naturalmente las posesiones en Norteamérica, África y Oceanía) lugar que posteriormente sirvió para que algunos escritores, influidos por la teoría de Charles Darwin –mal comprendida- de la evolución de las especies, ejemplificaran lo que consideraban la superioridad de la raza blanca británica, tal como se dice fue el caso del primer Nóbel de Literatura británico.
Rudyard Kipling, que nació en Bombay aunque sus padres eran británicos, publicó en 1901 una novela de aventuras que tiene como protagonista a un niño de origen británico pero que se cría y crece dentro de la vorágine de culturas que es la India de principios del siglo XX. Mezcla heterogénea de religiones, de castas, de militarismo y colonialismo; el ambiente en el que se desenvuelve con gran soltura Kim (un rapaz casi tan moreno como los autóctonos, muy inteligente y audaz) es la ocasión perfecta para Kipling de hacer un vívido retrato de un fascinante país como es la India.
Algunos cineastas recientemente han abordado el mundo hindú desde perspectivas diferentes en cintas como Salaam Bombay (88), y The Namesake (07) ambas de Mira Nair, y ahora lo ha hecho la cinta ganadora al Oscar como Mejor Película.
Y es específicamente Mumbai (llamada anteriormente Bombay), donde Danny Boyle, cineasta británico que se hiciera famoso por su cinta debut Trainspotting, ubica Slumdog Millionaire, la cual nos hace un retrato contemporáneo de esa emblemática y compleja ciudad, ubicada en el segundo país más poblado del mundo.
Dicho retrato se construye poco a poco en torno a un joven de los barrios más pobres de la ciudad, un slumdog (término con el que se conoce a los desheredados que no tienen educación, a los huérfanos que sobreviven en la calle realizando pequeños latrocinios o comerciando con lo que pueden) que por azares del destino y ya en plena juventud, de pronto se encuentra con la posibilidad (improbable, pero no imposible) de ganar 20 millones de rupias, gracias a un show de televisión en el que le hacen preguntas que él puede responder porque su vida de una u otra manera ha estado marcada por los temas planteados. Claro que llegar a esa posibilidad lo hace ser torturado por la policía, ante la sospecha del conductor del programa televisivo de que ha hecho trampa.
La cinta recrea en retrospectiva la vida del personaje principal, el chico a punto de ser millonario, Jamal (el actor británico Dev Patel, nacido en 1990). En la primera etapa de la cinta los niños protagonistas, Jamal y su hermano mayor Saleem, se quedan huérfanos gracias a la intolerancia religiosa (ambos son musulmanes, religión que en la India es minoría) y en la que se muestra la enorme miseria, material y humana, en la que tienen que sobrevivir estos hermanos.
La relación que se establece entre Saleem y Jamal, como la de todos los hermanos, muestra conflicto, envidias, siguiendo el modelo del fuerte contra el talentoso. Al final de la cinta Saleem tendrá el suficiente espíritu fraternal para sacrificarse por su hermano.
Slumdog Millionaire muestra el ansia de esperanza, que canaliza muy bien el popular programa de televisión llamado ¿Quién Quiere ser Millonario?, de todo un pueblo hundido en la pobreza y que tiene que luchar día a día ante un mundo en constante cambio y perteneciente a los grandes potentados, mafiosos dueños de la tierra y los bienes inmuebles.
La pobreza de este pueblo es realmente impresionante, aunque Danny Boyle nos la muestra con cierta simpatía y desde la perspectiva del niño Jamal. La India se independizó de la Gran Bretaña en 1947, luego de muchas luchas y una etapa final liderada por Mahatma Gandhi. Pero esto no significa nada para los hindúes de estos días, sumidos en la miseria más terrible, tal como el Jamal ya joven resume con su comentario sobre que “algo escuchó sobre Gandhi”. Para él no significa nada en absoluto que la India consiguiera su independencia. Su vida ha sido un constante sobrevivir, como muestra la cinta.
Al final, la cinta muestra que el amor al final parece prevalecer sobre cualquier otra circunstancia. Jamal y Latika al final consiguen estar juntos, para gusto y satisfacción de la audiencia hindú y del mundo.
Slumdog Millionaire bien podría ser una cinta salida de Bolliwood, como se conoce a la segunda industria cinematográfica del mundo y cuya sede es precisamente Mumbai, salvo que el director es británico y la producción norteamericana y británica.
Los actores Dev Patel, nacido en Inglaterra pero de claros orígenes hindúes y Freida Pinto, ella sí originaria de Mumbai, no han trabajado realmente en la industria cinematográfica de esa ciudad. Ahora, Pinto trabajará con Woody Allen en su próxima cinta, compartiendo cartel con Antonio Banderas. Pero la cinta de Boyle parece un homenaje a esas cintas que han hecho soñar a millones de hindúes, por eso el Oscar es para ¡la India!