Friday, July 10, 2009

La Dulce Vida


Vivir sin complicaciones

Ricardo Martínez García

Sally Hawkins, ganadora al premio como mejor actriz de la Alliance of Women Film Journalist, así como de la Boston Society Of Film Critics y de un Globo de Oro, hace el papel de Poppy, una maestra de primaria treintañera que no deja de sonreír a lo largo del día. Parlanchina y bromista al grado de parecer simple, o de dar la impresión de que no puede sostener una conversación seria, siempre parece dispuesta a verle el lado positivo a la vida, sin meterse en complicaciones reflexivas muy profundas: vive la vida como se presenta, y con la mejor cara posible.

El director británico Mike Leigh propone en esta cinta, nominada al Oscar el año pasado por Mejor Guión Original y titulada en inglés Happy Go Lucky, un retrato de la vida cotidiana de sus personajes, como es su estilo, presentando aspectos domésticos y simples de los factores que componen su vida habitual, eventos que dan la impresión de inocuidad o de que no pasa nada o de que no se sabe hacia dónde va la narración, algo que había mostrado por ejemplo en su cinta Life is Sweet (90).

La sencillez y hasta simplicidad optimista de Poppy pueden llegar a caer mal, sobre todo si el espectador cuenta con un mínimo de arrogancia intelectual, pero es en esa sencillez que ella encuentra su completa felicidad: no se angustia ni sufre, vive la vida de acuerdo con su propia visión positiva. Incluso su trato con otros tipos de personas no la influyen, por el contrario es ella la que va influyendo en los demás, sobre todo en su instructor de manejo, el amargado Scott (Eddie Marsan), quien se toma demasiado en serio.

El estilo de vida de Poppy choca de inmediato con la idea de responsabilidad y precaución que Scott intenta enseñarle al estar tras el volante. Ella lo que quiere es disfrutar lo que hace pero la actitud neurótica del instructor lo único que hace es confrontarla inútilmente.

Poppy se da cuenta del carácter violento de Scott, y eso la lleva a interesarse en sus pequeños alumnos. Detecta que uno de ellos golpea a otro al parecer sin provocación alguna, y habla con él. Para eso, pide ayuda de un trabajador social y es así como conoce a Tim (Samuel Roukin) con quien pronto establecerá una armoniosa relación. Scott se da cuenta del nuevo noviazgo de Poppy y estalla, insospechadamente.

¿Qué motores sicológicos se mueven dentro de Scott, a quien Poppy no dio motivos para justificar su actitud, e incluso llega a acusarla de actos que ella de ninguna manera realizó? Poopy no se hace bolas pero aún así intenta hablarlo con él, mostrando gran comprensión y ternura, a pesar de las circunstancias. Luego de ese exabrupto, ella continúa su vida, feliz y suertuda.

Se trata de una cinta que nos muestra de manera muy honesta la vida cotidiana de una profesora con un carácter peculiar pero nada extravagante, nada sobresaliente, más que su propia humanidad. Y ese es el principal carácter de la cinta, que es muy humana. Una vez más la traducción al castellano es extraña y remite a aquella titulada La Dolce Vita, de Fellini, de manera innecesaria.

2 comments:

Anonymous said...

Me encanto la pelicula,muy recomendable :D

Anonymous said...

Yo fui de las personas a quien este personaje fue como una patada de caballo en la boca del estómago. pese a ello ENRAHA...!!