Despedida a Paul Walker |
El
final
Ricardo Martínez García
James Wan, director de El Conjuro y La
noche del Demonio, y productor de la serie de televisión American
Horror Story, explora adecuadamente una vertiente cinematográfica
del género de acción en esta cinta, la más reciente y la última,
de la saga de Rápidos y Furiosos, dedicada al actor Paul
Walker, quien falleciera en noviembre del 2013.
El viejo equipo de corredores de autos
callejeros, formado por Toretto, Brian, Letty, Roman y Tej (Diesel,
Walker, Rodriguez, Gibbson y Bridges) se convierte en una espece de
espías internacionales, al estilo de Misión Imposible, que
deberá lidiar con dos situaciones más que problemáticas: por un
lado rescatar a una hacker creadora de un súper programa de software
llamado “el ojo de Dios” (versión actual de un Big Brother
asentado en internet), secuestrada por miembros de alguna mafia de la
Europa Oriental, y que planean hacer cosas muy malas con tal
programa, y por otro lado lidiar con el más que violento y
destructivo hermano mayor de uno de sus enemigos, muerto al
enfrentarse con el equipo en la cinta anterior.
La inclusión de actores como Jason
Statham y Kurt Russell le da a Furiosos 7 una revitalización que ya
necesitaba, además del carácter nostálgico que de por sí tiene
luego de la muerte de Paul Walker. Statham es un conocido actor
especialista en escenas de acción, peleas, conductor de autos, etc.,
que entra a la franquicia como anillo al dedo donde aparece como Ian
Shaw, un ex miembro de las fuerzas especiales inglesas que desea
vengar la muerte de su hermano Owen (Luke Evans), al costo que sea.
Con escenas inverosímiles, como caídas
libres con todo y carros, la trama fluye tan rápido como la acción,
el equipo se las arregla, en cooperación con alguna agencia del
gobierno para ir a Ucrania o algún lugar inhóspito, y luego
trasladarse a Dubai y armar destrozos y peleas dentro de hoteles de
gran lujo, en la búsqueda de ese programa capaz de buscar a
cualquier persona usando todas las cámaras conectadas a la red (como
en la serie Persona de Interés), que mantienen al espectador atento
y entretenido.
Las exageraciones en las escenas de
acción, así como la invulnerabilidad que muestran los personajes
ante la lluvia de balas y destrozos es parte esencial de esta cinta,
así como en las anteriores, y no hace falta decir que para disfrutar
de esta cinta, hace falta jugar el juego de conceder verosimilitud,
por más fantasiosas que sean, a tales escenas. En el cine todo es
posible.
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