Tuesday, January 13, 2009

Rocknrolla


La Fascinación Cinematográfica por la Delincuencia
Ricardo Martínez García

Si hay algo que tienen en común cineastas como Guy Ritchie, Quentin Tarantino, Roger Donaldson o David Mamet (solo para mencionar a mis preferidos), es la fascinación, el gusto que sienten por el mundo del hampa, de la delincuencia y el bajo mundo del crimen para reflejarlo en complejas y divertidas tramas.

Cintas como Perros de Reserva (o Pulp Fiction), Lock, Stock and Two Smoking Barrels, El Robo del Siglo o Asalto ofrecen diferentes visiones del universo del hampa, dependiendo del reflejo de la personalidad de cada uno de esos grandes directores.

En México se exhibió hace poco Revolver (06), pero ahora se encuentra en cartelera Rocknrolla, el más reciente trabajo de Guy Ritchie cinta que probablemente reivindica un poco su trabajo luego de la irregular y casi fallida cinta anterior.

Los excéntricos, salvajes y a veces divertidos personajes creados por Ritchie siguen siendo del tipo de grandes corruptos como el mafioso Lenny Cole (un estupendo y veterano Tom Wilkinson), y su lugarteniente Archy (el casi gemelo de Andy García, Mark Strong) que se pasan la vida negociando por debajo del agua con concejales o funcionarios públicos no menos corruptos para conseguir muy ventajosos cambios de uso de suelo con el fin de construir bienes inmuebles -algo con lo que posiblemente estén familiarizados ciertos funcionarios de las delegaciones Miguel Hidalgo, Álvaro Obregón, Cuauhtémoc y otras en la Ciudad de México- o entrevistándose con poderosos inversores rusos asentados en Londres que desean gastar un poco de dinero para conseguir los permisos correspondientes.

Ese escaso dinero ruso puede llegar a sumar tranquilamente unos catorce millones de euros, los cuales son escamoteados a instancias de la ambiciosa contadora al servicio del multimillonario Obamavich (Karel Roden), la bella Stella (la morenaza y delicada actriz Thandie Newton, novia de Tom Cruise en Misión Imposible), encargando el robo del dinero a un trío de despistados e ineptos delincuentes encabezados por el señor “Uno Dos” (el muy versátil Gérard Butler, famoso por El Fantasma de la Òpera y por 300) y sus socios El Guapo Bob (que al salir del clóset y a punto de entrar en prisión logra que Uno Dos haga algo con él, y de lo cual éste no quiere que nadie se entere) y el fortachón Mumbles.

También está el hijastro de Cole, el clavadísimo yonky Johnny Quid, un frustrado músico del punk que finge su muerte (“un rockero muerto vale mucho más que uno vivo”) y que es quien introduce el elemento caótico en todo el sistema corrupto productor de grandes cantidades de dinero al robar un cuadro.

No todo en la cinta de Ritchie es ficción: en Madrid, Londres y algunos otros lugares de Europa de vez en vez estallan casos de la vieja “corrupción urbanística” (o de cualquier otro tipo) involucrando a funcionarios públicos, alcaldes, concejales o munícipes que se encargan de conseguir como sea -y cobrando enormes comisiones- permisos para que empresas gigantes construyan viviendas o edificios en lugares donde estaba prohibido. Gente como Pedro Antonio Torrejón, Joaquín Tejeiro, Antonio Reino, María de la Poza, José Luis Tello, y otros son algunos funcionarios españoles que han sido señalados por haberse beneficiado con negociaciones turbias de ese tipo (ver http://www.elmundo.es/especiales/2006/11/espana/corrupcion_urbanistica/mapa/madrid.html).
También están esos personajes rusos mafiosones inmensamente ricos que son una clara alusión a gente como el multimillonario Roman Abramovich, conocido por ser el dueño del equipo Chelsea de la Premier League, y por su afición a las obras de arte; hasta el nombre del personaje en la película es parecido. ¿Acso le sabrán algo al señor Abramovich?

La cinta de Ritchie cuenta con gran cantidad de ingredientes audiovisuales manejados a veces a gran velocidad, como la voz en off de Uno Dos que al inicio de la película nos explica el contexto e introduce a los personajes, así como los delirantes diálogos (los subtítulos cambian tan rápido que se hace recomendable no leerlos sino tratar de entender directamente el inglés si es que no resulta demasiado callejero para ser entendible) o las escenas de acción; otras veces dichos elementos son presentados con marcadas pausas para enfatizar un estado subjetivo (como cuando Johnny Rocknrolla se droga y sufre los efectos en un inmundo y sórdido lugar que comparte con otro yonqui), o como cuando unos guaruras casi indestructibles e incansables realizan una aparatosa persecusión a la banda de Uno Dos en una hilarante parodia de Terminator.

El universo de los personajes de Ritchie, cínicos, toscos, listillos pero leales a su manera, es a ratos bastante parecido a los de Tarantino, logrando imprimirles un sello particular, aunque ambos carecen de la sutileza y elegancia de los creados por Mamet, que está al otro extremo de ellos (sobre todo por ejemplo en la elegante, pulcra e inteligente Asalto, en donde se lucen Gene Hackman, Delroy Lindo y Danny De Vito), siendo sus personajes de más clase si se puede decir así, no obstante su misma profesión.

Mención aparte merece el soundtrack de la cinta, con grupos como The Clash, The Hives, The Scientists, The Subways, The Sonics, y gente como Lou Reed, Kim Fowley, Steve Isles y otros. Afortunadamente Ritchie tiene buena intuición musical: nada del repertorio de su ex Madonna y sí piezas como la poderosa I´m a Man de Black Strobe.

El baile desenfadado, al principio un tanto epiléptico pero poco a poco con más ritmo y cadencia que se discuten Stella y Uno Dos (bailando Waiting for a Train, de Flash & The Pan, mientras acuerdan someramente la forma de realizar un asalto) y el romántico baile de éste con El Guapo Bob son de antología y representan dos de las escenas más divertidas.

Rocknrolla es una película veloz, entretenida, compleja, a ratos ininteligible y estrambótica pero con todo el sello creador del memorable Guy Ritchie de principios de los noventa, fascinado por el mundo de la delincuencia, en donde también caben las drogas, un poco de sexo y mucho rock and roll.

Por cierto, pronto veremos el trabajo de Ritchie dirigiendo a Robert Downey Jr. y a Jude Law en la esperada nueva versión de las aventuras de Sherlock Holmes y su inseparable amigo el Dr. Watson. La pregunta es ¿podrá Ritchie mantener su estilo y gusto de filmación en una cinta como esa, de corte tan clásico, tal y como son los personajes creados por Arthur Conan Doyle?

2 comments:

Sinmi Longas said...

Yo la vi ayer (28 de Agosto) y me encantó. Especialmente la música y coincido que las dos escenas mas chisposas fueron los respectivos bailecitos :-)Es la primera película que veo de
Guy Ritchie y realmente me recordaba mucho a Tarantino :-)

Ricardo said...

Gracias por tus comentarios Lola!, a mí también me encantó esa cinta, y tiene cierto parentezco con Tarantino, pero creo que el humor de Ritchie me gusta más, sin demeritar a Quentin! Besos.