Como me ves te veré
Ricardo Martínez García
La cineasta turca Yesim Ustaoglu logra en La Caja de Pandora una emotiva reflexión sobre la relación entre una madre enferma de Alzheimer y sus hijos, los cuales enfrentan una situación inesperada que les exige el máximo de su atención, alterando el curso normal de sus vidas, en las que no estaba contemplado su cuidado.
A pesar de su enfermedad, Nusert (la excelente nonagenaria actriz francesa Tsilla Chelton) es capaz de decir frases tremendas y contundentes a sus hijos que los dejan paralizados. A su hija Nesrim le dice que le costó mucho darla a luz, pues se pegó a ella, y la insta a no tratar de pegarse a los demás. A su hijo Mehmet –que vive en condiciones más que precarias- lo acusa de haberla abandonado, a lo que él responde que no ha abandonado a nadie. Ella le dice que es lo mismo que la haya abandonado a ella o que se haya abandonado a sí mismo.
La vida ordinaria de la familia se ve alterada por los cambios que plantea el padecimiento de la enfermedad degenerativa de Nusert. De esa situación se produce una nueva relación entre ella y su nieto, el hijo de Nesrim, quien se encuentra también luchando su propia crisis existencial.
Se trata de una cinta intimista que enfatiza las relaciones humanas entre los protagonistas, sus conflictos pero también sus filias. Esta cinta del 2008 le hizo ganar la Concha de Oro de ese año a Tsilla Chilton como mejor actriz y también ganó el premio a la mejor película en ese famoso Festival de San Sebastián.
La trama recuerda un poco otros conflictos familiares en los que están involucrados personas de la tercera edad, como por ejemplo La Balada del Narayama (Imamura 83), en la que la tradición dicta que los ancianos de determinada edad vayan a morir en las laderas de ese monte, pero el amor de alguno de sus familiares no hace posible entender esa tradición.
Las preguntas que plantean cintas como éstas son a veces difíciles de contestar ¿Qué hacer con los ancianos, que además están enfermos? ¿Quién los cuidará de manera permanente? No queda de otra más que amarlos hasta el final, podría ser una respuesta.
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