Wednesday, May 12, 2010

Iron Man 2


Al cliente lo que pida

Ricardo Martínez García

La industria armamentista ha crecido a nivel mundial a 1.1 billones de dólares, de acuerdo con el cálculo hecho por Amnistía Internacional, Oxfam Internacional y la Red Internacional de Acción Sobre Armas Pequeñas y publicada en el portal de ipsnoticias.net , lo que quiere decir que no solo no se está combatiendo la proliferación de armas de las llamadas “convencionales” sino que su comercio vive un saludable auge en el mundo. Los principales consumidores son naturalmente los ejércitos de los diferentes países, seguidos de los grupos armados que protegen y vigilan el tráfico de enervantes; los beneficiarios de este tráfico –ilegal en muchos casos- son por supuesto los dueños de las industrias armamentistas. Un dato a destacar en estas estadísticas es que el gasto militar de los Estados Unidos representa casi la mitad del total de ese 1.1 billones de dólares.

Los cinco principales fabricantes de armas del mundo son también los países más poderosos que forman parte de la ONU, con facultad de veto sobre las decisiones de su Consejo de Seguridad: China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia.

En este contexto de fabricantes de armas en bonanza aparece la cinta Iron Man 2, que muestra a un simpático y desenfadado empresario Tony Stark (Robert Downey Jr.) quien comienza a envenenarse con su pequeño reactor de energía y en franca competencia con otro fabricante de armas algo más chafa y más ambicioso y perverso llamado Justin Hammer (Sam Rockwell). La casi disoluta vida de sibarita que lleva Stark comienza a preocupar a otros miembros de la comunidad de súper héroes por lo que se le pone marcaje personal. La encargada de esto es la bellísima y hábil agente Black Widow (Scarlett Johannson, en un duelo bastante fraterno con Gwineth Paltrow, cuyo beneficiario es la audiencia masculina: ¡qué par de beldades!). Salen a relucir pequeñas traiciones de quien menos se esperaba (por ejemplo del coronel Rhodes, interpretado por Don Cheadle) y algunos trapitos sucios del padre de Tony, al parecer asociado con un científico ruso al que le queda mal, y cuyo hijo Whiplash, - personaje a cargo del renacido Micky Rourke, que al parecer solo desea una venganza comprensible- se vuelve un dolor de cabeza para Stark.

El espectáculo visual de esta película es bastante agradable, el ambiente general es divertido y entretenido –salvo unos pequeños lapsos-, pero el resultado final es la trivialización de un tema de suma importancia para la seguridad de la sociedad civil. Hay una implícita apología tanto del uso de la ciencia como herramienta para diseñar cada vez mejores armas, como de la proliferación de armas en el mundo con fines de protección de “los malos”. Pareciera que la cinta dirigida por Jon Favreau hubiera sido auspiciada por la Asociación Nacional del Rifle, dirigida a su vez por el legendario y ultraderechista actor Charlton Heston, o por algunos de esos fabricantes de armas que venden sus productos a los excelentes clientes de los cárteles de Tijuana, de Sinaloa, del Pacífico, de los Zetas, etcétera, además del ejército mexicano. Al cliente lo que pida.

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