Todo un caso |
Doble fachada
Ricardo Martínez García
A partir de una visión literaria de la vida en Texas de la década de los cincuenta, expresada por la pluma de Jim Thompson en su novela de 1976 que da título a esta cinta, El Asesino dentro de mí (2010), las costumbres y convenciones sociales son vistas tan naturales pero que en realidad son como una simple fachada de algunas vidas secretas cargadas de hipocresía y falsedad, el director británico Michael Winterbottom (Génova, El Camino a Guantánamo, Bienvenidos a Sarajevo) construye una cinta violenta, dura, sin sentimentalismos, absurda, tal como es el personaje principal de esta retorcida historia.
Con una trama fuertemente trastocada por una patología arraigada en una forma de vida caracterizada por el abuso físico y mental –tal como lo muestra de manera particular la personalidad del sheriff Lou Ford, estupendamente interpretado por Casey Affleck-, en la cinta conviven la violencia sexual y el odio por la figura femenina, así como el conformismo por una vida guiada por una extraña especie de nihilismo sureño. La extrapolación del caso del sheriff hacia ciertos aspectos de la sociedad norteamericana parece así factible, si es posible ver debajo de la férrea máscara.
La cinta muestra la capacidad histriónica de Jessica de Alba y Kate Hudson, que juegan el rol de víctimas propiciatorias destinadas a su aniquilación porque sí, y que no son capaces de ver venir tal destino, en aras de un supuesto amor, pero de un amor extraviado que sólo ve hacia dentro de sí mismo.
La escenografía es estupenda, así como el manejo correcto de personajes y situaciones. Es una película no apta para adolescentes pero recomendable en su crudeza y realismo.
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