Friday, June 17, 2016

Dios no ha muerto 2

Libertad religiosa en duda
¿Educar o predicar?

Ricardo Martínez García

La profesora Grace Wesley (Melissa Joan Hart) da clases en una preparatoria, y en una de sus clases una estudiante le pregunta sobre si lo que están viendo en historia pudiera ser compatible con lo que Jesucristo señaló en los Evangelios. Su respuesta afirmativa desencadena una lucha laboral entre ella y sus empleadores, que se convierte en un conflicto jurídico en cuyo centro está la laicidad de la educación.

Los padres de la estudiante que cuestiona a la profesora están decididos a no permitir que su hija reciba sin su consentimiento lo que a su juicio es un ejercicio de predicación de la palabra de Dios, toda vez que ellos son librepensadores y no desean ningún tipo de adoctrinamiento contrario a la ciencia. Tal es el argumento en contra de la maestra.

Un hábil y recién egresado abogado toma la defensa de la profesora Wesley, y al mostrar que la respuesta de Grace a su alumna, más allá de estar apoyada en la existencia indudable, probada e histórica de Jesús, está apoyada en sus más profundas creencias, y esto le permite ganar el caso.

La cinta pareciera mostrar que así como hay fundamentalismo religioso, también hay fundamentalismo laico, o científico, o tal vez es algo más oculto. Lo que sí es claro es que la cinta pone de manifiesto una idea de Dios que propone la idea de que la existencia de Jesús de Nazareth como hombre equivale a la prueba indudable de la existencia de Dios. 

El catolicisimo y algunas variantes del protestantismo norteamericano en efecto son partidarios de esta noción, aunque con diferencias tales que las hacen precisamente diferentes y por ello son ramas aparte de una noción general del cristianismo.

El drama en sí puede considerarse típico de una lucha en los tribunales al estilo norteamericano, pero lo que es diferente es la argumentación, que pone de manifiesto ese fundamentalismo al revés, algo que pudiera considerarse anacrónico en pleno siglo XXI, una vez que se ha ganado el derecho a ejercer el culto que se quiera. Pareciera que algunos quieren confundir a la fuerza un comentario religioso con un proselitismo indebido en una escuela laica.


La actuación de Melissa Joan Hart es mesurada y adecuada dramáticamente, algo diferente de lo que vimos en su serie de Sabrina, la Bruja Adolescente. Lo valioso de la cinta es que es un buen pretexto para reflexionar sobre las propias convicciones religiosas y si su manifestación puede hacerse en cualquier contexto. 

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