Ricardo Martínez García
La profesora Grace Wesley (Melissa
Joan Hart) da clases en una preparatoria, y en una de sus clases una
estudiante le pregunta sobre si lo que están viendo en historia
pudiera ser compatible con lo que Jesucristo señaló en los
Evangelios. Su respuesta afirmativa desencadena una lucha laboral
entre ella y sus empleadores, que se convierte en un conflicto
jurídico en cuyo centro está la laicidad de la educación.
Los padres de la estudiante que
cuestiona a la profesora están decididos a no permitir que su hija
reciba sin su consentimiento lo que a su juicio es un ejercicio de
predicación de la palabra de Dios, toda vez que ellos son
librepensadores y no desean ningún tipo de adoctrinamiento contrario
a la ciencia. Tal es el argumento en contra de la maestra.
Un hábil y recién egresado abogado
toma la defensa de la profesora Wesley, y al mostrar que la respuesta
de Grace a su alumna, más allá de estar apoyada en la existencia
indudable, probada e histórica de Jesús, está apoyada en sus más
profundas creencias, y esto le permite ganar el caso.
La cinta pareciera mostrar que así
como hay fundamentalismo religioso, también hay fundamentalismo
laico, o científico, o tal vez es algo más oculto. Lo que sí es
claro es que la cinta pone de manifiesto una idea de Dios que propone
la idea de que la existencia de Jesús de Nazareth como hombre
equivale a la prueba indudable de la existencia de Dios.
El
catolicisimo y algunas variantes del protestantismo norteamericano en
efecto son partidarios de esta noción, aunque con diferencias tales
que las hacen precisamente diferentes y por ello son ramas aparte de
una noción general del cristianismo.
El drama en sí puede considerarse
típico de una lucha en los tribunales al estilo norteamericano, pero
lo que es diferente es la argumentación, que pone de manifiesto ese
fundamentalismo al revés, algo que pudiera considerarse anacrónico
en pleno siglo XXI, una vez que se ha ganado el derecho a ejercer el
culto que se quiera. Pareciera que algunos quieren confundir a la
fuerza un comentario religioso con un proselitismo indebido en una
escuela laica.
La actuación de Melissa Joan Hart es
mesurada y adecuada dramáticamente, algo diferente de lo que vimos
en su serie de Sabrina, la Bruja Adolescente. Lo valioso de la cinta
es que es un buen pretexto para reflexionar sobre las propias
convicciones religiosas y si su manifestación puede hacerse en
cualquier contexto.
No comments:
Post a Comment