Wednesday, January 24, 2007

El fútbol como terapia lúdica

Locos por el fútbol
Ricardo Martínez García
El tráiler del documental Matti per il calcio (Locos por el fútbol) recién estrenado en Italia, muestra en la primera escena al director Volfango De Biasi y al escritor Francesco Trento hablando de la realización de la cinta, luego una cama de hospital con las sábanas revueltas y unos sujetadores sueltos (como si alguien acabara de ser liberado) y finalmente a un alegre y entusiasta grupo de hombres que juega fútbol en una cancha llanera con charcos, haciendo golazos.
Con una duración de casi cien minutos, la cinta muestra que la práctica de este deporte –de carácter nacional en Italia y en muchos otros países, como el nuestro- es una manera de socializar, de sentirse parte de un equipo, aunque sea de uno llamado Il Gabbiano, compuesto casi en exclusiva por pacientes siquiátricos: la esquizofrenia y la paranoia son los desórdenes que padecen estos jugadores.
Ni caso tiene que comparemos este documental con los capítulos más vergonzosos de los jugadores “sanos” que se dejan llevar por la “calentura” del momento, o por lo que llaman la “pasión” por el fútbol. Sólo recordemos el codazo que Vidrio le dio alguna vez a Palencia, o la patada en la cara que Comizzo le propinó a Hermosillo.
El fútbol ha sido canal de escape de fanatismos y violencia tanto de jugadores como de espectadores, concentrados en barras o porras, formando grupos de hooligans y demás individuos que creen que no hay nada mejor que estar al tanto de los encuentros del equipo de sus amores cada semana y defender a muerte –a veces literalmente- su honor, sobre todo cuando el equipo es “ofendido” por algún otro.
No obstante, el doctor en siquiatría Mauro Raffaeli decidió utilizar, desde hace más de trece años, el carácter lúdico y colectivo que tiene el fútbol como juego, alejado naturalmente de todo tipo de contaminantes (toda la industria que rodea a este deporte) y creó una liga en la que participan sólo equipos formados por pacientes.
La idea es sencilla: hacer que el paciente esquizofrénico o paranoico tenga adversarios reales –en la cancha- y no sólo imaginarios. "Las personas con enfermedades mentales a menudo se encuentran encerradas en sí mismas, pero el fútbol les permite abrirse al mundo", le dijo el director del documental a la periodista Laura Lucchini recientemente.
Raffaeli, además de siquiatra, entrena a uno de estos equipos de esta sui generis liga, el “Gabbiano”.
Uno de sus integrantes, Mario de 43 años, dice que los partidos son un gran apoyo para sobrellevar su esquizofrenia. “No renuncio a ellos por nada del mundo”, señala quien enfermó luego de un viaje a Oriente y se siente mucho mejor cada vez que juega en la delantera.
Benedetto, otro integrante de la squadra, de 41 años y graduado en psicología, también padece de esquizofrenia: escucha voces y habla con ellas. Las voces lo enferman y lo asustan e influyen en su estado de ánimo. Como es un enamorado del fútbol, es el primero en llegar a los entrenamientos. Al final siempre pregunta a todos: “¿Cómo he jugado?”.
La defensa del Gabbiano cuenta con Sandro, ex policía de la NOCS (el Núcleo Central Operativo de Seguridad, unidad táctica que entre otras cosas enfrenta cualquier brote de terrorismo) cuyo problema mental consiste en su incapacidad temporal para distinguir lo real de lo imaginario. Actualmente dedica parte de su tiempo a escribir poesía, a pintar y a anotar goles por el campeonato.
En el tráiler del documental se ve a Xavier, ecuatoriano que festeja cada gol haciendo una pirueta como si fuera Hugo Sánchez. Este jugador padeció de fuertes depresiones ocasionadas por su dura condición económica, lo que le orilló a separarse de su mujer e hijo y verlos partir a su país natal. A la depresión se añadió la soledad, y fue cuando se unió al equipo de Raffaeli, el cual le fue de gran ayuda. Ahora lucha por encontrarse a sí mismo en Italia.
Raffaeli señala, en entrevista con la corresponsal de El País en Italia, que "el fútbol se convierte en terapia cuando permite a los enfermos insertarse en un contexto social común, y siendo en Italia el fútbol el deporte nacional, ningún lugar es mejor para la integración que un campo de juego".
Matti per il calcio, obtuvo el premio en su décima edición del Altropallone (Balón Alternativo) en Milán. Se trata del premio paralelo al famoso Balón de Oro y es asignado a aquellas obras a favor de la infancia o adolescencia, a obras deportivas rectas, solidarias, que se oponen al racismo y buscan la integración y el multiculturalismo. Otros premiados han sido Paolo Rossi e Iván Zamorano.
Raffaeli tiene claro el objetivo de su terapia: "Aunque reducir el consumo de fármacos es importante, a veces es imprescindible tomarlos toda la vida, sin embargo, reintegrarse en la sociedad es lo verdaderamente importante".



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1 comment:

Ricardo said...

Revisa en Milenio el jueves 5 de abril, creo que se publicó ese día en El Ángel Exterminador