La inteligencia al servicio de las pasiones
Ricardo Martínez García
En pocas ocasiones, como en la película 21 Blackjack, se ve un ejemplo tan claro de lo que el filósofo de la modernidad Thomas Hobbes decía acerca de que la razón, o la inteligencia humana, se convierte en un mero instrumento de las pasiones y deseos humanos para obtener los objetos que apetecen. Y de que el hombre es el lobo del propio hombre.
La inteligencia de algunos universitarios norteamericanos famosos como Bill Gates, Larry Page y Sergei Brin, ha producido artículos e inventos asombrosos, como los programas operativos para computadoras, juegos, accesorios, portales de internet, pero no es el caso del talentoso Ben Campbell (Jim Sturgess), quien aspira a una beca para la prestigiosa escuela de medicina del Massachussets Institute of Technology (MIT).
A partir de la entrevista para obtener la beca, nos enteramos de que Ben, aprovechando su talento intelectual, fue reclutado por el profesor de matemáticas Micky Rosa (Kevin Spacey) para formar un equipo de jóvenes genios que al contar cartas en los casinos de Las Vegas -cosa prohibidísima en ese lugar- llegaran a volverse muy ricos.
La intención primaria de Ben al aceptar entrar al equipo era conseguir lo justo para pagar sus estudios médicos (400 mil dólares) pero ante el éxito de las fraudulentas operaciones, despiertan en él otro tipo de caros intereses y gustos, por lo que poco a poco le gana la avaricia y la soberbia, pasiones antes desconocidas para el ingenuo estudiante.
El conflicto comienza cuando Ben se distrae gracias a su disipada y gozosa nueva vida y pierde el control, malgastando grandes cantidades de dinero en algún casino, lo cual es inaceptable para Micky, quien lo saca del equipo y lo despoja de todas sus ganancias, cosa que inspira a Ben para elaborar un racional plan de recuperación de su dinero y además darle a Micky su merecido.
Se trata de una historia presuntamente verídica, basada en el libro de Ben Mezrich titulado Bringing Down the House: The Inside Story of Six M.I.T. Students Who Took Vegas for Millions, que pasa a través de las “dramáticas” conversiones de Ben de un inocente y modesto estudiante a un ambicioso y glamouroso gambler, su caída y redención, aún a costa de la traición a sí mismo, a sus amigos y a su protector.
Tal historia es la que esgrime Ben para “asombrar” al examinador y entrevistador al inicio de la cinta, que determinará si le dan la beca o no. Con esos peculiares antecedentes, apenas con ciertos ecos a los de otros verdaderos y exitosos defraudadores o ladrones de altísimo nivel (como los llamados “barones del robo”), seguro se la dieron.
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