Saturday, May 02, 2009

The Haunting in Connecticut


Extrañas apariciones

Ricardo Martínez García

Se dice que uno de los aspectos más tétricos y terroríficos dentro de la magia negra es esa parte llamada nigromancia, la cual consiste en la consulta y uso de personas muertas o de sus espíritus (si tal cosa es posible) con fines de adivinación o de ejercer una voluntad sobre algo o alguien, generalmente de manera perversa.

La cinta del director debutante Peter Cornwell cuenta con las actuaciones de Virginia Madsen, famosa por la serie de televisión Monk, y Elias Koteas, quien participara en la cinta bélica La Delgada Línea Roja, de Terrence Mallick.

Madsen juega el rol de Sara Campbell, una madre atribulada por la enfermedad de uno de sus hijos, Matt (Kyle Gallner), quien en busca de su comodidad alquila una casa que pronto se convierte en su peor pesadilla.

Con varios elementos clásicos en cintas de este género, como la atracción incomprensible del joven enfermo hacia la parte más siniestra de la casa, o sus constantes visiones que pudieran ser producto del tratamiento de su cáncer, la película resulta entretenida e intrigante a ratos.

A pesar de ser previsible en ciertos aspectos, hay momentos en que el ambiente de terror es bastante efectivo y puede arrancar uno que otro verdadero sobresalto al espectador sensible (como pude ver en algunas pocas personas en la sala), sobre todo porque no recurre a efectos excesivos y por la aceptable recreación de la actividad a principios del siglo pasado del joven vidente Jonah (Erik Berg), quien era el maleable instrumento de un poderoso brujo, al cual se le salen las cosas de control.

El sacerdote Popescu (Koteas), al igual que Matt, está cerca de la muerte, por lo que decide aplicarse en el auxilio de la familia Campbell en su encuentro con esa casa que más que embrujada es un acumulador de lo peor del espíritu humano: había visto mucha mala onda, con funerales y cuerpos robados del cementerio, horriblemente mutilados, y algo o mucho de esa mala vibra la guarda entre sus paredes, literalmente. En este sentido hay ciertos elementos semejantes en The Grudge (04) del japonés Takashi Shimizu

De acuerdo con la publicidad, esta cinta está basada en un caso verdadero, lo cual resulta inquietante, aunque hay que pensar que algunos hechos horribles se convierten en tema de  productos de la industria del cine. Además está como antecedente el documental realizado por Discovery Channel titulado A Haunting in Connecticut (02) y dirigido por John Kavanaugh. Hay que destacar que la palabra Haunting se refiere en general a un lugar en donde se supone que se aparecen los muertos o donde los muertos espantan.

Otras cintas con temática parecida son A Haunting in Georgia (Jeffrey Fine, 02), la serie de Amityville (8 cintas) y hasta la mexicana Cañitas (07), de Julio César Estrada. Claro que la calidad de estas películas varía, así como varían los gustos de los espectadores. Véala si gusta usted del género y si no tiene pesadillas por la noche luego de ver cintas de espantos.

3 comments:

Gabylu said...

Antes de que esta película llegara a su final me pareció una de tantas que he visto antes, en donde como dices, hay elementos predecibles y que sobresaltan más por la forma en que aparecen, que por desconocidos. Sin embargo, para mí, el final no tiene que ver con el terror sino con la supremacía de algo más importante: el amor y el sacrificio. Me hizo verla desde una perspectiva diferente, hace mucho que no veía una película de terror que me provocara lo contrario al final.

Ricardo said...

Es cierto, tu comentario me hace ver que dejé pasar esa parte tan importante que es el amor maternal, pero a mí me pareció muy natural dicho amor, sobre todo si el hijo ha estado en peligro mortal, sea por su estado de salud o por su interés en eliminar lo que considera el foco del mal.

Falucha said...

No he visto la pelicula.mmmmmmmm....entonces queria decir que me encanto MUCHO LA IMAGEN de 3 melones...esta bakanisima!!!!
y eso.
chan chan
saludos