La increíble bondad cristiana
Ricardo Martínez García
¿Por qué resulta tan increíble creer que alguien pueda ayudar a sus semejantes por simple bondad o misericordia crisitiana, en un mundo en el que casi mil millones de personas se dicen ser cristianas? Siempre hay suspicacias sobre los verdaderos motivos que orillan a ciertas personas a ayudar a alguien en situaciones desesperadas.
Si en la cinta Precious el personaje era como una Job moderna a la que el destino pone a prueba de manera más que cruel y despiadadamente, en Un sueño posible (The Blind Side, 09) de John Lee Hancock, la historia es la de la buena samaritana que rescata de su miseria a un chico afroamericano en problemas. Este joven llamado Michael Oher (Quinton Aaron) tiene la suerte de ser casi un gigante, al que le encantan los juegos y es muy bueno en eso.
Leigh Anne Tuohy (Sandra Bullock, en la actuación que le valió el Oscar del 2009 como la mejor actriz, tal vez más un premio a su variada carrera) es una ejecutiva de ventas cuyos hijos asisten a la misma escuela cristiana que le da una oportunidad a Michael de ser bien educado, aunque su desempeño académico deja mucho que desear, no así sus dotes para el fútbol americano.
Luego de un proceso de adaptación a la familia de Leigh Anne, que se desenvuelve como la verdadera jefa de su familia, y de su lucha para sacar adelante su formación académica, sale a la luz una sospecha: si todo lo que hace esta bella mujer y su familia no tiene como pérfido fin reclutar jugadores de excelencia a una universidad en particular.
¿Se puede fingir el cariño y la preocupación que se le prodiga a alguien, aunque no sea de la familia original? ¿Se puede actuar tan deliberadamente que se apueste con mucha premeditación por una persona para desarrollarla como un atleta de alto rendimiento? ¿Qué se obtiene de ello? Leigh Anne y su familia son lo bastante ricos como para suponer que buscan algún tipo de beneficio, pero sus actos (y los de muchos verdaderos cristianos y filántropos) son puestos en duda, tal vez sin razón justificada.
Michael es afortunado de encontrar a ese ángel guardián que lo ayuda a salir adelante con su propia vida, cosa más que suficiente en un mundo gobernado por el individualismo y el mercantilismo rampante. La cinta cuenta con un mensaje casi increíble de tan cristiano que es.