Monday, March 22, 2010

Alicia en el país de las maravillas


Alicia en el cine

Ricardo Martínez García

Lewis Carroll, seudónimo de Charles Lutwidge Dodgson, publicó Alicia en el País de las Maravillas en 1865 y Alicia a través del espejo y lo que Alicia encontró allí en 1871. Siendo un sacerdote anglicano, pero también un estudioso de la lógica matemática y más que aficionado a la fotografía, Carroll tenía una cultura preponderante y unos puntos de vista que lo colocan, a partir de su trabajo como escritor, como parte de una tradición de escritores como Jonathan Swift, también hombre religioso, y su obra Los Viajes de Gulliver (1726) dado su carácter irónico y sarcástico, crítico de la sociedad de su tiempo, a la que implacablemente le mostró sus defectos y debilidades, sus excentricidades y excesos. Al mismo Carroll se le acusó de tendencias pedófilas por su gusto por fotografiar a niñas, sin saberse si era así o no.

La crítica de Carroll –que también hiciera Swift en su época- va desde señalar las absurdas costumbres sociales aristocráticas en la Gran Bretaña, las guerras sin sentido entre pueblos hermanos (como la Reina Roja de Corazones y la Reina Blanca), la hipocresía y el deseo de quedar bien de los súbditos rastreros con los soberanos, hasta las costumbres no tan extrañas de algunos, como la afición a la pipa de opio y otros a la escritura de novelas de una fantasía desbordada cercana a la alucinación.

Tim Burton realiza un trabajo espléndido de animación e ilustración de un mundo fantástico, dejando para la interpretación del espectador el aspecto crítico de la sociedad británica del siglo XIX.

A algunos les parecerá que la cinta (visualmente extraordinaria, como acostumbra Burton) no tiene ni pies ni cabeza, que está chiflada, que es incomprensible, pero olvidan ese aspecto sarcástico que se muestra tan candorosamente como parte del imaginario de una chica diferente, Alicia (interpretada maravillosamente por Mia Wasikowska), al que accede cada vez que le resulta insufrible habitar el mundo victoriano que le ha tocado vivir. Además, como dice el padre de Alicia, algunas de las mejores personas son las que precisamente están chifladas.

Alicia, como personaje, es una chica sencilla y de gran sentido común, a la que le gusta su libertad, aunque en su mundo convive naturalmente con elementos que se considerarían como de brujería (con pócimas para crecer o reducirse, túneles que conducen a un inframundo, animales que hablan, reinas que usan animales terribles para atacar a sus enemigos). El sombrerero loco (el inefable Johnny Depp) es un personaje que no está tan loco y que brilla por su bondad y capacidad de sacrificio.

Se trata de una excelente película que recrea esa difícil novela que se ha creído –de manera equivocada- que era una obra infantil, puesto que supone una férrea crítica social. No deje de verla.

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