Sunday, March 21, 2010

Preciosa



La extrema desgracia

Ricardo Martínez García

La vida de Clarice Precious Jones es la expresión cotidiana de una serie de abusos prolongados y sufridos de manera casi inconsciente, y desde su infancia, por parte de sus padres. Su madre es la antítesis del espíritu maternal convertido en una ignorancia egoísta, insensible y parásita, mientras que su padre solo es capaz de mostrar un total embrutecimiento con ella. Tales son las circunstancias familiares adversas de este personaje tomado de la novela Push, de la escritora Sapphire (cuyo verdadero nombre es Ramona Lofton) y llevado al cine por Lee Daniels.

Habitante de uno de los barrios más pobres de la Gran Manzana, Harlem, Precious es una obesa adolescente de 16 años embarazada por segunda ocasión, víctima de su propio padre. Su madre no la ve como una hija sino como su competencia, en lo que constituye una visión completamente retorcida de su relación familiar. Solo algunas personas, de manera casi fortuita, como su bella maestra Blue Rain (Paula Patton), ayudan a Precious cuando decide huir de casa para buscar hacerse dueña de su propia vida.

Protagonista de un drama conmovedor, aunque sin acudir al fácil sentimentalismo, Precious es un personaje al que pareciera que la sórdida vida familiar que le ha tocado en suerte la pone total y radicalmente a prueba. Todas las desgracias posibles parecen cebarse en esta inteligente adolescente afroamericana, pero ella muestra una extraordinaria respuesta al recibir un poco de atención: se muestra capaz de ser consciente de su propia situación, pero sobre todo, de tener el deseo de superarse en la medida de sus posibilidades. Es su fuerza interior lo que llama a admiración.

La interpretación de Gabourney Sidibe como Precious es excelente, pues le valió competir con Sandra Bullock al Oscar de este año como mejor actriz; la cinta cuenta con actuaciones muy buenas de Mo´Nique, Lenny Kravitz y Mariah Carey, entre otros. Muy recomendable si le gustan los dramas profundos y sin concesiones.

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