Ricardo Martínez García
El vampiro más famoso del la historia
literaria es nuevamente el protagonista de esta cinta, Drácula,
la Historia jamás Contada (2014) dirigida por Gary Shore, con
grandes dosis de romanticismo, acción y efectos especiales,
fotrografía muy buena y protagonizada por Luke Evans, Sarah Gadon y
Dominic Cooper.
Esta historia no contada es la
profundización y recreación de una pequeña parte de la historia
que sí cuenta Bram Stocker en su clasica obra. En el texto de la
novela de Stocker, el protagonista Jonathan Harker describe en su
diario la zona geográfica de los Cárpatos, y al conglomerado étnico
que la habita. Harker le pregunta por algunos temas al Conde Drácula,
una vez que está hospedado o prisionero en su castillo, y el Conde
le ofrece algunas pistas de su origen.
“¿Quién fue sino uno de mi propia
raza que bajo el nombre de Voivode cruzó el Danubio y batió a los
turcos en su propia tierra?... ¡No fue, pues, este Drácula, quien
inspiró a aquel otro de su raza que en edades posteriores llevó una
y otra vez a sus fuerzas sobre el gran río y dentro de Turquía;
que, cuando era derrotado regresaba una y otra vez, aunque tuviera
que ir solo al sangriento campo donde sus tropas estaban siendo
mortalmente destrozadas, porque sabía que sólo él podía
garantizar el triunfo!”
Esa pregunta y afirmación de Drácula
constituyen el punto de arranque argumentativo de la cinta, en la que
vemos la historia, efectivametne no contada, del gran amor de Vlad
(Evans) el empalador por su esposa e hijo, así como su fiereza al
luchar por su pueblo y defenderlo de los invasores turcos en el siglo
XV. Vemos cuando realiza un trato con un ser tenebroso, al que se
encuentra por casualidad, pero que convence de que le otorgue sus
poderes extraordinarios. Es la clásica historia de un hombre
agobiado que vende su alma sin saber las enormes y siniestras
consecuencias, en un contexto histórico entre real y ficticio.
La cinta, de manera entretenida, logra
hacernos empatizar con el personaje, entender sus razones y
compadecerlo. No es el caso del Drácula literario de Stocker, que
desea extender su territorio de caza, pasar inadvertido, siendo un
ser solitario pero a veces convirtiendo a seres débiles a su misma
condición y al que hay que exterminar, pero ésa es otra historia.
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