Saturday, August 20, 2016

El conjuro 2

Con esto no se juega
Fe y escepticismo

Ricardo Martínez García

¿Cuántos casos interesantes guardarán los archivos del matrimonio Warren? En El Conjuro 2 (2016) el director James Wan recrea el caso de Enfield, un barrio de clase trabajadora en Londres, en la década de los 70 del siglo pasado.

La familia Hodgson, que atraviesa por grandes penurias económicas, comienza a sufrir una serie de situaciones sobrenaturales en su casa, la cual es vieja, oscura y siniestra. El espíritu de un anciano pareciera atormentar particularmente a la hija menor de la familia, a la hora de dormir y con lo que parecen pesadillas horribles.

En su afán por ayudar, los Warren, laicos devotos muy cercanos a la Iglesia católica, deciden ir a Londres a recabar pruebas de que hay en verdad una entidad demoníaca en la casa de la familia Hodgson, que amerite un exorcismo autorizado. Pero los eventos se desencadenan demasiado rápido y de modo inesperado, que hacen innecesaria esa autorización. Tales eventos se valoran o se desechan según el enfoque y las pruebas materiales, que es algo con lo que al parecer cuenta el ente demoníaco, que engaña y miente para alcanzar sus metas. Los Warren se retiran ante el aparente fraude, pero luego se dan cuenta de que cometen un error.

La cinta está excelentemente ambientada en la década de los 70, con actuaciones sólidas tanto de Vera Farmiga como de Patrick Wilson y de Madison Wolfe, quien ofrece una electrizante actuación que la coloca al lado de Linda Blair, además de una excelente banda sonora que incluye el clásico de The Clash “London Calling”.

Desde el formato del título de la película es claro el deseo de Wan de celebrar al género clásico de terror, pues tal formato es muy parecido al usado en El Exorcista. Aunque la película está muy bien hecha, desde la edición, la fotografía, la música, las actuaciones, la ambientación y los efectos especiales, su principal virtud es lograr mantener al espectador al filo de su asiento, generar el tipo de tensión tan peculiar de las mejores cintas de este género, como ya lo mostró el propio Wan en El Conjuro y La Noche del Demonio 1 y 2.

El lado débil de esta nueva entrega tal vez tenga que ver, primero, con la lógica misma de la historia, aunque claro, al ser una historia demoníaca, es probable que eso la ubique más allá de cualquier lógica. No se puede uno dejar de preguntar ¿por qué esta familia, por qué el ente demoníaco posee particularmente a Janet Hodgson?, ¿cuál fue el verdadero papel de los Warren en el caso de Amityville? Es posible que estas preguntas solo sean indicativo de que se debe ver al menos un par de veces esta cinta. Pero también es claro que si hay entes que pueden hacer lo que se ve en la cinta, no queda más que encomendarnos a Dios y pedir su protección.


Por otra parte, no deja de llamar también la atención que hay en esta cinta una estructura fílmica, un esquema previamente diseñado, que no es novedoso, pero que igual sigue atrayendo al espectador. Es claro que el esquema usado en El Conjuro (2013) es la guía para su secuela, y cuyo éxito garantiza el interés por esta segunda parte.

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