Saturday, September 08, 2007

Nada es lo que parece

El gran engaño
Ricardo Martínez García


En la guerra y en el amor todo se vale; por otra parte, todos somos animales de hábitos, de costumbres y de instintos, la cultura y la civilización son meras apariencias, pues en el fondo en las sociedades solo hay cazadores y presas; tales parecen ser las premisas de The last time (El gran engaño, 07), del director debutante Michael Caleo.

Jamie, un soso e inepto vendedor (Brendan Fraser) ingresa a Bindview, compañía que comercializa productos muy rentables en Nueva York, con una supuesta fama de gran vendedor, y es asignado como compañero del vendedor estrella, el pedante y grosero Ted Riker (Michael Keaton), de quien depende mayormente la salud económica de la empresa.

El trabajo de Jamie es tan malo que Ted comienza por despreciarlo, luego siente lástima por él, que se convierte en aparente empatía cuando conoce a Belisa (Amber Valleta) la prometida de Jamie. De manera casi natural, Ted se enamora poco a poco de Belisa hasta que termina por dedicarle gran parte del tiempo y olvida su trabajo como vendedor, sin importarle que la empresa quiebre gracias a su displicencia.

La película arranca con paso incierto y, si no fuera porque el público espera que se desvele el truco detrás de la inexorable caída de Ted (por algo la película se titula en español El gran engaño, pues se sugiere tal cosa y entonces se quiere saber en qué consiste), los espectadores deben armase de paciencia o marcharse del lugar.

La actuación de Fraser es tan convincente en su papel de inepto e ingenuo vendedor fracasado que más que lástima da risa verlo argumentar a los clientes que pronto se va a casar y que por ello necesita hacer una venta. Keaton, por su parte, nos convence de que es un verdadero tiburón de las ventas, utilizando como estrategia la agresividad y la iniciativa, pero además, parece que el gran engaño al que se refiere el título, es el que él lleva a cabo con la prometida de Jamie, quien aparentemente ya está harta de cargar con un novio sin futuro.

El romance entre Ted y Belisa avanza en la medida en que las ventas de la empresa descienden, al grado de que en el momento culminante del romance se produce la quiebra de Bindview y al mismo tiempo la determinación de Ted para vivir con Belisa, pero ésta decide abandonarlo inexplicablemente.

Hasta este momento todo lo que ocurre parece normal y cotidiano, salvo los indicios de que alguien espía o vigila a Ted; en realidad nada es lo que parece.


La escena clave de la cinta muestra una fiesta de ejecutivos de ventas donde se encuentra el soso Jamie totalmente transformado, y el gordo líder de una empresa competidora de Bindview narra que tuvo la ocurrencia de armar una estrategia para ganar la carrera de las ventas empresariales cuando, estando en África, escuchó que la manera de confundir a los elefantes y abatirlos fácilmente era eliminar a sus líderes. Los demás elefantes caen en confusión al no haber nadie que los conduzca, volviéndose presas enormemente fáciles. Así, pensó este líder gordo, no importa si se trata de elefantes o ejecutivos de ventas: para ganar hay que anular a los líderes; no se trata de matarlos, sino sólo de estudiarlos y descubrir sus debilidades, fomentárselas y observar cómo se autodestruyen.

Como parte de esa estrategia, a ejecutivos líderes en otras divisiones de Bindview les descubren por ejemplo su adicción al juego, a las drogas, etcétera. A Ted le descubren su necesidad de amor, por lo que su relación con Belisa no pudo ser más premeditada. Jamie ha sido el agente investigador y ejecutor de Ted, y con el mismo cinismo y audacia, le susurra al oído a su obeso jefe que está al tanto de su particular debilidad, el gusto por jóvenes coreanos. El conocimiento se desvela entonces como instrumento de destrucción o de chantaje; así es el mundo de los negocios (y por extensión, el mundo de la política, las intervenciones en el extranjero, el laboral, etcétera).


Ted, quien antes de ser vendedor estrella se dedicaba a dar clases de literatura inglesa y que deja a un lado porque “ya no tenía nada que dar”, decide regresar a la docencia (tal vez por última vez, como el título original de la cinta) luego del inexplicable abandono de su amada. Belisa, quien siempre formó parte del equipo de “eliminación”de Ted, ya no sabe qué hacer, aparentemente se arrepiente o se ha enamorado también. ¿Quién sabe?

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