Thursday, February 14, 2008

El Ojo del Mal

El ojo malvado
Ricardo Martínez García

El problema de realizar un remake es que el argumento ya es conocido, por lo que la nueva versión, en este caso la producción norteamericana llamada “El Ojo del Mal”, (The Eye, 08) protagonizada por Jessica Alba, tendría que aportar algo más a la original, y no lo consigue del todo.

En 2002 los hermanos hongkoneses Danny y Oxide Pang lanzaron su cinta “El Ojo”, producción de Singapur y Hong Kong, en la que narran la historia de una joven ciega que recibe las córneas de otra joven en un trasplante. El problema surge cuando la receptora comienza a ver extrañas y oscuras figuras humanoides que se acercan a los moribundos y se los llevan. Naturalmente horrorizada, con su vida vuelta de cabeza, Mann (así se llamaba aquella chica ciega) decide investigar la procedencia de sus córneas, y descubre que provienen de la tailandesa Ling, quien había muerto por propia mano debido al rechazo social generado por la equivocada manera de interpretar su siniestro don, ver cuándo se acercaba la muerte a las personas.

En el remake, las acciones se sitúan en Los Ángeles, lugar de residencia de la violinista ciega Sydney (Jessica Alba), que recibe las córneas de una chica mexicana acusada de bruja -por el horrible don de ver a la muerte- en una comunidad al norte de México, donde vivía hasta que se suicidó.

Jessica Alba, que no luce tan hermosa como en Los Cuatro Fantásticos, realiza una actuación aceptable, aunque pudo ser mucho mejor; los efectos especiales son predecibles pero, aún así, pueden arrancar uno que otro verdadero escalofrío.

Los directores de esta nueva versión, los franceses David Moreau y Xavier Palaud, realizadores de la cinta de terror y angustia Them (06), explotan una estética cinematográfica interesante: colores oscuros o sepia en escenas clave, flasbacks y elipsis oportunas con escenas vertiginosas.

El subtítulo “El Ojo del Mal” sugiere un ojo, o un par de ojos, malvado o satánico, cuando en realidad se trata de un don terrible que quien lo posee, en este caso Sydney, no logra comprender y cuando lo hace lo utiliza para salvarle la vida a mucha gente. No es por lo tanto un ojo maligno, es simplemente un ojo que puede ver y anticipar hechos lamentables, y que al hacerlo se vuelve bueno.

A fin de cuentas se trata de un entretenido filme que recomendamos sobre todo para los que no hayan visto la cinta de los hermanos Pang. Ojalá que el título no sea de mala suerte, como lo sería si lo hubieran titulado “El mal de ojo”.

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