Vida y Obra de Dito Montiel
Ricardo Martínez García
Vidas juveniles desperdiciadas, destinos sin esperanza, desorientación y confusión en las más tristes calles del barrio de Queens en la Nueva York de los años ochentas, son algunos de los ingredientes de esta película dirigida, escrita y casi protagonizada por Dito Montiel en persona.
Dito (Orlandito Montiel, 1970, más conocido y reconocido como compositor que como escritor o cineasta) prefirió que Shia LaBeouf y Robert Downey Jr. interpretaran al Dito adolescente y adulto respectivamente, con lo que logró que su persona fuera caracterizada por dos de los actores más emblemáticos de sus propias generaciones.
A diferencia del hiperrealismo utilizado por Gus Van Sant en su cinta Paranoid Park en la que muestra el micromundo de algunos patinetos de Portland desde la perspectiva de un adolescente abrumado por una muerte involuntaria y cuya narración, que de tan cotidiana y real resulta obtusa, tal como es la vida, Montiel muestra una interesante pero ligeramente pretenciosa película (con un toque hagiográfico en el sentido de “halago al biografiado”, pero es válido: es su película, su guión, su libro, etcétera) en la que contrasta la dicotomía entre el adolescente con familia y vida “funcional”, como es el propio Dito (LaBeouf, en un papel ajeno completamente al de Mutt Williams en Indiana Jones 4), y sus amigos Antonio y Guissepe (el ex modelo y ahora actor Chaning Tatum y Adam Scarimbolo) con un padre abusivo y golpeador.
Dito es un chavo que puede tener una vida normal, con sus padres Monty y Flori (los veteranos y excelentes Chazz Palminteri y Dianne Wiest), pero sus amigos de la calle y de la escuela influyen, para bien o para mal, en sus acciones y decisiones.
No hace falta ser un adivino para saber que las alocadas vidas de estos jóvenes tarde o temprano acabarán mal. Por ejemplo, un chavo puertorriqueño comienza a molestar a Dito hasta que le da una paliza. Antonio, el amigo grandulón y gandalla del grupo, arde en deseos de vengar a Dito, a pesar de que éste no entiende el por qué de su afán, sobre todo cuando recién velaran a Guissepe, quien murió estúpida o suicidamente esperando escuchar de labios de Antonio que su vida sí le importaba, cosa que ni siquiera en la inminencia de su muerte Antonio logra decir.
Una venganza lleva a la otra, de lo que resulta la muerte de Mike –amigo de la escuela de Dito, con quien trabajaba paseando perros, y con el que esperaba irse a California-, muerte que no le impide finalmente irse y forjar una vida como escritor, abandonando a su familia, a su amigo Antonio, a Laurie, su novia (Melonie Diaz) y a su ciudad.
El argumento se nos presenta en forma de flashbacks perfectamente integrados. Dito como adulto es un relativamente exitoso escritor pero que no ha logrado conciliar su vida con aspectos del pasado que le hieren más de la cuenta.
La enfermedad de su padre y las llamadas de su madre hacen que finalmente Dito regrese a Nueva York, a esas desconchadas y tristes calles que hablan de la deprimente decadencia de ciertas zonas de la más cosmopolita de las ciudades del mundo.
Su regreso parecería ser la conclusión natural de la cinta, pero queda la sensación de ser una obra inacabada.
La cinta está basada, al menos parcialmente, en el libro de Montiel A Guide to Recognizing Your Saints publicado en 2003, título que le da nombre a la cinta. En el libro se habla de algunas anécdotas esenciales que no aparecen en la película, como la descripción de las giras realizadas con su banda Gutterboy, así como de su breve carrera como modelo de Versace y Calvin Klein.
Si la cinta es de carácter biográfico, entonces no se entienden tales omisiones, a menos que se prepare una segunda parte, pues hubiera sido interesante que el Dito director mostrara ese lado musical del Dito músico, o la historia acerca de su carrera con la banda de hard punk Major Conflict y del contrato de un millón de dólares que Geffen Records le ofreció en 1989 a su recién formada banda Gutterboy, contrato estratosférico en aquella época para una banda que se consideraba underground, y su posterior y absoluto fracaso, lo que dio origen a que la llamaran “una de las bandas fracasadas más exitosas de la historia”.
Montiel grabó en octubre del 2006 un disco titulado “Dito Montiel”, el cual cuenta con letras reflexivas e interiorizadas, y dicen que la música suena a Thom Yorke o a Jakob Dylan, que es otra manera de decir que suena a Radiohead o a Wallflowers. Habría que escucharlo, pero creo que ya es demasiado Montiel. Lo dicho, la hagiografía en sentido de autohalago.
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