Secuestros y Perversión
Ricardo Martínez García
A diferencia del famoso director norteamericano Jonathan Demme, el cineasta francés Alfred Lot realiza un estupendo thriller sicológico policiaco en El Cuarto de los Muertos (09), a partir de una novela de Franck Thilliez, sin una figura preponderante como lo fue el personaje del doctor Anibal Lecter en el libro de Thomas Harris y la cinta El silencio de los Inocentes (91). Pero a cambio gana en frescura y agilidad.
Lucie (Mélanie Laurent) es una joven agente de policía que encuentra el caso más grande de su corta carrera en el momento en que se integra al equipo que investiga el secuestro de una niña, y que termina con la muerte del padre al pretender pagar el rescate. La muerte de este señor se produce gracias a un par de irresponsables que lo atropellan en medio de la operación de rescate, sin saber que esto les acarreará más problemas que el beneficio de quedarse con los dos millones de euros que el padre pensaba pagar por el regreso de su hija, que muere también.
La excelente formación profesional de Lucie en sicología forense, victimología y varias otras ciencias criminalísticas le permite encontrar pistas en las escenas del crimen que pronto le ganan el reconocimiento de su jefa, por lo que cada vez se inmiscuye más en la investigación. Pronto hay otra niña secuestrada, Lucie se da cuenta de varias coincidencias y perfila la personalidad del probable autor de los secuestros. Cree que lo que está haciendo el criminal es recrear míticamente algún evento traumático de su pasado.
En breves flasbacks que no sabemos bien a bien (sino hasta el final) a quién pertenecen vemos a un par de niñas que están encerradas en algún siniestro y sórdido lugar. Una de ellas logra escapar y le promete a la otra volver por ella.
Como en El Silencio de los Inocentes, hay una persona sicótica que se dedica a disecar animales, colecciona objetos execrables y vive de una manera enfermiza. Las pistas de Lucie la llevan a descubrir el lugar donde se encuentra e ir a su captura. El ritmo, la tensión y el saber qué pasará mantienen al espectador ansioso e interesado por el modo en que concluirá esta excelente cinta que se exhibe en el 13° Tour de Cine Francés.
A pesar de que hay ciertos elementos que ubican a esta cinta al lado de la dirigida por Demme, es una buena película del género que no desmerece para nada de aquel clásico del 91. No se la pierda si gusta de personajes como el de Clarice Sterling, pues Lucie es igual o más avispada que aquel que consolidara a Jodie Foster, aunque aquí no hay un Lecter que le sirva de guía y que le dé glamour a la cinta.