El reflejo de un pueblo
Ricardo Martínez García
Discípulo de Mikhail Romm en la Escuela Estatal de Cine de Moscú, Andrei Tarkovsky imprime en sus cintas una extraña pero atractiva mezcla de poesía, grandes imágenes impresionistas, escenas oníricas que harían las delicias de gente como David Lynch por las tramas no lineales y anticonvencionales en las que el simbolismo y el espíritu histórico de su patria son uno y lo mismo.
En El espejo (Zerkalo, 74), cinta que forma parte de la Semana de Cine Ruso, Tarkovsky nos muestra a una madre en la campiña, María (la hermosísima Margarita Terekhova), como si fuera la madre Rusia que espera el eterno retorno histórico de su amado esposo, ausente pero presente en su memoria y en su conciencia. No por nada es ella la que llevará la voz narrativa en la cinta.
A través de una especie de collage de imágenes Tarkovsky nos hace ver una parte de la historia de Rusia del siglo XX. Las grandes batallas de guerra, los trabajos militares, los avances científicos, el control en la prensa, la hipnosis, el entrenamiento militar para niños, las armas, la muerte.
También las relaciones de la ex URSS con otros países se refleja aquí, como cuando se muestra a unos españoles exiliados del franquismo avencindados con ellos, hablando en español de tauromaquia o bailando flamenco, o a unos chinos que al parecer pretenden algún tipo de asociación con el ejército rojo.
El interés histórico de Tarkovsky queda más que patente cuando una institutriz fantasma le pide al hijo de María (o su nieto) que lea un texto escrito por Alexander Pushkin que habla de la importancia histórica que ha jugado Rusia en la conformación europea y en el desarrollo del cristianismo.
El contraste de color en las escenas es usado como recurso para enfatizar estados de ánimo, o para remarcar el cambio de lapsos de tiempo. Hay escenas de eventos naturales que, filmados por Georgy Rerberg, camarógrafo de Tarkovsky, adquieren un carácter antinatural, como de pesadilla, con algo siniestro pero a la vez magnánimo e irrepetible. Ver el viento soplar sobre la hierba, o cómo arde una cabaña en medio del bosque, o cómo se azotan las cortinas se vuelven escenas fantasmagóricas bajo la concepción visual de este extraordinario director muerto en Francia en 1986.
El espejo es considerada por muchos como la mejor película de Tarkovsky, sea por su carácter autobiográfico e histórico, sea por la concepción estética audiovisual que le imprimió y por la peculiar trama. Lo que sí es cierto es que no es una cinta apta para la mayoría del gran público consumidor de palomitas. Pero representa la oportunidad de ver algo de lo mejor que ha producido el influyente cine ruso hasta ahora.
1 comment:
¿todo eso dice esa pelicula?, pues a mi me parecio interesante la diversidad de imagines, en las que yo no vi ninguna trama, y si una mezcla de muchos sentimientos, pero tu critica sin duda me aclara mucho sobre la cinta.... saludos!!
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