Fábulas de delincuentes hispanos y mexicanos
Ricardo Martínez García
Solo quiero caminar (08) es la historia de unos hombres de negocios sucios con operaciones internacionales comandados por Félix (José María Yazpik) y su hombre de confianza, el frío matón Gabriel (Diego Luna). Sus negocios (¿qué otra cosa podría ser más que de drogas?) son descomunales pero como previsiblemente sucede a ciertos hombres con mucho dinero, Félix en su soberbia se encapricha con una bella mujer española, Ana (Elena Anaya), sin darse cuenta de que eso le acarreará la ruina. Gabriel (cuya imagen parece una calca de algún personaje de Perros de Reserva, de Tarantino, o como la del agente Booth, de la serie Bones), tiene un código de honor pero que tarda bastante en aplicar, y para no ser menos que su jefe, se enamora a su vez de la hermosa femme fatale Aurora (la excelente Ariadna Gil) a quien conoce cuando ésta viene a México.
Solo quiero caminar es la más reciente película del madrileño Agustín Díaz Yanes, director de la cinta Alatriste (06) que pasó sin pena ni gloria, al menos en México, a pesar de contar en su personaje protagónico con el carismático Viggo Mortensen y basado en el famoso personaje de Arturo Pérez-Reverte.
Solo quiero caminar es la historia de unas ladronas hispanas roedoras comandadas por Gloria Duque (la eficaz Victoria Abril), su mejor discípula la muy competente técnicamente Aurora, y la novata Paloma (Pilar López de Ayala). El modus operandi de este equipo femenil recuerda el sonado asalto a las cajas de seguridad de un banco por el rumbo de Tecamachalco hace ya cierto tiempo. A pesar de su dominio técnico, a estas mujeres algo les falla al final de un golpe, por lo que Aurora cae en prisión. Eso da ocasión para que Gloria y Paloma muestren que ciertos elementos del sistema de justicia español –o como en cualquier parte del mundo- también saben recibir sus incentivos para acelerar la liberación de Aurora, a la que esperan en México para asestar un golpe final además de cobrarle a Félix los costos de sus caprichos.
Solo quiero caminar es una película que oscila entre colocarse junto a cintas como Asalto (Mamet, 01), El Robo del Siglo (Donaldson, 08), la mencionada Perros de Reserva (Tarantino, 92) o situarse al lado de Al filo de la ley (Urquieta, 86) o ya de plano junto a Emilio Varela Vs. Camelia la Texana (Díaz, 87), así de amplio es el rango de este largometraje de Díaz Yanes. Hay muchos golpes, balazos, algo de sangre, y hay sobre todo diálogos coloquiales y picantes (o que al menos pretenden serlo) con ciertas dosis de humor y sarcasmo.
Solo quiero caminar es una cinta de buen ritmo, hasta cierto punto superficial pero que nos permite ver en acción a un gran equipo de actrices españolas, muy majas y todo, aunque sus papeles sean (sobre todo el de Gil) un poco increíbles. Aurora nos recuerda a un ladrón técnico como el que hace Robert De Niro en Fuego contra Fuego (Mann, 95), o al que hace Gene Hackman en la mencionada Asalto, una especie de McGiver femenina. Por otra parte el trabajo de José María Yazpik y Diego Luna, además del de Ana Ofelia Murguía y algunos otros, es bastante bueno, en especial el de Luna, que cada vez se muestra actuando mejor.
Solo quiero caminar es una cinta en la que las escenas de acción como las persecuciones o el choque de autos están regularmente logradas. En ese rubro realmente las producciones hispanomexicanas todavía no alcanzan el nivel de las hollywoodenses, aunque poco a poco acortan esa brecha técnica, es cuestión de sentido común. La escenografía en la ciudad de México puede pasar desapercibida para el capitalino promedio, de tan cotidianas que le son a él, pero alguien que vive en otro lado no sabrá que hay escenas filmadas en la estación del metro San Lázaro, o en calles de Tacubaya o del centro de la ciudad. Como para los mexicanos que no hemos estado en España los escenarios nos resultan desconocidos. Se trata de una cinta entretenida y disfrutable, ligera y visualmente atractiva, con un elenco bastante atractivo.
Solo quiero caminar es el marco perfecto para ver a Manuel Mijares cantando una versión más que digna del clásico de Roy Orbison Pretty Woman, en la fiesta de matrimonio de Félix, la que representa la típica fiesta de mafiosos que pueden contratar a algún artista famoso para que amenice su evento. El título de la cinta alude al hecho de querer hacer algo justamente cuando no se puede hacer ya. Bien por ellos.
1 comment:
Diego Luna... un frío matón? La verdad no lo imagino, tendré que verla.
Post a Comment