La personalidad de los muertos
Ricardo Martínez García
En una pequeña comunidad rural muy cerrada, dominada por una peculiar religiosidad y aparente unión, enclavada en algún húmedo y verde lugar de las costas irlandesas, una adolescente es sorprendida maltratando a un niño a su cuidado. Para determinar qué pasó, se pide la intervención de una psiquiatra que examine a la chica. Así comienza El Exorcismo de Dorthy Mills (Dorothy Mills, 08) de la directora francesa Agnès Merlet.
En una mini sociedad, tan cerrada, las creencias y los prejuicios son el pan de cada día. Éstos afloran a cada paso, o al menos es lo que nota la psiquiatra Jane Morton (la bellísima actriz holandesa Carice Van Houten), quien es la encargada de examinar a Dorothy Mills (Jenn Murray, excelente actriz), una adolescente que muestra signos de personalidad múltiple.
Nada más comenzar las investigaciones del caso, Morton comienza a notar una general actitud negativa hacia su trabajo, o hacia lo que su ciencia “representa”. Pronto descubre que lo que tiene Dorothy es algo auténticamente patológico pero también que hay algo genuinamente paranormal en ella.
Dorothy es como un imán o un objeto que concentra cierto tipo de energías, sobre todo de gente que ya ha muerto. Esto lo saben los lugareños, quienes se aprovechan de ella para realizar actos deleznables a sus costillas. Pero lo que realmente descubre la psiquiatra Morton, y con ella la mayoría de los pobladores, es el grado de hipocresía que se oculta en algunos de los ellos, quienes amparados en su modo obtuso de entender la religión, no son capaces de reconocer sus propias culpas.
Esta pequeña población no sabe ni reconoce otra ley que la del pastor Ross (Gary Lewis), quien desviando completamente su labor pastoral dirige ciertos ritos excesivos con Dorothy como víctima propiciatoria. Es interesante el simbolismo de las ovejas muertas por manos desconocidas, es como si fueran los propios habitantes de ese pueblo muertos a manos de la maldad inconsciente, en una metáfora muy intensa.
En esta cinta no hay un exorcismo como tal, cosa que sí ocurre en El Exorcista (William Friedkin, 73) o El exorcismo de Emily Rose (Scott Derrickson, 05), aunque ésta última ya tratando el asunto más del lado psicológico. No hay efectos especiales espectaculares, pasos de la araña invertidos ni nada de eso. Lo que sí hay es la muestra de las relaciones y acciones de estos pobladores, bárbaros y violentos a ratos, cerrados y con costumbres locales muy acentuadas, más como en la cinta Zona de Guerra (Tim Roth, 99), cuya estética visual con paisajes y temática rural la colocan más cerca de Dorothy Mills que las dos anteriores.
En un juego de reflejos, la doctora Morton, o su personalidad adoptada por Dorothy, reconoce con su esposo la dificultad del caso, pero no se arrepiente de nada de lo ocurrido en aquella población (¿cómo saber si ella no murió en el primer incidente al que se enfrentó ahí, y luego entrevistó a gente muerta que no sabía que lo estaba, tal como si fueran personajes rulfianos al estilo de Pedro Páramo?). El esposo, también doctor, la invita a abandonar el cuerpo de Dorothy, que parece quedar libre al fin de sus personalidades múltiples. Interesante película, que no es de terror pero sí de una ciencia que es rebasada por lo paranormal.
2 comments:
Creo que por primera vez desde que leo tus reseñas, difiero de tu opinión. Esta película no me parece de terror, ni de exorcismo, ni siquiera un thriller psicológico, más bien la percibo como una mezcla extraña que no lleva a nada. Desde que empecé a verla me remitió a "Sexto Sentido", donde Bruce Willis tiene también pacientes que hablan con gente muerta y finalmente él mismo lo está. Así parece Dorothy al final, como la medium cuya capacidad de "recibir los mensajes" la lleva a aclarar la muerte violenta de los adolescentes en su comunidad.
Al principio parece un caso de "personalidad múltiple", término que ya ni siquiera existe y que los especialistas han catalogado como "Trastorno de identidad disociativo", cuya característica esencial es la existencia de dos o más identidades o estados de la personalidad, que controlan el comportamiento del individuo de modo recurrente. Pero son personalidades que de alguna forma compensan o protegen a quien lo padece, no son muertos que la utilizan como medio para expresarse. A partir de este momento, la base psicológica del personaje carece de fundamentos creíbles y el colmo viene cuando la psiquiatra cree ver a su hijo muerto!! Las sesiones donde el pueblo habla con sus familiares pérdidos me recordó "Haunting in Connecticut", donde también un niño que sirve como medium sufre los estragos de su "poder especial". La verdad, tenía más expectativas. Saludos.
Te agradezco mucho tu calificada opinión, me hace ver cosas que no había contemplado. Por otra parte, creo que ver una película con el mínimo de expectativas (o prejuicios, si quieres) puede hacer más disfrutable la experiencia de verla. Estoy de acuerdo en que se necesitaría ver primero las películas y luego leer las reseñas o críticas que algunos hacemos de ellas, y te invito a que sigas viendo cine con tu espontaneidad crítica. Mil gracias por tu comentario.
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