Ricardo Martínez García
La tercera y última parte de la
precuela de El señor de los Anillos (Jackson, 03), El
Hobbit, la Batalla de los Cinco Ejércitos, llega sin pena ni
gloria, como el cierre un tanto anticlimático de un ciclo con el que
los fans se habían familiarizado a lo largo de los años Han sido
algo más de once años los transcurridos desde que Peter Jackson
comenzó a dirigir estas cintas basadas en las novelas de J. R. R.
Tolkien y de su vasto mundo de fantasía épica medieval de
inspiración cristiana.
En La Batalla de los Cinco Ejércitos
nuevamente asistimos a la lucha entre las fuerzas del bien,
representadas por los divididos ejércitos de Elfos, humanos y
Enanos, contra los mejor organizados contingentes de orcos y demás
seres creados para el mal, no sin antes zanjar la eliminación del
mítico dragón Smaug, quien se había apoderado de la Montaña
Solitaria, albergue de las riquezas acumuladas por una casta de
nobles enanos, en la anterior cinta de la trilogía.
El argumento básico se mantiene: el
bien y el mal enfrentados de manera permanente, en busca de hacerse
del control total del mundo conocido. La cinta muestra signos de una
historia fatigada, que se percibe ya como un alargamiento más con
fines comerciales que narrativos, algo que le ha ocurrido también,
en cierta medida, a otras famosas sagas, como la Guerra de las
Galaxias, Crepúsculo o más recientemente Los Juegos del Hambre. La
de Harry Potter fue tal vez tan exitosa, porque mostró el paso
paulatino de ser niños a adolescentes de los protagonistas.
Sin duda, La Batalla es una
cinta admirable en varios sentidos: efectos especiales, despliegue de
extras, vestuario, maquillaje. Pero la historia en sí ya ha dejado
naturalmente la novedad y originalidad inicial, incluso a ratos los
diálogos muestran cierto acartonamiento, sobre todo los que llevan a
cabo los enanos al interior de la Montaña Solitaria.
Bilbo Bolsón (Martin Freeman) es un
personaje importante pero secundario, lo mismo que la mayoría de los
que intervienen en la cinta. Una vez más Légolas (Orlando Bloom)
fascina con sus movimientos de acróbata de lo imposible, pero como
es una precuela, deberíamos decir que fascina por primera vez,
dejando ver una futura amistad con Aragorn y un enano que sería
famoso.
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