Monday, March 12, 2012

El artista

La fuerza de la actuación

El poder de la palabra

Ricardo Martínez García.

La cinta El artista, del director francés Michael Hazanavicius es una oda al viejo cine insonoro de principios del siglo XX. Los hermanos August y Louis Lumiére inventaron el proyector cinematográfico, que hizo posible la realización de historias fílmicas que han alimentado la imaginación de millones de personas desde entonces, generando una industria que supo desarrollar y evolucionar enormemente el Hollywood de antaño.

Más allá de la convencional historia de la caída de un ídolo y de su redención, y de su carácter de homenaje intrínseco a la propia cinematografía, El Artista propone una superación del cine mudo, más que ruptura, cuyo lenguaje narrativo estaba limitado a las imágenes y a la musicalización.

El personaje de George Valentin (una especie de homenaje a Rudolph Valentino), interpretado por Jean Dujardin, se encuentra atrapado en esa limitación narrativa, y se horroriza ante la posibilidad de que su mundo cinematográfico se vuelva sonoro, a excepción de sí mismo.

La historia de las estrellas cinematográficas consta de ciertas etapas, según se ve en la cinta: descubrimiento, ascenso, riqueza, declive y olvido (más patente en La invención de Hugo, de Scorsese). En los mejores casos la memoria obliga al recuerdo y a la recuperación de ciertos personajes clave, con los homenajes y celebraciones a las grandes obras. Hay un cierto paralelismo en las historias de romances que inician, se desarrollan y se disuelven, por las circunstancias que se quieran.

George Valentin es un maestro de la actuación gesticular, de la expresión corporal, pero el cine necesitaba una evolución, y eso fue lo que le dio la sonorización. Tratar de oponerse a esa transformación técnica lo relega al olvido. Su segunda oportunidad se la da Peppy Miller (Bérenice Bejo) que él tarda en entender y tomar.

El artista es una cinta cuyo mérito es ser un homenaje a la cinematografía insonora, aunque en ese sentido los que hemos crecido en la tradición del cine sonoro tal vez no lo apreciemos ya tanto. Pero no se podrá negar que tal celebración del quehacer cinematográfico es mucho más completa en La invención de Hugo, que debió ganar en la más reciente entrega de los Oscares el premio a la mejor película, esa es mi convicción.



La Dama de Hierro

Inflexible e inquebrantable

Un personaje épico

Ricardo Martínez García

Margaret Tatcher, mejor conocida como La dama de hierro por su firmeza de acciones de gobierno especialmente para la entonces URSS, es el personaje central de esta cinta de mismo nombre dirigida por la británica Phillida Lloyd, responsable también de la cinta Mamma Mia!

Sin duda se trata de un personaje trascendente: Tatcher ha sido la única mujer en ser Primera Ministra del Reino Unido, su gobierno duró de 1979 a 1990, siendo el más largo para un primer ministro británico en el siglo XX; se enfrentó de manera decisiva a los sindicatos en su país, a la reticencia inicial hacia su persona por parte de un parlamento dominado por hombres, y a la integración de la Gran Bretaña a la Unión Europea

Más allá de plantear algún tipo de crítica o reflexión política sobre su ideología política, habiendo pertenecido siempre ella al Partido Conservador, la cinta de Lloyd se centra en el aspecto humano y personal de una Margaret Tatcher que ahora con 86 años a veces cree seguir siendo la primera ministra.

La actuación de Meryl Streep es realmente espectacular, aunque a ratos parece sobreactuar el personaje, de tan detallada que es su representación. Da la impresión de que la Tatcher de Streep es más Tatcher que la propia Margaret, sobre todo en su acento y en sus modales. Asusta la capacidad de mimetismo e interpretación de Meryl Streep, sin duda la mejor actriz de los últimos 30 años.

Se trata de una interesante cinta biográfica que tal vez solo disfruten los fans de Meryl Streep, o los que gustan de filmes de corte histórico, aunque esta cinta sea sin pretensiones de crítica o reflexión de algún tipo.

Saturday, February 25, 2012

La Dama de Negro

El Fantasma de Harry

La maldición de un personaje

Ricardo Martínez García

Daniel Radcliffe es el protagonista de esta nueva versión fílmica de la obra de Susan Hill La dama de negro. El personaje que representó para Radcliff su fama y gloria, Harry Potter, sigue siendo una sombra con presencia casi igual que la de esta mujer vestida de negro vengativa: Radcliff da vida al joven abogado Arthur Kipps, designado por su jefe para viajar a un lugar de la costa inglesa con el fin de arreglar los papeles testamentarios de una vieja propiedad, pero el fantasma que clama por hacerse presente desde que el espectador ve en escena a Radcliff es el de Harry Potter. 

El llamativo y oscuro estilo gótico del libro y de la película, dirigida por James Watkins, recuerda algunos aspectos ya vistos en la obra Drácula, de Bram Stocker: un joven abogado que viaja a un lugar donde encuentra algo más que asuntos jurídicos, pues tiene que enfrentar situaciones y momentos que a cualquiera le harían aterrorizarse de manera profunda. De hecho, Stocker logra describir muy bien los sentimientos de Jonathan Harker al darse cuenta de quién es el Conde que le da alojamiento. En el caso del personaje de Kipps éste casi no se altera ante los fenómenos que atestigua en la vieja mansión (no tengo certeza de si se debe a la fidelidad interpretativa del personaje por parte de Radcliff o por sus limitaciones expresivas), y no solo eso sino que en un alarde de generosidad intenta desenredar el embrollo familiar causante del desaguisado entre los habitantes del pueblo cercano a la mansión y la dama de negro.

A ratos la trama parece una versión británica de nuestra tradicional leyenda de La Llorona, que clama por la pérdida de sus hijos, pero nuestra leyenda al final parece algo más simpática en comparación. La escenografía y la música son de resaltar, aunque el resultado final puede ser satisfactorio para los admiradores de Radcliff. La cinta por lo menos es bastante mejor, dramática y estéticamente, que por ejemplo, Fenómeno Siniestro y un poco más efectiva en eso de producir escalofríos.

Thursday, February 23, 2012

Historias Cruzadas

Aprendiendo a hacer comunidad

Apartheid doméstico

Ricardo Martínez García

A mi madre, a cuatro meses

Historias Cruzadas (en inglés The Help, una referencia a algo como “el personal de ayuda”) es una cinta que muestra la mezquindad y crueldad de algunas damas de clase media con su personal doméstico, un tanto por el racismo en su momento más álgido en los Estados Unidos en la década de los sesenta, y otro tanto por la naturaleza humana propia de estas patronas. Pero también es un catálogo de algunos prejuicios que en general afectaban a todas las personas, blancas o negras, como por ejemplo el señalamiento social a las solteras, a las coquetas o alegres, por parte de quienes se erigían como estandartes de la moralidad y la decencia.

El estado de Misissipi a principios de los 60 del siglo pasado era uno de los estados con mayor población de raza negra, que si bien había sido emancipada de la esclavitud a iniciativa de Abraham Lincoln en 1863, no había sido emancipada de su estatus social inferior, un siglo después, algo que se reflejaba en la segregación de la que eran objeto tanto pública como privadamente.

Skeeter (Emma Stone) es una periodista soltera y en edad de casarse, según los preceptos sociales en los que vive, que decide emprender un trabajo tan sui géneris que pone en peligro la integridad de quienes participan en él, al grado de que es vista con recelo tanto por la comunidad afroamericana como por la de raza blanca.

Basada en la novela de Kathryn Stockett titulada The Help, esta cinta dramática no está exenta de momentos divertidos y el resultado final es ciertamente emotivo por el asomo que ofrece a esas historias de maltrato y humillación (y que seguramente se siguen dando ahora y en todos lados entre la población de clase media y alta que tiene servicio doméstico, aunque habrá familias de este tipo que -hipócrita o sinceramente- consideran a sus criadas ya “como de la familia”).

Por el tipo de situaciones dramáticas, la cinta recuerda a otras como Matar a un Ruiseñor (Robert Mulligan, 1962), o Misissipi en Llamas (Alan Parker, 1988), que son como una especie de purga de la conciencia moral histórica del pueblo norteamericano, que da para mucho (otros temas explorados en este sentido son los grandes conflictos bélicos, la glorificación del crimen o las biografías de los grandes personajes).

Las actuaciones, no solo de Viola Davis, Octavia L. Spencer, Emma Stone o Bryce Dallas Howard, sino de todo el elenco son muy buenas. Sin duda una de las pelícuas a ver.

Friday, February 17, 2012

Tenemos que hablar de Kevin

Más allá de la comprensión

El absurdo de la vida y de la muerte.

Ricardo Martínez García

La cinta Masacre en Columbine de Michael Moore (Bowling for Columbine, 02) exploraba la situación de fragmentación social imperante en algunas partes de los Estados Unidos, situación marcada por la proliferación de armas en todos los estratos, así como una tendencia al individualismo, el hedonismo y el egoísmo (en sus diferentes expresiones) en términos de comunidad. En un ambiente así era comprensible el contexto que originó (y sigue haciéndolo de modo esporádico) algunos atentados por parte de estudiantes en contra de compañeros suyos en ciertas escuelas norteamericanas. El fenómeno lo examinó Moore de modo general, pues intentó comprenderlo tratando de encontrar las causas sociales que devinieron en esos ataques particulares.

Lynne Ramsay dirige la película Tenemos que hablar de Kevin (11) protagonizada por Tilda Swinton y John C. Reilly, cinta que ofrece una mirada desde el lado personal, interno, de la madre de un adolescente problemático, cuya conducta plantea múltiples preguntas pero casi a ninguna respuesta.

Eva (Swinton) es una madre que lidia con su pequeño desde el momento en que nace, y desarrolla con él una relación enfermiza marcada por la incomprensión, el chantaje, la falta de autoridad, la incapacidad de comunicarse, etc., etc.

¿Es Eva una mala madre? ¿Qué tanto se transmite de las personas en la herencia genética a sus hijos, o cuál es la consecuencia real del abuso de drogas? ¿Cómo es que se forma el sentido de la moralidad, de la responsabilidad, del respeto a los otros? ¿Cómo hacer que tal sentido se forme sanamente y no meramente funcional? Todas estas preguntas -y muchas otras más seguramente- surgen a partir de lo que el espectador observa en la narración fílmica de la obra de Ramsay, rica en flashbacks y elipsis, pero que al final nos cuentan una tragedia terrible. ¿Es al final Eva una madre solapadora? Cada espectador seguramente tendrá formada al final una opinión. En todo caso, se trata de una cinta inquietante, difícil de digerir, pues el tema que aborda es desagradable. Pero justo por eso es que se tiene que hablar de situaciones así, de personas así. Es una cinta para el debate, sin duda.

Wednesday, February 15, 2012

El espía que sabía demasiado

En algunos lugares lo llaman El Topo

¿Jaque mate al espía?

Ricardo Martínez García.

Al final de la Segunda Guerra Mundial los que hasta entonces habían sido aliados se vuelven adversarios a lo largo del periodo histórico llamado “Guerra Fría”. Los Estados Unidos y la Unión Soviética se enfrascaron en una competencia por desarrollar armas cada vez de más alcance y capacidad de destrucción. En esa competencia, los trabajos de inteligencia, y de espionaje y contraespionaje fueron cosa de todos los días. Cada bando tenía agentes instalados en las bases enemigas, tratando de obtener información vital para enfrentar a los adversarios. Hubo incluso agentes dobles, que ya no se sabía claramente a qué bando pertenecía.

Tratos con agentes que desertan de su patria son relatados en novelas como La reina en el palacio de las corrientes de aire, de Stieg Larsson, llevada a la pantalla grande por Daniel Alfredson, en la que es la última parte de la trilogía de libros y películas conocidas como Millenium. Otra novela que aborda el tema, pero con agentes británicos que se dan cuenta de que han sido infiltrados por un agente doble que trabaja para los soviéticos es la que ha llevado al la pantalla grande el director sueco Tomas Alfredson. Esta cinta está basada en la novela de John Le Carré titulada Tinker Taylor Soldier Spy, y que ha sido subtitulada como El Espía que Sabía Demasiado (2011).

Como toda película de espías que se precie, la trama es algo enredada, con nombres y situaciones, encubrimientos, burocracia, traiciones, inteligencia aplicada casi de modo detectivesco e incluso pinceladas de amor. Los agentes de uno y otro bando son como las piezas de un gran ajedrez en el que no se sabe quién es el que realmente mueve las piezas.

El protagonista es el agente George Smiley (Gary Oldman), que es despedido pero luego requerido para una misión delicada: identificar quién es ese agente doble que ha estado mandando información confidencial al bloque soviético. Es una cinta que tal vez requiera de verse más de una vez, con al menos dos fines: enterarnos bien de quién es quién y gozar del trabajo actoral no solo de Gary Oldman, gran candidato al Oscar, sino de todo el elenco, que incluye a grandes actores como John Hurt, Colin Firth, Mark Strong, Toby Jones y un largo etcétera.

Al final de la cinta todo se resuelve aparentemente bien, pero ¿no será que en el juego del espionaje en realidad no hay ganadores?

Saturday, February 11, 2012

Los descendientes

La Búsqueda de la Familia

En busca de la raíz familiar

Ricardo Martínez García.

George Clooney protagoniza esta nueva cinta de Alexander Payne Los Descendientes, (11), en la que interpreta a un descendiente de un antiguo linaje hawaiano (todos con aspecto de pequeños burgueses en bermudas, aunque sean millonarios), que además es representante de su familia, poseedora de extensas, hermosas y valiosas tierras costeras a punto de ser vendidas. Pero además es un padre de familia que se tiene que hacer cargo de sus hijas de modo completo.

Basada en una novela de Kaui Hart Hemmings, la cinta de Payne muestra la búsqueda interna de este padre de familia que ha estado tan absorto en su trabajo que comienza a ver cómo se ha ido alejando de su familia. 

El contraste que logra Payne entre momentos de humor y situaciones dramáticas y conmovedoras, o entre situaciones humanas cotidanas y la construcción de lazos afectivos verdaderamente trascendentes en la familia son de lo mejor. 

La fotografía de algunos de los paisajes más hermosos de Hawai enmarcan maravillosamente la película que, en ese sentido, se vuelve una movie road costera, es como un viaje permanente que el protagonista emprende al buscar las razones de algunos actos de su esposa, y en busca de la manera de lidiar con adolescentes a punto de salirse de control.

Demian Bichir la tiene difícil esta vez con Clooney cada vez actuando mejor y por eso es uno de los más fuertes candidatos al Oscar por actuación masculina. 

Saturday, February 04, 2012

La invención de Hugo Cabret

Inventar mundos nuevos

La máquina de los sueños

Ricardo Martínez García

La nueva cinta de Martin Scorsese no es solo su primera obra dirigida al público “familiar”, es toda una celebración al amor, a la amistad, a la historia de la cinematografía y al arte de hacer películas. Es una reflexión sobre los cambios y motivos del quehacer cinematográficos y su estrecha relación con los cambios experimentados en la sociedad y en la vida en general.

De una primera intención lúdica por mostrar escenas cotidianas, como la llegada de un tren a la estación, o de contar historias divertidas o entretenidas, el cine pasó a mostrar la angustia y el desencanto (sobre todo en documentales de guerra), adquiriendo no solo una función entretenedora, sino ahora reflexiva y crítica, o complaciente, según los casos y los motivos.

A partir de la historia de un niño huérfano en la ciudad de París, esta nueva obra de Scorsese titulada La invención de Hugo Cabret (Hugo, 2011) va entrelazando diversas historias, en un despliegue de flashbacks, extractos de cintas mudas, efectos especiales maravillosos. La cinta ofrece una visión del mundo en el que cada quien debe descubrir su misión en la vida, como si fuéramos todos parte de una maquinaria enorme en la que por más pequeños que seamos como piezas, debemos encajar en alguna parte, ser necesarios en alguna parte. Puede uno estar o no de acuerdo con esa visión determinista, mecanicista del mundo, pero es interesante reflexionar sobre ello y sobre sus posibles consecuencias.

Scorsese, enorme contador de historias, nos muestra su maestría en este arte de divertir, entretener, conmover, educar, informar, meditar, y hasta sintetizar historias dentro de otras historias, para finalmente hacer soñar al espectador ante esta grandiosa máquina autómata que es el cine y que es posible que pueda reparar algunas almas descompuestas, o puede acabar por descomponerlas más. Un poco a la manera de Stan Lee, Scorsese aparece unos segundos como el camarógrafo del director Georges Méliès (Ben Kingsley), pieza clave en el engranaje de la vida de Hugo Cabret.

Excelentes actuaciones de Asa Butterfield como Hugo, y de su amiga Isabelle, interpretada pro Cloë Grace Moretz.

La Chica del Dragón Tatuado

Lisbeth goes to Hollywood

La heroína sueca versión Hollywood.

Ricardo Martínez García

David Fincher, director de cintas como Seven, La Red Social, El club de la pelea, es el encargado de dirigir este remake de la cinta sueca de Daniel Alfredson basada en la primera parte de la trilogía de novelas escritas por Stieg Larsson titulada Los hombres que no amaban a las mujeres.

Con los papeles protagónicos de Daniel Craig como Mikael Bloomkvist y de Rooney Mara como Lisbeth Salander, la cinta no es tan apegada a la novela de Larsson, sobre todo al final, como sí lo es la de Alfredson. Si bien tanto los libros como las cintas suecas han originado la creación de una nueva heroína, la Salander de Fincher aparece algo desdibujada respecto a la Salander interpretada por Noomi Rapace, más fiel al personaje creado por Larsson, o mejor dirigida por Alfredson.

Si bien la propia historia en el libro se toma su tiempo para desarrollar la trama, en la cinta de Fincher las cosas adquieren cierta dinámica propia del ritmo fílmico, que debe ser más rápido. Aún así la cinta dura 157 minutos, pues nos muestra los cambios de historias, investigaciones, etc., en esta trama que va de un periodista que es contratado por un poderoso industrial para que averigüe lo ocurrido a una sobrina desaparecida cuarenta años atrás. La historia entraña a asesinos múltiples que se ensañan en cierto tipo de mujeres.

En la cinta de Fincher la Salander no es mostrada tan hábil con las computadoras como en la de Alfredson, ni tan desadaptada social pero a la vez tan inteligente. Definitivamente la comparación favorece a la cinta de Alfredson, aunque la de Fincher no está mal, sobre todo si no se pudo ver la del director sueco.

Al borde del Abismo

Estrategia Delictiva-Policial

Ricardo Martínez García

Para combatir a los delincuentes de cuello blanco disfrazados de empresarios respetables, no hay nada como usar una estrategia que implemente elementos tanto policiacos como delincuenciales. Al borde del abismo (Man on a ledge, 11) es una cinta de Asger Leth que es la historia de un policía que cae en la trampa de un empresario, va a la cárcel y luego desea revancha.

Sam Wortinghton protagoniza esta cinta -casi una clase B-, es un ex policía que intenta resolver un antiguo caso de robo en el que está involucrado, por medio del expediente de colocarse en la cornisa de un alto hotel, amenazando con saltar. Tal estrategia esconde en realidad otras intenciones.

Con la participación de Ed Harris, Elizabeth Banks y Edward Burns entre otros, la cinta es una historia de policías y ladrones en la que se sale con la suya el que es más inteligente y audaz. La historia es bastante predecible, pero la manera en la que se resuelve la trama es lo que puede resultar atractivo. 

Al final de cuentas se impone el espíritu justiciero, más allá de la mera noción del respeto por la ley. Y al final uno se pregunta cómo Wortinghton, que viene de filmar cintas como Furia de Titanes, Al filo de la Mentira, o incluso Avatar, aceptó trabajar en una cinta como ésta.

Saturday, January 21, 2012

Diario de un seductor

Todo con exceso, nada sin medida
Los días del ron

Ricardo Martínez García

En medio de historias sobre negocios turbios en bienes inmuebles y construcción de infraestructura hotelera, noches de fiesta y desenfreno, y el contraste entre trabajar para un ínfimo periódico y trabajar bajo un contrato de confidencialidad para un grupo inversionista norteamericano, avezado y voraz, la cinta de Bruce Robinson The rum diary (Diario de un seductor) nos muestra algunos divertidos episodios de la vida del periodista Paul Kemp (alter ego de Hunter S. Thompson), en su aventura por Puerto Rico en la década de los 50.

La cinta de Robinson ofrece una versión fílmica bastante fiel al espíritu de la novela autobiográfica del mismo nombre, escrita por Hunter S. Thompson, famoso colaborador de la Rolling Stone, creador del llamado “periodismo gonzo” -aquel que propone un modelo periodístico en el que se elimina la división entre sujeto y objeto, entre ficción y no ficción, y en el que no hay noción clara de subjetividad o de objetividad- y autor del famoso libro sobre la banda de motociclistas llamada Hells Angels.

Kemp (Johnny Depp) llega de Nueva York a Puerto Rico para trabajar en un periódico local; conoce ahí a un fotógrafo aficionado a la pelea de gallos y a un reportero fascista y yonki, de quienes se volverá compañero. Por otro lado, se relaciona con un hombre de negocios, promotor de proyectos turbios, y con la excitante novia de éste.

La cinta discurre de modo algo caótico, a ratos se vuelve como una vorágine de escenas, divertidas las más de las veces, pero también estrambóticas y a veces algo trágicas. Indirectamente muestra la rapacidad tanto de las industrias como del ejército norteamericano y la destrucción que han llevado a cabo de algunos entornos naturales.

El título en español da lugar a ciertos malentendidos. No se trata de alguna versión fílmica de la obra de Sören Kierkegaard, ni es que esta cinta de Robinson cuente con una trama que justifique tal título. En realidad se traduciría literalmente como El Diario del Ron, haciendo alusión a la bebida que más ingiere el protagonista, y a las resacas que esto le produce. Tampoco es que el personaje de Depp se la pase seduciendo mujeres a diestra y siniestra.

Al final, Kemp quisiera ser un verdadero periodista, pero las circunstancias ya no le permiten hacerlo ahí. La cinta es divertida en la medida en la que muestra situaciones interesantes de este alter ego de Thompson en sus andanzas por el Caribe.

Friday, January 20, 2012

Las Aventuras de Tintín

Aventura y gusto narrativo

Ricardo Martínez García

A partir del personaje creado por el caricaturista belga Hergé (Georges Remi) en 1922, el exitoso director Steven Spielberg recrea el cine de aventuras al estilo de Julio Verne, en donde las peripecias del protagonista se vuelven una verdadera y emocionante aventura, llena de peligros, persecusiones y misterios que se resuelven.

Lo que tiene Tintín de juventud lo tiene de audacia y atrevimiento, como buen reportero en un contexto, muy ligeramente tocado, previo a la Segunda Guerra Mundial. Es un personaje interesante y ameno, que ofrece la posibilidad de representar el espíritu libre y aventurero que muchos anhelarían para sí mismos. El manejo de los personajes que lo acompañan, como el capitán Haddok -que surgieron en el desarrollo de las historietas de Hergé cuando comenzó a publicar en un medio pronazi (Le Soir), durante la ocupación que éstos realizaron en Bélgica- es bastante atinado, pues son personajes bien definidos, tan importantes como la propia trama, que gira en torno a la búsqueda de un tesoro, todo a partir de un muy buen guión escrito por Edgar Wright, Joe Cornish y Steven Moffat.

La animación es de primer nivel, realizada con las técnicas más avanzadas por la empresa de efectos visuales Weta Digital. Se trata de una cinta animada con grandes escenas de acción e imaginación, que tiene como meta simplemente entretener de manera amena y divertida a una audiencia familiar y cuyo sello de calidad está en el nombre del director.

Wednesday, January 18, 2012

El rapto

Secuestrado por el dinero
Crimen a la francesa

Ricardo Martínez García

El rapto es una película sobre un suceso criminal: el secuestro de un importante empresario, presidente de una compañía de más de cien mil empleados. La enorme facilidad con la que se comete el delito contrasta con las dificultades financieras y familiares a las que se enfrenta tal hecho.

Película francesa del director Lucas Belvaux, con guión suyo, muestra que en todos lados se cocen habas, que la industria del secuestro es un problema internacional. Pero lo que le interesa mostrar a Belvaux es la transformación paulatina de algunas de las personas involucradas al caso, sobre todo el secuestrado y su familia, así como sus compañeros de trabajo.

Stanislas Graff (Yvan Attal) es el heredero de un emporio industrial que es raptado, lo cual le desencadena un cambio en su vida de modo drástico. El rescate de 50 millones de euros pedidos por su libertad comienza a ser un problema familiar porque tal evento destapa la doble vida de este empresario. Además las ambiciones que otros ejecutivos muestran ante su desgracia, así como la incomprensión mutua entre su familia y él comienzan a hacer aflorar sentimientos antes muy bien guardados.

El suspenso que genera la trama de esta cinta se mantiene hasta el final pero éste resulta más o menos anticlimático. Se trata de una cinta directa, cruda y sin sentimentalismos que muestra diferentes facetas de los personajes: el abogado preocupado, el vicepresidente oportunista, el policía frío y desalmado, los secuestradores crueles por una parte y comprensivos por la otra.

Caballo de Guerra

Un Aquiles Equino
Un caballo heróico

Ricardo Martínez García

Steven Spielberg es uno de los más grandes directores de Hollywood, exitoso como cineasta, productor, guionista. Ha explorado casi todos los géneros fílmicos. En Caballo de Guerra nuevamente nos lleva a través de la guerra, a partir de las peripecias de un caballo criado en la provincia británica de Devon, un lugar que se nos muestra paradisíaco (excelente fotografía) pero a la vez de tierra difícil de cultivar.

La épica ya no es meramente humana para Spielber, sino que ahora él encuentra la manera de narrarnos una épica equina. Joe, el caballo protagonista, sobrevive a diferentes batallas y dueños hasta regresar a la tierra que lo vio nacer, en una aventura que lo coloca entre los allegados de Aquiles en la Odisea. Pero lo que en Homero es el canto a la perseverancia y la astucia humana, además de la fantasía y la imaginación, en Spielber se vuelve, con esta odisea equina, una oda a la fuerza animal, a la aparente amistad entre caballos, además de entre el criador del caballo y éste. El carácter inverosímil de este Aquiles equino se muestra en todo su esplendor en la guerra de las trincheras realizada entre franceses y británicos en contra de las huestes del Kaiser. Como un súper poderoso caballo, Joe al escapar a todo galope de sus opresres pronto se encuentra vagando en medio de las trincheras, y avanza arrastrando consigo enormes obstáculos llenos de alambres con púas, y ¡sobrevive a esto!

Las escenas donde Joe es objeto de una subasta, recuerdan las de algunos esclavos -ya de Oriente Medio o de la América esclavista- que fueron subastados, y que a la postre resultarían más valiosos de lo que nadie pudo haber imaginado.

Spielber muestra una vez más su sabiduría fílmica y manejo técnico enormes, a partir de una bien hilada y entretenida historia que ensalza ahora a un caballo inteligente y noble. Aunque es una historia de guerra, ya no es sobre la Segunda Guerra Mundial, o sobre el Holocausto, o sobre la necesidad de crear un héroe entre los soldados aliados, ni explora mínimamente las causas del primer gran conflicto mundial. Es la historia de un caballo heróico, si cabe tal término.

Tuesday, December 20, 2011

La Piel Que Habito

La reconfiguración

Almodóvar y su revisión de lo Clásico

Ricardo Martínez García

En su ya larga carrera Almodóvar se reinventa buscando en la esencia de lo humano, en los deseos frustrados de la humanidad de control de la naturaleza, en su falta de resignación ante lo inexorable, en su creencia en un cambio posible y manejable.

La piel que habito recuerda al mito de Frankenstein pero en una versión erótico-estética que combina un cierto castigo moral, que se trastoca en irrefrenable deseo narcisista y que se proyecta sobre el objeto creado, todo bajo la idea deforme de que se puede manipular el mundo de la naturaleza con una ciencia sin conciencia moral.

La piel que habito es una cinta basada en el libro de Thierry Jonquet titulado Mygale, que va más allá de una historia de un médico cirujano plástico, de un taxidermista eminente, Robert Ledgard (Antonio Banderas) que busca crear una piel sintética a prueba de moscos y de fuego, con el fin de ser usada para personas con quemaduras y otras graves afecciones de la piel. Un drama truculento, muy al estilo de Almodóvar, entrecruza las historias del doctot Ledgard, de su única y cautiva paciente permanente Vera (Elena Anaya), su ama de llaves Marilia (Marisa Paredes) y Zeca (Roberto Álamo), un hijo macarra como el que más.

Ledgar y Zeca son como dos personajes míticos, contrarios en su naturaleza y carácter, pero con una misma fuente primigenia y una locura que los emparenta, como muy bien logra discernir Marilia. Ledgar expresa la locura científica que pierde de vista todo límite moral; en un momento dado su peinado a lo Hitler deja en claro la naturaleza de su carácter. Zeca es la expresión de los deseos irrefrenables que toman el control vital y lo llevan también a la locura; su disfraz de bestia felina no es más que una alegoría de su carácter. Vera es el producto de un deseo antinatural de cambiar la esencia de las cosas, inspirado por el deseo a su vez de venganza.

La nueva obra del cineasta manchego se acerca enormemente a esa veta cinematográfica que muestra experimentos en humanos que van desde cintas como “El Huevo de la Serpiente” de Ingmar Bergman, hasta “Al filo de la mentira” de John Madden, pero la cinta de Almodóvar es mucho más radical, primigenia y, sobre todo, personal e íntima.

El manejo del drama que realiza esta cinta nos lleva a revisar los viejos conceptos de lo apolíneo y lo dionisíaco nietzscheanos y del concepto de tragedia que tan bien supieron expresar los clásicos griegos. Sin duda una de las mejores cintas de Almodóvar.

Wednesday, November 30, 2011

Al filo de la mentira

Ella es una espía real
Historias indeseables II

Ricardo Martínez García.

Luego del fin de la Segunda Guerra Mundial y de la creación del estado israelí en 1948 como estado independiente, el Servicio Secreto conocido como Mossad estuvo involucrado en el espionaje y desarticulación de actividades terroristas árabes y en la búsqueda de criminales de guerra alemanes, a los cuales el estado israelí deseaba juzgar por sus atroces acciones en contra del pueblo judío durante el conflicto bélico. En tal marco histórico se ubica la acción de Al filo de la mentira (The Debt, 2010) del director británico John Madden.

La experimentada actriz británica de origen ruso Helen Mirren, cuyo trabajo en los escenarios teatrales, en el cine y la televisión le han ganado una merecida fama, interpreta en esta cinta a la ex agente del Mossad, Rachel Singer, que en su juventud fue comisionada, junto con dos compañeros, para capturar en la Alemania Oriental al doctor ex nazi Dieter Vogel (Jesper Christensen), acusado de realizar operaciones experimentales a prisioneros judíos.

Tal es la premisa de la historia, pero las cosas no son como las pinta la Historia, y la cinta aborda cómo se desarrolla y debate un sentimiento de deuda y vergüenza, presente en Rachel y en uno de sus compañeros, al no salir las cosas como estaban planeadas en aquella misión, ante los hechos y las vivencias ya en el  año de 1996, 30 años luego de tal cometido.

La joven Rachel, interpretada por Jessica Chastain, establece un duelo de actuación con Mirren y lo hacen estupendamente bien ambas. Sam Wortington, Ciarán Hinds (como el joven y viejo David) y Marton Csokas y Tom Wilkinson (como el joven y viejo Stephan) completan el cuadro de excelentes actores que logran momentos de gran dramatismo en esta película.

Historia de espías prácticos que se confabulan y ceden ante las necesidades históricas o nacionales, y que se contrapone con otra historia de espías idealistas y atormentados hasta el último momento por su conciencia sobre la falta de veracidad en algunas versiones oficiales. Eso es esta cinta, que recuerda a la de Steven Spielberg Munich, pero que plantea una postura más crítica. Con ella queda claro que hay ciertos aspectos históricos que se manipularon con el fin de quedar bien ante la sociedad, pero que de saberse la verdad, esto podría destruir reputaciones de toda una vida. La moraleja viene a ser: si tienes una segunda oportunidad, no la dejes ir.

Tuesday, November 29, 2011

La llave de Sarah

Ella se llamaba Sarah
Historias indeseables

Ricardo Martínez García

Kristin Scott Thomas una de las actrices británicas más versátiles de su generación, con una carrera basada en películas tanto inglesas como francesas y algunas incursiones en Hollywood, protagoniza la cinta La llave de Sarah (Elle S´appelait Sarah, 2010), del director francés Gilles Paquet-Brenner, un intenso drama que combina dos historias en épocas diferentes.

Scott Thomas hace el papel de Julia Jarmond una reportera norteamericana que trabaja en París. Su trabajo la lleva a averiguar la historia de un departamento al cual se quiere mudar con su esposo e hija y lo que descubre la lleva a tomar decisiones personales radicales.

La historia detrás de ese departamento es la historia de miles de judíos que durante la ocupación nazi en París son obligados a pasar cierto tiempo en un velódromo mientras deciden cómo llevarlos a los campos de exterminio, en condiciones totalmente inhumanas, pues no los dejaban ni usar los baños, por lo que al cabo de pocos días nadie soportaba el hedor. El recordatorio histórico no es que ocurriera tal hecho, sino que fuera perpretado totalmente por las autoridades francesas del gobierno de Vichy, en 1942, conocido posteriormente como el gobierno “colaboracionista” con el régimen nazi.

La cinta pasa de la historia de Julia (Scott Thomas) a la de Sarah Starzynski (Mélunsi Mayance) y su familia recluída en ese estadio, de manera muy fluida, enfatizando momentos de gran dramatismo en ambas historias. La cinta también es la memoria de eventos que muy pocos quieren recordar, pues eran “situaciones de la guerra”, aunque esa justificación se usa cuando no hay verdaderamente justificación para comportamientos tan atroces por parte de los franceses no judíos ni de esas autoridades del gobierno de Vichy, liderado por Pierre Laval y Phillipe Pétain, el cual había capitulado ante el III Reich desde 1940.

Inserta en este contexto histórico, se desarrolla la historia de Sarah, que logra sobrevivir a los horrores de los colaboracionistas y rehace su vida, pero las huellas de sus experiencias de guerra no la dejan en paz ya. Es la tragedia de ella y de infinidad de casos parecidos. 

Al final de la cinta aparece un irreconocible Aidan Quinn como otro personaje clave en esas historias íntimamente relacionadas, pero que para él son un misterio.

Se trata de una excelente película que estremece, conmueve y concientiza, además de entretener, como debe hacer toda buena película.