Un grupo más de chavos
Ricardo Martínez García
El grupo de rock tzotzil Sak Tzevul se presentó el jueves 13 en el Museo Nacional de Antropología, en el marco del Tercer Foro de Música Tradicional y Procesos de Globalización, evento organizado como parte de la XIX Feria del Libro de Antropología e Historia.
Ricardo Martínez García
El grupo de rock tzotzil Sak Tzevul se presentó el jueves 13 en el Museo Nacional de Antropología, en el marco del Tercer Foro de Música Tradicional y Procesos de Globalización, evento organizado como parte de la XIX Feria del Libro de Antropología e Historia.
Para esta banda, compuesta por los hermanos Damián (guitarra líder, voz y flautas) y Francisco Martínez (batería), Pedro Pérez (bajo eléctrico) y Julián Hernández (guitarra), tocar rock con letras en tzotzil y otras lenguas indígenas chiapanecas representa una muestra de identidad con su gente, con su pueblo.
“Tocamos rock como una necesidad de expresarnos; el rock es un medio que se puede digerir rápido”, dijo Julián Hernández al presentar un video con material de su primera grabación, Muk Ta Sotz (Gran Murciélago).
Si lo que desea el grupo es expresarse, no lo está haciendo por los conductos necesarios: cantar rock en tzotzil es como cantarlo en ruso, al menos para fines de comunicación; es más fácil entender algo si cantan en español o inglés. El deseo de preservar su lengua es loable, pero de esa manera no logran el objetivo de expresarse de manera comprensible, al menos para la gran mayoría de mexicanos que no hablan su lengua.
El grupo tiene como característica presentarse ataviados con las ropas típicas del pueblo tzotzil: sombrero de paja con cintas multicolores, camisa y calzón de manta, una especie de capa multicolor y huaraches al estilo azteca.
“Nos vestimos así porque es nuestra ropa; allá en el pueblo algunos chavos ya no quieren vestir así ni hablar nuestra lengua, pero nosotros creemos que ser indígena no se quita con cambiar de ropa”, expresó Damián, quien señala que no mezclan su música con la política pues su quehacer es “activismo cultural”.
A lo largo de sus diez años de existencia, el grupo ha cambiado de miembros, siendo Damián el único original, quien cuenta con estudios de guitarra clásica; además es el principal compositor de las letras del grupo. En entrevista para Milenio-El Ángel Exterminador explica que las temáticas que aborda son la migración, la discriminación, los mitos propios de los tzotziles, “como el del jaguar que avanza por la selva, lento, suave, cadencioso y peligroso”.
El representante del grupo, Ulises Fierro, comenta que cada uno de estos jóvenes (cuya edad oscila entre los 19 y los 27) ha debido enfrentar, para poder andar de gira, desde amenazas de suspensión escolar hasta rechazo en sus familias, a quienes no les gusta la idea de que sus hijos sean roqueros. La razón es que sus padres y abuelos eran músicos populares, que con sus guitarras, violines y tambores hacían música tradicional, por lo que ven mal que estos jóvenes toquen con guitarras eléctricas y batería.
Pedro, bajista de 20 años, señala que lo que le llama de estar en la banda es que “No busco ganar fama sino abrir nuevos caminos a nuestros hermanos indígenas”.
¿Rock indígena?
En el escenario, durante su participación en el Museo de Antropología, el grupo se muestra tímido, casi inmóviles ante unas cien personas, y despliega un rock de sonido limpio, que denota sus horas de ensayo. Pero también es un rock plano, sin matices, que por momentos sugiere la idea de que interpretan música como de fondo para documental antropológico, pero no para prender a la concurrencia.
A pesar de lo que sostienen sus integrantes, no hay nada, o muy poco, que haga pensar que es rock indígena, salvo el hecho de que cantan en una lengua desconocida para la gran mayoría. Aunque usan eventualmente algunos instrumentos como pitos y sonajas, no hay una clara fusión de instrumentos eléctricos con los típicos usados por los indígenas, sean precolombinos o no.
Las influencias musicales que reconocen van de Pink Floyd a Lacrimosa, pasando por el Tri.
Pero inexplicablemente parecen no conocer a Jorge Reyes, músico sobresaliente que, con álbumes como El Costumbre o Bajo El Sol Jaguar ha sabido navegar a través de la fusión étnica y el tecno-tribal.
La intención de mantener viva la cultura indígena, en este caso de Zak Tzevul, debe utilizar al rock de tal modo que el mensaje sea inmediato, ya sea por la música, por las letras o por ambas, inmediatez que no alcanzan debido precisamente a que el escucha necesita saber de qué hablan o qué es lo que están cantando, que sin duda contiene gran riqueza de evocación de metáforas que hablan del espíritu de la tierra, o del canto al sol, pero que al ser interpretadas en lengua tzotzil, la inmediatez pasa a ser mediada por la lectura de algún texto que explique lo que cantan.
La intención de mantener viva la cultura indígena, en este caso de Zak Tzevul, debe utilizar al rock de tal modo que el mensaje sea inmediato, ya sea por la música, por las letras o por ambas, inmediatez que no alcanzan debido precisamente a que el escucha necesita saber de qué hablan o qué es lo que están cantando, que sin duda contiene gran riqueza de evocación de metáforas que hablan del espíritu de la tierra, o del canto al sol, pero que al ser interpretadas en lengua tzotzil, la inmediatez pasa a ser mediada por la lectura de algún texto que explique lo que cantan.
La singularidad de Sak Tzevul es que tocan rock y cantan y visten de tzotziles, que desean expresarse y reafirmar su identidad indígena, pero en este mundo con procesos de globalización profundos –tal como se ha visto precisamente en el Tercer Foro de Música Tradicional y Procesos de Globalización-, se tienen que utilizar los instrumentos o las reglas del juego que permitan la interacción y la comunicación global de manera eficaz. La comunicación tiene que ser inmediata y, si se puede, agradable, algo que el escucha comprenda de inmediato.
Con apenas dos años con la formación actual, Zak Tzevul realmente está en sus inicios. El vocalista Damián señala que son “un grupo más de chavos”, pero no se han dado cuenta de su verdadero potencial, sólo hace falta ampliar su visión musical, un poco de creatividad y colaboración, y mucho, mucho trabajo. De esa manera dejarán de ser una banda de chavos más.
4 comments:
Si no te gusta el grupo, no los escuches y punto. Si fuera un grupo de rock en ruso afincado en México, seguramente los aplaudirías, aunque no entendieras ni madres. Tal vez si te pones a investigar descubras lo hermoso que es el tsotsil (se escribe con "s", por cierto, si quieres investiga). Así podrías entender las letras y además aprenderías algo. Esa es la razón por la que cantan en su lengua. Para que gente como tú se esfuerce un poco y aprenda algo.
No des por hechas algunas cosas. Seguramente si escuchara un grupo de rock ruso diría lo mismo que de estos cuates. Si hiciera lo mismo que tú pensaría que si escuchas un grupo de rock sueco entonces aprenderías sueco. Yo solo hablo de lo que percibí, de la calidad de la música y de la creatividad. Además siempre estoy dispuesto a aprender y esforzarme, mi querido anónimo. ¿Lo estás tú?
Hola!! oye, cómo puedo conseguir música de Zak tzevul?? videos, lo que sea!
Puedes escribirle a la encargada en ese entonces de la comunicación del grupo, su correo es areligonzalezmesa@gmail.com
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