Thursday, November 29, 2007

Máxima Traición

La ley del Talión amoroso
Ricardo Martínez García


Lo que aparentemente comienza como el secuestro de una niña, poco a poco se desvela como la complicada y bien planeada estrategia para castigar a un esposo desleal hasta destruirlo completamente, como venganza a su traición, en un angustiante filme, repleto de tensión sicológica.

Pierce Brosnan, actor irlandés de 54 años famoso entre otros trabajos por haber encarnado a James Bond, el agente 007, protagoniza Máxima Traición (Butterfly on a Wheel, 07), drama dirigido por Mike Barker y coprotagonizada por María Bello y Gerard Butler.

Brosnan, ya lejos de las escenas de acción que requería filmar como el famoso agente británico, o de películas como El pico de Dante, El caso Thomas Crown o El sastre de Panamá, encuentra en esta cinta una manera clara y contundente de mostrar sus dotes de actor de carácter, tal vez más que en El Matador.

El personaje que interpreta Brosnan, Ryan, es despiadado pero a la vez mesurado y contenido, sabedor del control que ejerce sobre unos destrozados padres de familia al comunicarles que tiene bajo su poder a su pequeña hija y que los tendrá totalmente a su disposición durante 24 horas. Dicho personaje lo muestra como un sicópata que goza con el sufrimiento ajeno. La angustia de los padres se desborda porque no tienen ni idea de lo que Ryan realmente quiere.

Gerard Butler, actor escocés con una poco conocida pero fructífera carrera tanto en teatro, televisión y cine (sus trabajos en este último renglón incluyen el protagónico en El fantasma de la ópera –la versión de Joel Schumacher-, y su participación en El reino del fuego y 300, y que alguna vez fue propuesto para sustituir a Brosnan en la franquicia del Agente 007), realiza el papel de Neil Warner, ejecutivo estrella de la empresa para la que trabaja, casado con la atractiva Abby (Maria Bello) y padre de la tierna Sophie, pero que al tener todo lo que se puede desear, se extralimita y deja de ser sincero consigo mismo.

El personaje más imprevisible de los tres es el que interpreta María Bello, la abnegada Abby, quien al celebrar su cumpleaños planea salir con sus amigas, aprovechando que su esposo tiene una junta con su jefe en la casa de campo de éste.

La pesadilla comienza cuando los esposos se trasladan de su casa, en los acomodados suburbios de Chicago, al centro de la ciudad, donde ella verá a sus amigas y él verá a su jefe. Al subir a su Land Rover no se percatan de la presencia de Ryan, quien los amaga con una pistola y les dice que tiene en su poder a su hija. Luego obliga a Neil a sacar todo el dinero de su cuenta bancaria, para de inmediato prenderle fuego a los billetes y lanzarlos a un río. Después los obliga a entregar paquetes de los que no saben qué contienen ni para qué se les piden que los entreguen.

Los esposos con sus desavenencias y todo (pues Neil constantemente pone en riesgo a su hija al desobedecer las instrucciones de Ryan, ante el enojo de Abby), están de acuerdo en que harán todo lo que Ryan les pida, con tal de que éste no le haga daño a Sophie, pues están dispuestos a hacer todo lo que sea necesario para salvaguardar a la niña.

La película resulta angustiante porque plantea los sentimientos de unos padres ante el secuestro de su hija. La impotencia, la desesperación de saber que alguien ha tomado el control de sus vidas y que con ello los pone completamente a su servicio, nos hace sentir nuestra propia vulnerabilidad en toda su crudeza y no solo la de ellos. Y si a esa impotencia añadimos la pérdida completa de nuestros ahorros y del empleo tan solo en unos minutos, la situación se torna completamente desastrosa.

De hecho, la película había sido titulada Shattered, algo así como destrozados, pero la producción prefirió el más poético título de Butterfly on a Wheel. Al parecer el título hace alusión a un poema de Alexander Pope, la Epístola al Dr Arbuthnot, escrito en 1735, que a su vez se refiere a un tipo de tortura con una rueda que estira el cuerpo. En México, como siempre, los tituladores en busca de la creatividad perdida le han puesto Máxima Traición, título que ciertamente hace alusión a parte del argumento.

Aunque el trabajo de Brosnan es muy cumplidor, el peso dramático lo carga Butler, pues tiene que interpretar a un personaje sobrado de sí mismo, que siempre cree ser más listo que los demás, pero ve destruida su vida en muy poco tiempo, y aún así insiste en engañar a su esposa, sin darse cuenta de que se engaña a sí mismo.

Si usted es infiel, piensa serlo o alguna vez ha sentido el deseo o la tentación, no se la pierda, pero sobre todo no deje de verla si usted ha sido víctima de la infidelidad.

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